MARCOS MORAU DESPIERTA A LA BELLA DURMIENTE EN LYON
El director de La Veronal estrena esta semana con el Ballet de la Ópera de Lyon su propia y personal versión del clásico del ballet. Lee más…
Texto_OMAR KHAN Foto_CHARLENE BERGEAT
Madrid, 13 de noviembre de 2022
La eficacia de la reinvención contemporánea de los grandes clásicos del ballet pasa casi siempre por hacerse las preguntas pertinentes a nuestro tiempo que arroja cada historia decimonónica. ¿Y si en el lago de los cisnes hubiese petróleo? se preguntó Angelin Preljocaj. ¿Y si Giselle en vez de muerta estuviera loca? se preguntó Mats Ek. ¿Y si esa misma Giselle en vez de campesina fuera la obrera explotada de una fábrica? se preguntó Akram Khan… Marcos Morau (Ontynyent, Valencia, 1982), director en Barcelona de La Veronal, ésta vez junto a 15 bailarines del Ballet de la Ópera de Lyon, tratará este martes 15 de noviembre de responder a su inquietud frente a Aurora: ¿Y si la bella durmiente despertara en el año 2022 de nuestro siglo XXI?
Quizá consciente de la caducidad actual de términos obsolescentes como reino, princesa, hada y encantamiento, el creador valenciano opta por centrarse en una inquietud humana aún sin resolver: la línea de tiempo, y se centra en lo que significaría e implicaría quedarse dormido durante cien años. Morau admite que reinventa y destruye la historia original, aunque conserva la partitura de Tchaikovski, y crea un espacio-tiempo similar a un limbo, ubica la acción en un sitio fantasmagórico en un momento inexacto, donde todo se balancea entre la realidad y la ficción. Su Aurora dormida aparece en una suerte de museo de alfombra roja, expuesta a miradas de curiosidad e indiferencia, en un mundo que estando en el mismo sitio ya no es el suyo. El tiempo aquí se convierte en el eje narrativo.
Cuento sin hadas
En alianza con su equipo creativo de La Veronal, incluido su dramaturgista habitual Roberto Fratini, Marcos Morau reinventa La bella durmiente desde las coordenadas estéticas de su compañía. La idea del museo ya estaba presente en su muy impactante Siena, y a juzgar por los trajes que dejan ver las imágenes de ensayo de esta obra (en la foto de JEAN LOUIS FERNÁNDEZ sobre estas líneas), hay reminiscencias a los de la muy aplaudida Sonoma, obra superlativa de la compañía catalana que conquistó y fascinó al ala más exigente del público y crítica franceses en el prestigioso Festival de Avignon.
Y es que Francia ya ha colocado a Morau en el pedestal de sus creadores favoritos, cediéndole sus espacios más emblemáticos (el Palacio de los Papas, de Avignon, el Teatro Chaillot de París y ahora, la fastuosa Ópera de Lyon) y esto supone no solamente una ventana de proyección a la estratosfera del éxito sino que también garantiza la fidelidad de los franceses, que ha demostrado ser imbatible. Como prueba Pina Bausch, que a 13 años de su muerte, es hoy más representada, venerada y recordada en Francia que en su Alemania natal.
La bella durmiente, según Marcos Morau, tendrá funciones en la Ópera de Lyon, del 15 al 24 de noviembre, y pasará al Teatro de La Villette, de París, del 15 al 18 de diciembre.