DANZA ACADÉMICA
En junio del año próximo, la Universidad Católica de Murcia (UCAM) estará graduando la primera promoción de su Grado en Danza. Mariló Molina, su directora, nos cuenta la aventura
Texto_OMAR KHAN
Madrid, 16 de octubre de 2019
Fue creciendo de manera natural. Desde la Facultad de Deportes de la Universidad Católica de Murcia, Mariló Molina, encargada de Expresión Corporal pero también bailarina, comenzó a captar cierto interés del alumnado por la danza. Siguió su instinto y apostó por la creación de una Compañía Universitaria de Danza, una práctica muy común en campus europeos y americanos pero poco consolidada por España. Tuvo éxito y surgió en paralelo a un Aula de Danza que quiso impulsar como un espacio de formación e investigación. “Empezó a acercarse gente del Conservatorio de Murcia y estudiantes interesados por la danza”, rememora. “En el período 2014-15 montamos una pieza y creció la motivación, veía el interés. Ya coordinaba aquí en la Universidad el Máster de Artes del Movimiento y sentía que cada vez más la gente demandaba danza en la universidad. Así que nos lanzamos a crear este Grado en Danza que gradúa su primera promoción en junio del año próximo”.
No se trata de trasladar la función y papel de los conservatorios superiores a la universidad sino de ampliar el abanico de posibilidades y alimentar la demanda de esos profesionales del ámbito de la danza que no necesariamente se dedican a bailar. Docencia, coreografía y dirección escénica, gestión y dirección de compañías, festivales y proyectos de danza, investigación, documentación, escritura, pensamiento, filosofía. ”Yo soy como el Arca de Noé que recoge todas las especies porque le doy importancia a bailar pero también a investigar, a hacer crítica, al pensamiento, a la gestión”, define Molina. “Salidas profesionales hay en institutos, conservatorios, compañías y en la práctica misma de la danza, que requiere cada vez más de investigación, y ya no exige solamente el rendimiento físico sino también intelectual. Gente con intereses diversos que no quiere formarse como intérprete pero que le gusta la danza tiene su lugar aquí. Hay alumnos que más que bailar, escriben.”
La iniciativa es excepcional en el ámbito universitario español. Hubo un intento fracasado de Grado de Danza en la Universidad Europea de Madrid pero carecía de una compañía. Este aspecto es distintivo de la nueva oferta del campus murciano, que aspira a insertarse en el circuito ya establecido y perfectamente normalizado de las compañías de danza universitarias europeas. En pleno proceso de búsqueda de identidad, la Compañía de Danza de la UCAM (en la foto) tendrá un reto importante en junio cuando se celebre la graduación de la primera promoción del Grado, que coincidirá con la celebración de un Foro Internacional de Danza.
Bailarines de élite
Instaurar el Grado en Danza no ha sido fácil, nos explica Mariló Molina. Hasta ocho borradores de planes de estudio presentaron a la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación), el organismo que da luz verde a los nuevos proyectos de estudio en la educación superior. Pero llevaban la ventaja de la inexistencia de estos estudios en universidades españolas, el éxito demostrado por numerosas universidades europeas que sí los tienen y sobre todo, la convicción de que era necesario. “Los conservatorios superiores tienen el problema de la titulación. Aquí ofrecemos un grado del que sales con una titulación de graduado universitario que te abre las puertas, te permite la movilidad”.
Son tres años de estudio presenciales y un catálogo muy diversificado de asignaturas que cubren aspectos de la danza desde todos los ángulos. Desde el conocimiento de la danza como fenómeno social y artístico hasta la formación del pensamiento crítico, desde la práctica sobre el escenario hasta la gestión necesaria que hay detrás. Análisis e investigación por descontado.
También captaron las carencias del mundo profesional de la danza en nuestro país, encontrando un porcentaje de déficit en cuanto a estudios formales y han intentado ofrecer una salida que permita el crecimiento de estos artistas. “Abrimos una posibilidad para bailarines profesionales que han estado en el escenario durante años pero no se han formado. Para ello hemos trasladado desde el deporte el concepto del deportista de élite, que permite sacar la carrera de forma no presencial a profesionales en activo, teniendo que venir muy puntualmente y contando con un tutor personal siempre a su disposición”.
