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CONFUTATIS MALEDICTIS

La compañía del creador francés Angelin Preljocaj dejará esta noche inaugurado el Festival Madrid en Danza, en Teatros del Canal, con su nueva creación ‘Requiem(s)’. Te lo contamos…

Texto_OMAR KHAN Fotos_DIDIER PHILISPART

Madrid, 08 de mayo de 2025

El dolor inspira. Cuando aún permanecen pegadas a nuestras retinas las imágenes tristes de Contre nature, la bellísima creación que, montada a raíz de la muerte de su hermano menor, Rachid Ouramdane, director del Théâtre Chaillot de París, trajo a Barcelona y Madrid, llega hoy a los madrileños Teatros del Canal para inaugurar el XL Festival Madrid en Danza, otro relevante coreógrafo francés, Angelin Preljocaj, con su espectacular Requiem(s), una obra apesadumbrada y festiva a un tiempo, que nace de sus propias vivencias de 2023, su año horribilis, en el que perdió a su madre, a su padre y a amigos cercanos.

“De esa herida, que ciertamente nunca cicatrizará, puede surgir una forma de alegría, la de revivir la memoria de la persona que hemos perdido. Por lo tanto, la muerte puede dar alivio y profundidad adicional a la vida. En Requiem(s) he intentado transcribir esta maravillosa sensación del milagro de existir. Una celebración de la vida en cierto modo”, ha dicho el reputado creador sobre las motivaciones de esta nueva pieza creada para los 19 bailarines del Ballet Preljocaj, su agrupación con sede en Aix-en-Provence, que triunfó el pasado verano en el Festival Montpellier Danse.

Requiem(s) es una coreografía de grandes contrastes y cuidada belleza formal. Está plagada de simbolismo y orquestada sobre pasajes sonoros no de uno en concreto sino de varios requiems, incluido el de Mozart, por supuesto, pero también Fauré, Ligeti o Messiaen. Aunque no es narrativa ni lineal, aborda con precisión distintos aspectos de nuestra compleja relación con la muerte. Desde el camino que seguirán nuestros muertos, interpretado desde el imaginario católico con el cielo arriba, el infierno abajo y el purgatorio en medio, pasando por los rituales funerarios o la manera en que el arte ha representado la muerte, recordándonos que después de todo, un Requiem es una misa de difuntos para consuelo de los que nos hemos quedado.

Obra de luto

La obra se pasea desde algo tan visual y tangible como el luto, manifestación cromática del dolor, hasta lo abstracto, filosófico o inexplicable como la finitud de la vida. Reflexiona también sobre la muerte masiva evitable como la de las guerras o inevitable como las de las catástrofes naturales. En fin, Preljocaj crea una obra de aires monumentales llena de sugerencias, muy apoyada (al igual que Ouramdane) en vídeos tremendamente sugerentes que se funden y dan información sobre lo que hace, sobre el siempre agitado escenario, ese vendaval de cuerpos en movimiento. Muchos cayendo desfallecidos, otros agitados y vehementes, pero casi siempre alguno inerte.

Requiem(s) es una obra de madurez, una pieza hecha desde y para las emociones. Angelin Preljocaj, uno de los coreógrafos más sólidos y queridos de la escena francesa, ostenta una larguísima trayectoria en la que abundan piezas festivas y musicales. Es el mismo que triunfó con una versión de Blancanieves, cuya bruja fue vestida por Jean Paul Gaultier como una dominatrix, y el mismo que tuvo la ocurrencia de preguntarse qué pasaría si debajo del lago de los cisnes hubiese petróleo. Pero de vez en cuando, algo le sacude en lo personal y aparecen joyas coreográficas como éste Requiem(s), como la ya lejana Near Life Experience o como N, coreografía estremecedora que nació del terrible y vergonzante episodio de humillación en la cárcel de Abu Ghraib durante la Guerra de Irak, una pieza de las más oscuras de su repertorio, que estos días está remontando con su compañía junior en Aix-en-Provence.