El lamento de Dido
Hasta el jueves próximo podrá verse en el Teatro Real, de Madrid, Dido & Eneas, coreografía de la alemana Sasha Waltz sobre la ópera de Purcell. Anoche estuvimos en el estreno y esto es lo que nos ha parecido....
Dido & Eneas
Coreografía: Sasha Waltz
Teatro Real (Madrid)
31 de marzo de 2019
Texto_OMAR KHAN Fotos_JAVIER DEL REAL
Madrid, 1 de abril de 2019
Durante un tiempo, y todavía, hay quien ha señalado a Sasha Waltz como la sucesora de Pina Bausch. Aunque es infundado y no existe reemplazo para los genios que se han marchado, quizá el origen del rumor esté en Dido & Eneas, la deslumbrante interpretación coreográfica de la ópera barroca de Henry Purcell, que Waltz montó en 2005 (Bausch murió en 2009) y que recién ahora llega a Madrid. Se trata de una obra emblemática que marca un antes y un después en la trayectoria de Waltz, convertida hoy en la coreógrafa más influyente de Alemania.
La primera etapa creativa de Pina Bausch, en los setenta, estuvo marcada por las llamadas óperas-ballet, un período breve pero significativo que dio títulos como Orfeo y Eurídice, Iphigenia o Barbazul. Se trataba de óperas expresadas escénicamente a través de la danza con la convivencia simultánea de cantantes y bailarines en un mismo papel, todo dentro de una puesta en escena donde el baile claramente se colocaba como protagonista por encima de la música. No es solamente que Sasha Waltz utilice la misma fórmula para el Dido & Eneas de Purcell sino que hay momentos corales, pasajes y soluciones coreográficas que traen a la memoria a esta Pina Basuch anterior a la danza-teatro, estilo que fue el que la llevó a la cima.
No se trata, y esto hay que subrayarlo, de una imitación. Es una auténtica influencia/inspiración porque el Dido & Eneas que anoche escuchó merecidas ovaciones en el Teatro Real madrileño, es una pieza autoral, con firma propia. Waltz contrasta la identidad barroca de Purcell con la modernidad, atrevimiento y desprejuicio de su propia danza en una puesta en escena de espectacular apariencia minimalista. El prólogo que vaticina el futuro, exaltando el fondo marino de Cartago al que irá a parar su reina Dido muerta por amor y culpa, está resuelto desde un acuario gigante en el que los bailarines crean una coreografía acuática que recrea ese mar y al tiempo, una estampa barroca. Una funcional escenografía, llena de ventanas en las que ocurren acciones, algunos artilugios como esos arnés que ponen a volar a dos bailarines, el vestuario anacrónico y extravagante, y la desgarradora escena final, la de la famosa aria El lamento de Dido, en la que la desdichada reina, traicionada por Eneas, se ahoga en su propio pelo, son elementos que contribuyen al sentido espectacular e ingenio de esta creación visualmente potente, que recoge la quintaesencia del lenguaje y los modos ya reconocibles de Sasha Waltz. La perfecta sincronización entre músicos y bailarines, y el eficaz desempeño de ambos fundidos en escena, son otros de los muchos atributos de este Dido & Eneas, que sigue girando después de catorce años de representaciones por todo el mundo. Tendrá funciones hoy, el 3 y 4 de abril en el Real.