MADRID BAILONGA
CentroCentro ha inaugurado este fin de semana la exposición ‘Madrid desde el baile’, que revisa la larga vocación bailarina de la capital, que va desde los chotis hasta los breakers. Fuimos a verla y esto nos pareció…
Texto_OMAR KHAN
Madrid, 01 de octubre de 2023
La obra visual madrileña más antigua de la que se tenga conocimiento es una pintura rupestre de la Cueva de los Aljibes en Manzanares El Real, que representa una escena de baile en la que unos “paleomadrileños” de hace 4000 años debían estar celebrando una caza o invocando una cosecha. El dato, sin duda curioso, es el punto de partida perfecto para legitimar la tesis de la exposición Madrid desde el baile que, con curaduría de Massimiliano Casu y diseño museográfico de Casa Antillón, se ha inaugurado este fin se semana en CentroCentro, de la Plaza Cibeles de la capital, donde permanecerá abierta hasta el 21 de enero, con entrada gratuita.
La exhibición intenta documentar, focalizar y acreditar la percepción generalizada de Madrid como ciudad bailonga. No desde la danza escénica, capítulo que ni se menciona, sino desde lo popular. Las fiestas de la ciudad, el baile espontáneo siempre presente en sus calles, los tipos de baile que se han visto en un mismo lugar histórico (una plaza, un edificio) en distintas épocas, el desparrame en la muy activa noche madrileña de clubs y discotecas, el baile como reivindicación y lucha social a través de acciones como el flashmob, por parte de colectivos tan diversos como el sanitario o el LGTBI+, los viejos tiempos del radio-cassette, las fiestas en las casas de los madrileños y un poco de puntillas, la muy celebrada Movida Madrileña.
Aparece la exposición bien documentada, con abundante material que va desde vídeos ilustrativos, carteles, flyers y especialmente fotos, destacando algunos documentos como esas cartas, en las que vemos las reclamaciones de la Sociedad de Autores, queriendo rentabilizar la escena popular, espontánea y fiestera de la ciudad.
Bajo el subtítulo La coreografía de una ciudad en seis pasos, la muestra presenta el baile desde lo más universal hasta lo más particular, que en este caso es la ciudad de Madrid. Quizá esta ambición para tan poco espacio expositivo (abarca menos de la quinta planta de CentroCentro) es la que la hace lucir descompensada. Los tres primeros “pasos” están dedicados a reflexiones amplias y profundas sobre el baile como fenómeno sociológico en general, intentando dar respuestas a porqué o para qué bailamos, y a las diferentes manifestaciones del baile popular o cotidiano en muy distintas épocas.
De allí, saltar a algo tan específico como los capítulos o "pasos" restantes, dedicados a las peculiaridades y afición de la ciudad de Madrid por el baile en todas sus épocas, se antoja un poco brusco. Por otro lado, para un tema tan festivo, el diseño de la muestra parece demasiado serio y cejijunto, con muchos documentos para leer y demasiados vídeos para ver, desplegados con poco colorido, gracia y sentido bailongo.
Con todo, es una muestra llena de curiosidades y anécdotas de lo más peculiares, que llamará más la atención de los aspirantes a cronistas de Madrid, esos ciudadanos con inquietudes por cómo ha sido la vida de su ciudad, que de la gente interesada en la danza propiamente.
