DE LA TERRETA A SAN FRANCISCO
Estrella en ciernes, el alicantino Fernando Carratalá ha dejado el English National Ballet para irse al San Francisco Ballet, siguiendo a Tamara Rojo. Nos lo ha contado…
Texto_OMAR KHAN Foto_GERMÁN ANTÓN
Madrid, 14 de junio de 2024
A diferencia de muchos bailarines clásicos, el alicantino Fernando Carratalá (Sant Vicent del Raspeig, 26 años) solo ha hecho una audición en toda su vida. Y acertó. Siendo bailarín de la hoy extinta compañía de Víctor Ullate, en Madrid, donde ingresó por ser alumno, se interesó por el English National Ballet, compitió por el puesto y lo aceptaron en 2017. Para ese momento, ya Tamara Rojo había consolidado al colectivo londinense, y como directora artística, dio un montón de oportunidades al joven alicantino, a quien coronó como solista en 2022. “A mí siempre me trató muy bien”, dice agradecido. “Después de una lesión seria en el tobillo, tuve dos años muy buenos en Londres que me llevaron a solista”.
Sucedió entonces que, ese 2022, el mismo año en que el English National Ballet vino al Teatro Real de Madrid, donde el alicantino arrancó más ovaciones que los protagonistas, bailando con brío el papel del turco Abdur (foto inferior), en la versión de Raymonda que ella misma firmaba, la creadora española abandonó Londres para colocarse al frente del San Francisco Ballet, en Estados Unidos, la misma agrupación a la que ahora, dos años después, llega Fernando Carratalá como solista.
“Fui a Madrid a ver a mi fisioterapeuta, Luis Gadea, que es un grande, y me comentó que hablando con Tamara, ella le había pedido que cuidara de mi, y que cuando estuviera bueno me enviara a San Francisco. Y creo que así empezó todo”, relata riendo. “Le escribí entonces, y me invitó unos días a conocer aquello pero no pude porque estaba montando Carmen, de Johan Inger, en el English. Hicimos una videoconferencia y ya me contrató. Así que empiezo en junio y nunca en mi vida he pisado San Francisco”.
Justamente bailando el emocionalmente exigente Don José en la Carmen del creador sueco, se despidió en abril pasado de la compañía británica. “Yo creo que mi fuerza en el escenario está en la sinceridad. Más que lo físico, me gustan los roles que te llevan al límite, que te sacan expresiones naturales. No me gustan los personajes forzados ni demasiado preparados”.
Londres pesa
Aunque el cambio de dirección en la compañía inglesa fue un detonante, fueron varias las razones que llevaron a Carratalá a abandonarla. “Cuando Tamara dejó el English nos quedamos más de media temporada sin dirección. Al nuevo director no lo conocía de nada, estaba desmotivado, algo que era la primera vez que me ocurría en toda mi carrera. También me estaba pesando Londres, donde ya llevaba siete años, y la mente y el cuerpo me estaban pidiendo cambiar”.
No obstante, ahora parece entusiasmado. Entre salir de Londres y llegar a San Francisco, Alicante y la familia merecieron una visita larga. Asun Noales, directora de OtraDanza, que ya tenía cerrada la programación de su festival Abril en Danza, no dudó en invitarlo a formar parte, haciéndole un hueco. Después de todo, su ya tradicional programa La Terreta Balla, tiene la noble misión de mostrar en su tierra los logros de los alicantinos que triunfan y bailan fuera.
Esto permitió a Carratalá bailar brevemente en casa el mes pasado en un momento crucial de su ascendente carrera. En una semana apenas, montó Latidos de danza, un solo muy aplaudido creado a cuatro manos con su amigo Mariano Cardano, que además da cuenta de su interés por la creación. “Digamos que tengo ideas”, nos dice.
No es extraño que tenga ideas si está bailando desde los cinco años. “Me gustaba mucho el deporte pero siempre andaba bailoteando”, rememora. “Cuando empecé a aburrirme del kárate, mi madre, a la que siempre le ha gustado el ballet, me propuso lo de bailar porque mi hermana ya tomaba clases. A mi primera maestra, Arantxa Arana, le gustó mucho cómo me movía, y allí con ella hice de todo: moderno, clásico, flamenco, jazz, todo… y luego, ya adolescente, interesado por el clásico, me fui con Sofía Sancho, que tenía la mejor escuela de la provincia entonces. Fue ella quien me dijo que en la escuela de Ullate buscaban bailarines. Y a Madrid me fui con 14 años”.
Más que sus vivencias de estrella en Londres, bailando algunos de los grandes roles del repertorio académico, a Fernando Carratalá parecen haberle impresionado otras experiencias. “Trabajar La consagración de la primavera con el equipo de Pina Bausch ha sido lo más impresionante que he hecho, una experiencia única. Un sueño de mi vida sería haber podido crear con ella. Otro gran momento fue trabajar para Mats Ek y Ana Laguna… siento que me está interesando mucho el contemporáneo, me da más libertad, me da opción de aportar más allá de lo físico”.
Y es que pese a su destreza y demostrada capacidad, lo físico para Carratalá no pasa por ser lo primordial. “Físicamente tengo un cuerpo difícil, me lesiono mucho. Pero es algo que me ha hecho aprender mucho cómo funciona mi cuerpo y cómo manejarlo… te abre puertas. Ya sé que suena raro pero, en algún sentido, es bueno lesionarse”.
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