VIAJE A LAS PROFUNDIDADES DEL OCÉANO
Big Bouncers pone el foco en el mundo planctónico con un espectáculo para público familiar que llega este fin de semana al Teatro Barakaldo. Hablamos con su creadora, Anna Rubirola...
Texto_JUDIT GALLART Fotos_TRISTÁN PÉREZ-MARTÍN
Madrid, 18 de octubre de 2024
¿Cuál es la relación que mantenemos los humanos con aquellos seres diminutos que habitan bajo el agua? ¿Somos conscientes de la importancia que presentan las cosas (y las especies) más pequeñas para el mantenimiento de la vida? A partir de estas cuestiones Big Bouncers, colectivo catalán especializado en propuestas para público familiar que está formado Cecilia Colacrai y Mireaia de Querol, y dirigido por Anna Rubirola, nos propone un viaje simbólico a las profundidades del océano en el que los cuerpos no solo bailan, también emulan formas, colores e incluso luces que remiten a todo el universo del plancton.
Es precisamente en estos pequeños organismos acuáticos donde Plancton, pieza programada para mañana en el Teatro Barakaldo Antzokia, con dos funciones, ha puesto su foco. “Se trata de un espectáculo que acoge todo el imaginario del mundo planctónico proponiendo un viaje desde fuera hacia dentro, hacia las profundidades marinas, donde se van a encontrar una sensación general de flotación y densidad, pero también de calma, muy inspirada en las sensaciones que uno tiene cuando está sumergido”, nos cuenta Rubirola, creadora de la propuesta.
Y es que sin duda el plancton continúa siendo el gran desconocido dentro de un entorno natural en el que los más pequeños señalan rápidamente animales como el tiburón o la ballena. “Pienso que tenemos la obligación de saber un poquito más y acercar estos saberes a los niños, porque realmente el fitoplancton, una parte importante del plancton, genera la mitad del oxígeno que hay en la atmósfera y, por lo tanto, sin ello los humanos no podríamos respirar”, recalca la creadora.
Un terreno tan abstracto como simbólico en el que las puertas de la imaginación quedan completamente abiertas en una superposición de manifestaciones artísticas en busca de un diálogo entre texto, sonido, iluminación y movimiento evitando que ninguna destaque por encima de otra. “Tenía muy claro que la luz era uno de los elementos más importantes de la pieza y es también parte de la dramaturgia, precisamente porque algunos seres planctónicos emiten luz, lo cual me parece fascinante. Entonces decidimos hacer unos vestuarios con fibra óptica que emiten luz, porque me interesaba especialmente poner la luz en movimiento, pero cuidando que todas las formas artísticas tuvieran el mismo peso. La verdad que es un trabajo que no hubiera sido posible sin cada uno de los miembros que conforman nuestro equipo”.
Arte y Ciencia
Una representación en la que arte y ciencia se dan la mano y que viene acompañada de material científico y propuestas de movimiento para que las familias y los colegios puedan continuar inmersos en este particular universo una vez concluido el espectáculo. “La obra enseguida te incluye dentro de ella, los espectadores están muy cerca de las bailarinas, la luz les toca en la piel y eso les hace vibrar mucho con la pieza. Nos hemos dado cuenta de que cuando aportamos un QR con información científica, muchas nos comentan que luego han trabajado en casa y en las escuelas con ella”.
Esta oportunidad de introducir a su pequeño público en las piezas y las rápidas y espontáneas reacciones que suelen despertar en los niños, unido al regalo que supone volver a mirar al mundo desde la curiosidad y ausencia de juicio, es lo que más atrae a Rubirola hacia la creación para público familiar. “Cuando trabajas con estos públicos, si algo funciona o no enseguida lo notas, en cambio con los adultos hay un protocolo más basado en el silencio y el anonimato que lo vuelve todo más distante. Como coreógrafa, poder mirar al mundo como lo hacen ellos, me aporta una mirada mucho más optimista y curiosa”. Sin embargo, considera que el sector aún no ha otorgado a este tipo de propuestas la importancia que merecen. “Algunos espacios consideran que el caché o la complejidad técnica de este tipo de espectáculos es menor, y eso no es así. No entiendo porqué la edad del público podría definir este tipo de cosas cuando un espectáculo es un espectáculo”, concluye.