LA MILIMÉTRICA PERFECCIÓN DEL CAOS
Guy Nader y María Campos estrenaron anoche en el Mercat de les Flors, dentro del Festival Grec, ‘Natural Order of Things’. Fuimos a verla y esto nos ha perecido…
Texto_OMAR KHAN Fotos_GN/MC
Barcelona, 04 de julio de 2024
Una fila de nueve bailarines se desplaza en perfecta sincronización por el espacio. Durante largo rato nada rompe con la perfección de esos nueve cuerpos alineados que parecen una raya que se mueve por ese espacio blanco, limpio, casi aséptico, que domina la escena de Natural Order of Things, la pieza que anoche (y hasta mañana) en el Mercat de les Flors y en el marco del Festival Grec, de Barcelona, dio continuación a las inquietudes sobre el espacio-tiempo emprendida por la Compañía de Guy Nader y María Campos.
De forma progresiva, se van desprendiendo de la línea algunos cuerpos rebeldes en solos, duetos, tríos o pequeños grupos, que pronto son reabsorbidos por esta constante y obstinada fila que se niega a desintegrarse reclamando unidad. La coreografía nunca saldrá de esta dinámica durante toda la representación. Así relatado, suena esquemático, fácil y predecible, pero el tándem Nader/Campos sabe cómo meternos en un loop que hipnotiza y engancha con sus frases repetitivas desplegadas desde una inteligencia escénica que maneja y modula sus recursos, incluida la danza de sincronizados cuerpos voladores, encaminándolo todo hacia un crescendo calculado, un caos milimétricamente perfecto y ordenado en el que resultan determinantes la música de Coti K y la iluminación gradual, blanca y expresiva de Conchita Pons.
Dinámicas del cosmos
Natural Order of Things es como una maquinaria que bien pudo haber estado allí antes de que empezara la representación y podría seguir así hasta el infinito. Ya lo dice el título, su referencia está en el universo, en las dinámicas que se establecen en la naturaleza, tanto en la Tierra como en el cosmos, en esa perfección imperfecta de la matemática astral, que sabe siempre como volver al inicio, al punto de partida, en este caso esa fila de nueve elementos que se saben parte de esa estructura aunque tengan tendencia a salirse de ella.
La pieza es hija legítima de sus padres. El lenguaje y los modos de Nader/Campos son ya perfectamente reconocibles. Sus obras coinciden en ser estructuras tremendamente racionales, maquinarias de relojería donde hay lugar para el asombro pero no para la emoción. Las suyas son obras frías y bellas. No hay nada más lejos de ellas que el circo y sus festividades coloridas pero echan mano de las acrobacias y desde la danza las incorporan a su lenguaje. Demás está decir que no surtirían efecto sin la eficacia y concentración de esos bailarines insólitos que saben responder a las demandas y exigencias, que no son pocas. En algunos momentos, la línea no era todo lo recta que aspiraba, pero le damos la concesión de que era un estreno y una pieza así hasta dentro de unas cuantas representaciones no estará perfectamente engrasada. Cuando vuelva al Mercat de les Flors, en marzo del próximo año, seguramente se comprobará.
Natural Order of Things está llena de momentos memorables. La geometría de los cuerpos recuerda al Jan Martens de any attempt will end in crushed bodies and shattered bones, que se vio en este mismo escenario. La obstinación remite, cómo no, a la Lucinda Childs más terca y minimalista, y su juego de sombras cruzadas, trae a la memoria Fase, pieza fundacional de Rosas, de Anne Teresa de Keersmaeker
