“YO NO VEO DANZA. VEO FOTOS”
Fernando Marcos, el que fuera fotógrafo para Nacho Duato en la CND, presenta en el Teatro de la Abadía su exposición ‘Lokt.Ag’ en el marco de PhotoEspaña. Nos lo ha contado…
Texto_OMAR KHAN Fotos_FERNANDO MARCOS
Madrid, 03 de junio de 2024
En cualquier impreso que aspire a recoger, reseñar o recordar los años más fructíferos y determinantes de la creación coreográfica de Nacho Duato para la Compañía Nacional de Danza (CND), seguro habrá una foto, a un tiempo testimonial y artística, de Fernando Marcos (Barquisimeto, 1969). Más de una década, desde 2000 a 2011, estuvo el fotógrafo venezolano congelando el movimiento de esas piezas, todas significativas en la trayectoria del coreógrafo valenciano.
Lokt.Ag, su exposición en el marco de PhotoEspaña, que podrá verse hasta el 30 de julio en El Absidiolo, la sala expositiva del madrileño Teatro de la Abadía, no es, sin embargo, una retrospectiva de estos trabajos. Se trata de una muestra que recoge el paralelismo, interrelación y encantamiento que el artista encuentra entre Lokta (lokt), un papel hecho a mano con fibras naturales procedente de Nepal, la plata (AG) de las películas fotográficas tradicionales basadas en sales de plata y la danza.
Lo que ocurre es que la danza de la exposición proviene, en su mayoría, de fotos de aquellos tiempos de la CND, que bailan ahora sobre un nuevo soporte que las hace más artísticas, si cabe. “Este papel tiene vida propia, texturas, ramitas, trocitos, es orgánico”, nos detalla el fotógrafo. “Siempre busco pero no sé lo que busco hasta que lo encuentro, y justo estaba experimentando con esos papeles cuando me ofrecieron participar en PhotoEspaña”.
Pastelero y fotógrafo, Fernando Marcos no llegó a la danza por pasión sino que, por cosas de la vida, la danza le vino a buscar. Concretamente a la EFTI, la escuela de Fotografía de Madrid, donde daba clases después de haberse graduado. Sus antecedentes en danza eran apenas unas fotografías de aficionado de cuando vivía en Burgos, que había hecho a su amiga, la coreógrafa y bailarina Alicia Soto, en la Folgwang, escuela alemana de Pina Bausch. Pero su fuerte en fotografía se sustentaba en la firme defensa de lo analógico, las prácticas del siglo XIX, positivar, revelar…
“Me llamó Maite Villanueva [histórica jefa de prensa de la CND]”, nos relata. “El fotógrafo Michael Slobodian estaba haciendo una sesión para ellos y necesitaban a alguien que revelara bien y rápido. Fueron tres días intensos revelando para él. Hecho este trabajo, me preguntaron si también hacía fotos porque necesitaban a alguien que les cubriera una actuación de la CND Junior en el Teatro Albéniz. Pensé que sería una cosa puntual pero no, allí seguí. Y entonces hice esa foto de White Darkness. Yo ni sabía que había esa cascada al final”.
World Press Photo
La citada instantánea recoge el momento final de esta triste coreografía de Duato, que no pretende ser una advertencia sobre el uso de las drogas sino un desgarrador retrato de cómo te llevan hasta la muerte. El estremecedor final, la cascada de blanquísima cocaína que cae sobre la bailarina Emanuel Broncin, oscurecida y empequeñecida, fue captada por Marcos en un blanco y negro trágico, que sedujo al exigente jurado del célebre World Press Photo, que le otorgó el primer premio en la categoría de Arte del año 2002. “Yo no veo danza, yo veo fotos. Es un castigo, pero siempre fragmento la realidad”, asevera.
Para Fernando Marcos hacer fotos de danza es un disfrute y una experiencia, aunque reconoce que no todo lo que baile frente a su cámara le vale. “Soy un poco raro. He hecho ballet, pero en ese terreno yo no puedo proporcionarles lo que ellos quieren. Yo donde me siento cómodo es en el contemporáneo”, dice el fotógrafo que, no obstante, también ha trabajado para la Orquesta y Coros Nacionales de España, el Ballet Nacional de España, el Teatro de la Zarzuela o el Staatsballett, de Berlín, otra vez con Duato, cuando fue director en esa casa alemana.
“No soy de esos fotógrafos que trabajan con el alma y que sufren. Yo no. Era feliz haciendo fotos mientras Duato creaba. La danza, técnicamente es complicada. No tanto por el movimiento como por la luces, hay mucho claro-oscuro. Pero nunca usaba motor ni hacía ráfagas. Eso es de cobardes. Intentaba anticiparme. Me pasaba mucho tiempo siguiendo a un bailarín, esperando mi momento”.
Habla en pasado porque la danza para él es ya solo eso. También los tiempos de profesor en la EFTI. “No echo de menos la danza. Me ha desilusionado mucho. Lo que echo de menos son aquellos días de danza con Nacho Duato y el equipo que tenía… Luisa María Arias, Clyde Archer, Dimo Kirilov, Gentian Doda o Tamako Akiyama”.
Un poco esquivo con el medio de la danza y también con el de la fotografía, se ha reinventado a sí mismo en su club de fotografía: pixeldeplata.es. “Somos un grupo que nos juntamos para hacer cosas, experimentar, charlar, compartir. Son gente con un nivel cultural alto pero que no quieren ser fotógrafos. No hay un curso preparado ni nada de eso. Propongo actividades que ponemos en marcha en nuestras reuniones semanales. Les preparo desayuno, salimos a hacer actividades fotográficas, y me hace feliz porque aquí combino todo lo que me gusta dar: hospitalidad, gastronomía, fotografía…”