ASUN NOALES: DE FUEGO Y BARRO
Estrena esta semana la directora de OtraDanza ofrece su personal versión de ‘Prometeo’ en el marco del Festival Dansa Valéncia. Nos ha contado las razones de este interés por el mito y también por la narrativa…
Texto_OMAR KHAN Foto_LAURA DIVELLA
Madrid, 07 de abril de 2025
Prometeo, de la raza de los Titanes, esculpió al hombre y además, le dio un regalo muy preciado: le descubrió el fuego que había robado para ellos a su padre Zeus, y se convirtió así en benefactor y clave del progreso y avance humano hacia la civilización. Pero furioso por el robo, Zeus ordenó a Hefesto que modelara una mujer de belleza irresistible, la primera, a la que llamó Pandora e inmiscuyó entre los hombres. Le otorgó una caja de la venganza que cuando la abrió liberó todos los males y desgracias que podían azotar al humano: enfermedades, amarguras y fatigas. Para su hijo traidor, maquinó otra terrible venganza. Lo encadenó para siempre en lo alto de la montaña del Cáucaso, donde le enviaría todos los días del mundo a un águila para que le comiera el hígado, órgano que se volvía a reproducir dada la inmortalidad de su dueño. Pero Heracles tuvo misericordia y un día mató al águila… esa es la historia.
Contarla desde la danza y sin recurrir a la narrativa convencional es ahora el reto. Al menos, el que se ha propuesto Asun Noales para la nueva creación de su compañía alicantina OtraDanza, que ha contado con coproducción del Auditorio de Tenerife y el Festival Dansa Valéncia, donde verá la luz (el fuego habría que decir) en el Palau de les Arts, institución que le hizo el encargo, del 10 al 12 de abril próximos.
“Quería acercarme a los mitos, revisar esos clásicos que nunca dejan de estar al día y de los que podemos aprender tanto, porque al final son un espejo de nuestra civilización”, reflexiona la coreógrafa. “Me sorprende y me fascina que hace tantos años ya se tuvieran ideas existencialistas en la búsqueda de la comprensión humana, en saber quiénes somos, de dónde venimos y poder entendernos. El momento que estamos viviendo desde hace unos años en el mundo entero, con estos conflictos, con tantas guerras y tanto dolor, siempre por lo mismo, por el poder, le dan vigencia y actualidad a Prometeo”.

Personajes
Noales, que con su compañía siempre ha defendido la danza desde la abstracción con un imaginario visual de enorme potencia (Sempere, obra reciente hecha a partir del artista cinético es ejemplar), se ha visto empujada hacia la narrativa desde los ojos de otros. Comenzaron a hacerle encargos en este sentido y ella se dejó. Su más reciente creación no podía ser más literaria: montó un Romeo y Julieta en complicidad con ADDA Simfonica de Alicante. Pero admite que, aún así, pone reticencias y siempre trata de perfilar los personajes pero evadiendo contar historias.
“Hay para mi, en este mito tres personajes clave: Zeus, todopoderoso, siempre dispuesto a castigar la desobediencia; Prometeo, su hijo, que tiene potencia y determinación pero también ternura y generosidad hacia los humanos, y Pandora, que podría ser una Eva y coincide tanto en la mitología como en la religión con la idea de que el dolor siempre llega con la mujer, pues es ella la que cae tentada y abre la caja”.
El otro factor fascinante para Noales estaba en los elementos. En su Prometeo estará presente el fuego, el agua y el barro, que no le son ajenos. El barro, especialmente, que ha sido sustento de Rito, su coreografía ceremonial más famosa y representada, pero también presente en su obra Da Capo (en la foto). Y como en todos sus trabajos, sean o no narrativos, la escenografía nunca aparece como ornamento. “Vengo de la parte más visceral y abstracta de la danza pero es verdad que últimamente me ha venido interesando arrancar desde personajes en la búsqueda de referentes más concretos, pero nunca voy a usar la palabra ni los recursos de la narrativa. Yo necesito contar desde otros lugares y es por eso que no quiero decorados, lo que necesito es que la escenografía se comporte como un personaje más. Tiene que ser algo vivo, no algo que se ha puesto en el escenario y nada más”.
Y ahí tiene un cómplice, el escenógrafo Luis Crespo, que de tan cómplice, ahora aparece no solo diseñando el espacio como en tantos trabajos de OtraDanza sino como apoyo fundamental de la dramaturgia. “Me interesaba involucrarlo porque siempre me aporta muchas ideas, conectamos muy bien. Siempre va a favor del trabajo, siempre resuelve y lo hace desde lo creativo”. Al equipo se suma otra sensibilidad conocida pero estrenándose con ellos, la de Olga García en la iluminación y, por supuesto, los siete bailarines, ésta vez seleccionados en una audición a la que acudieron, nada menos, que alrededor de 800 aspirantes.
De estos mimbres está hecho su Prometeo, la reinvención desde la danza de un mito clásico tremendamente conocido. Pero a Asun Noales no le interesa que el espectador le venga con los deberes hechos. Más bien prefiere que el que se siente en el patio de butacas no conozca o no recuerde la historia. “No tengo ningún interés en que el espectador conozca de antemano el mito. Todo lo contrario, yo lo que quiero es que lo descubra primero a través de mi, y a partir de allí, ya se interese por investigarlo”, concluye.






