DE FORMA FORMIDABLE
Estrenó anoche Iker Karrera en Condeduque su nueva coreografía ‘The Room Where It Happens’. Fuimos a verla y quedamos deslumbrados con sus formas de gran espectáculo. Con el fondo, no tanto. Léelo…
Texto_OMAR KHAN
Madrid, 28 de septiembre de 2024
Tras la ovación anoche, después del estreno de su pieza The Room Where It Happens en el escenario del Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, de Madrid (donde estará hasta mañana domingo), el coreógrafo vasco Iker Karrera tuvo un amigable encuentro con esa misma audiencia, que lo puso en la tesitura de defender su coreografía, la segunda grande y de connotaciones personales de su carrera, después de No Pleasure (2021), una obra que guarda tanta relación con ésta, que bien podría conformar un díptico sobre los peligros de la frivolidad en nuestros días. Expuso el coreógrafo sus motivaciones y rápidamente nos iluminó con la idea de aproximarnos a su obra desde dos flancos, aquí a veces divorciados: fondo y forma.
No queda tan claro, en lo que respecta al fondo, que todas esas ideas (tan válidas) en su cabeza puedan ser fácilmente identificables sobre el escenario. Algunas de las dudas y preguntas del público lo corroboraban. Él nos habla de dos territorios: el de la vida social acelerada en nuestros días de redes sociales y postureo, de selfies y poses, de ese incesante aparentar para encajar y de seguir la corriente, y luego, de otro lugar no físico –la habitación del título-, que se ubica en nuestro interior, donde se desvela quienes en realidad somos pero no mostramos.
De lo primero no cabe duda ni hay lugar a equívocos, exactamente como pasaba en No Pleasure. Se le da bien expresar todo este artificio e incomunicación, esa frivolidad, este aborregamiento que nos corroe y corrompe como sociedad, desde una danza calculada y precisa, que sigue arrastrando influencias demasiado notorias del tándem israelí Ohad Naharin / Sharon Eyal pero que es muy eficaz a la hora de retratarnos en nuestras vanidades cotidianas. El problema es que lo segundo, lo más conceptual e íntimo, no está tan delimitado, y notamos que hay intención de trasladarnos a esa interioridad personal que debería ser más oscura e introspectiva, especialmente desde los solos que otorga a cada uno de sus cinco bailarines, pero no lo separa tanto de lo otro como para distinguirlo, creando una zona de confusión en el espectador, a veces insalvable. Por momentos, este descuido en la dramaturgia corre el peligro de haber armado con tanto esmero, precisión y belleza lo que quiere criticar y se supone feo en nuestra conducta, que podría confundirse con apología. Ya le ocurría en No Pleasure.
Escenografía de humo y luz
Otra cosa es la forma. Aunque se cuida mucho de no conectar su faceta más artística (ésta) con la más comercial (es autor de las fantásticas coreografías de los musicales Mamma mia! y The Book of Mormon, ambas todavía en cartelera), del mundo del show business y la televisión, donde también se mueve, se ha traído el sentido del espectáculo. Sabe cuáles son las teclas que hay que tocar para convertir la coreografía en una formidable propuesta visual y sensorial sin transformarla, claro, en un musical. Ese escenario desnudo pero amueblado profusamente a base de luz y humo es sencillamente prodigioso. La manera en que modula, sube, baja y juega con los tonos de la música espléndida que le sirve Alex Aller, junto al look que otorga a sus bailarines, sin soslayar ese verdaderamente espectacular grand finale de luz enceguecedora, conforman un todo fascinante y sugerente. Tanto, que casi pasa a ser secundario si entendemos o no la parte conceptual de la propuesta. Nos sentamos en la butaca y, sin pensar mucho, consumimos con avidez y verdadero placer tanta belleza en la puesta en escena y nos regodeamos en los valores de una coreografía milimétricamente calculada, trabajada y bien bailada.
Iker Karrera tiene apenas dos piezas grandes montadas. Talento, rigor, olfato y sensibilidad no es lo que le falta. El momento en que consiga casar (y calzar) mejor fondo con forma, en una pieza con una dramaturgia más nítida, habrá despegado de manera definitiva. Y de verdad que lo estamos deseando.
*Las fotos corresponden a ensayos / ARTÍCULO RELACIONADO: IKER KARRERA / DFERIA (susyq.es)