IMPULSO DE RÁIZ
Generosa y diversificada, la Fira Mediterrània de Manresa arranca hoy reivindicando que la vanguardia de lo popular es tendencia. La danza, en este contexto, cobra protagonista. Nos lo cuenta Jordi Fosas, su director
Texto_JUDIT GALLART Foto_JOSÉ JORDÁ
Madrid, 09 de octubre de 2025
Desde hoy y hasta el domingo, la localidad catalana de Manresa volverá a ser el gran epicentro cultural de las artes de raíz con la celebración de la 28ª edición de su Fira Mediterrània. La cita, que desde hace casi tres décadas se ha consolidado como un mercado estratégico de la cultura popular y de raíz, reafirma este año su carácter de feria creativa: un espacio que no solo exhibe espectáculos, sino que acompaña procesos, impulsa nuevos lenguajes y fomenta la experimentación.
Con un programa que incluye música, circo, teatro, narración oral y artes de calle, la Fira ha convertido la danza y el movimiento en un territorio privilegiado para revisar tradiciones, resignificarlas y lanzarlas hacia el futuro en su afán por mostrar la danza de raíz como un lenguaje vivo en constante diálogo con lo contemporáneo, lo urbano y lo comunitario.
“Tendremos propuestas que trabajan con el desarrollo del lenguaje de la danza de raíz tradicional, pero en presente, en raíz contemporánea. También propuestas de artistas que vienen del mundo de la danza contemporánea y que van a mirar a la raíz de la tradición para crear hoy”, nos adelanta su director artístico, Jordi Fosas, en referencia a artistas invitados como Pol Jiménez o el gallego Daniel Rodríguez (en la foto), que para esta edición ha querido poner el foco en el carácter comunitario y participativo de la cultura popular.
“Este año habrá propuestas que nos inviten a bailar y a formar parte del movimiento conjunto entre los ciudadanos porque creemos que el contexto de tradición de hoy no tiene que ser solo de forma pasiva como espectador, sino también participando, bailando y cantando para tejer comunidad”, añade en relación al objetivo de la Fira por interpelar a la sociedad actual al tiempo que busca dar vida a su patrimonio inmaterial.
Entre las propuestas más notables se encuentra Mil primaveres, del Esbart Manresa, que explora el concepto de revuelta y lo lleva al espacio público con una fuerza renovada, así como Pastor, de Xavier Gumà, una fusión de danza urbana y tradiciones pastoriles que interroga también sobre los roles de género en la cultura popular. Junto a ellas, proyectos internacionales como Transmissió creuada, que busca conectar jóvenes creadores catalanes y colombianos abriendo un horizonte donde las raíces se cruzan y generan nuevas identidades compartidas.
Más danza de raíz
El propio Fosas ha querido destacar algunas de las piezas que conforman el amplio programa, como La cordero i el seu exèrcit, última creación de Sol Picó con la que la creadora se despide de los escenarios y cierra su trilogía sobre el apocalipsis interno. “Sol Picó se ha caracterizado siempre por mirar mucho la cultura popular valenciana en sus espectáculos, ella inauguró en su momento la Fira con Animal de Sequia y nos hace muchísima ilusión que vuelva para presentar su último espectáculo”.
Propuestas como NO de la mano de la joven compañía La Venidera, que será presentada en Manresa una semana antes de su estreno en el Centro de Danza Matadero, de Madrid, o Bezperan (en la foto), del Collectif Bilaka & Daniel San Pedro también han merecido la especial atención de Fosas. “Bilaka es una compañía franco-vasca conocida por trabajar en la raíz tradicional, pero llevándola hacia la contemporaneidad. Para nosotros son un referente”.
Buena parte de las obras que conforman el programa nacen gracias al Obrador de raíz, programa de creación y producción de la Fira que este año acompaña nada más y nada menos que 22 propuestas. No se trata únicamente de ofrecer escenarios sino de sostener procesos largos: residencias, asesoramientos artísticos, apoyo en producción y espacios de laboratorio donde los artistas pueden probar, equivocarse y volver a empezar. Uno de los ejemplos más relevantes este año es el laboratorio dirigido por Jaime Pablo Díaz, de la compañía Nova Galega de Danza, que invita a jóvenes intérpretes a investigar el cruce entre danza tradicional y nuevas expresividades.
“Para nosotros son muy importantes los programas de impulso porque estamos intentando desarrollar mucho sector que trabaja a partir de la danza de raíz. Por ello, en esta edición cerca de la mitad de la programación de danza cuenta con el apoyo del programa Impulso a la Danza de Raíz”, señala Fosas en relación al componente local de la Fira, constituyendo una muestra clara de que ésta ya no es solo un escaparate, sino un motor de producción artística con miras hacia el futuro.
Una inusual feria en la que lo popular no es pasado, sino semilla de creación, donde los laboratorios y programas de acompañamiento sostienen a una nueva generación de artistas; y donde el cuerpo se convierte en territorio de memoria, rebeldía y futuro.