VIAJE INTERIOR
Humanhood estrena ∞ {Infinit}, que quiere ser una experiencia sensorial para los que vayan a verla esta semana en el Mercat de les Flors y en verano a la Bienal de Venecia. Júlia Robert y Rudi Cole nos lo han contado…
Texto_OMAR KHAN Foto_CAMILLA GREENWELL
Madrid, 19 de abril de 2022
Mientras más dentro vayas más lejos puedes llegar. El infinito no es exterior ni está fuera de nosotros. Se inicia y crece desde dentro. Júlia Robert y Rudi Cole, bailarines, coreógrafos y directores de su compañía Humanhood (en la foto), quieren que cada espectador que vaya a ver su nueva creación ∞ {Infinit} salga del Mercat de les Flors, de Barcelona, donde se estrena esta semana, con esa noción asimilada y, sobre todo, experimentada. “No hacemos piezas”, asegura convencida ella. “Procuramos experiencias que permitan al que venga acceder a otras emociones y sensaciones que le lleven a nuevas realidades”.
En este sentido, más que una coreografía o una propuesta visual, su nuevo título, que forma parte de un universo mayor que han venido creando y alimentando con sus trabajos desde hace siete años, quieren que sea una experiencia, un viaje iniciático hacia el interior, guiado por sus voces y estimulado desde una propuesta escénica sensorial, donde la danza, la iluminación, los trajes y la música, parecen inducir el trayecto.
“Nuestra meta con el espectador no es que les encante la propuesta ni que se vaya acordándose de nosotros” prosigue Robert. “Nuestra aspiración es que si alguien entró deprimido se vaya feliz, si alguien llega perdido, cuando salga haya encontrado su valor, que toquemos algo muy suyo que le recuerde por y para qué está aquí”.
∞ {Infinit}, que también ha sido seleccionada por el creador británico Wyne McGregor, comisario de la Bienal de la Danza de Venecia, que se celebra este verano, es participativa pero advierte Robert que no en el sentido convencional de poner al público a bailar o invitarlo al escenario. “La participación no es hacia fuera, no son acciones. La idea es guiar al público con nuestras voces a través de una experiencia interior concreta que le lleve a descubrir cómo el infinito está en nuestro interior, abrimos la puerta para que sea parte activa de este proceso de transformación trascendental más allá del escenario, y que tome conciencia de cómo se siente dentro de su cuerpo, que logre romper esa barrera ilusoria que hay entre lo interior y lo exterior”.
Camino espiritual
Desde luego, todas estas creencias, conexiones con lo espiritual y las vivencias chamánicas, con el misticismo en suma, son convicciones personales que comparten la bailarina catalana y el creador británico, que forman tándem indisociable. “Ha sido personal. Durante los últimos años hemos emprendido un camino espiritual de crecimiento personal, en la búsqueda de abrir nuestra conciencia a la creación, explorar cómo las emociones y actos nos afectan en nuestra vida”.
Y no solamente entre ellos dos, sino también con sus siete bailarines, en la que supone su segunda creación grupal, después de numerosos duetos siempre en la misma línea, entre los que destaca Sphera, una invocación a la luna, que pudo verse recientemente dentro del Festival Dansa València.
“Solo cogemos a gente que sentimos que son los bailarines que el trabajo necesita. Cuando alguien se mueve hay algo que se siente pero no se ve, y no se trata de que lo puedas bailar o no. Claro que hay una valoración de lo físico, la danza es también estética, pero no es el fin de nuestras creaciones. Sabemos y trabajamos la forma que queremos pero intentamos ir más allá. Para nosotros es importante que los bailarines quieran también participar de este crecimiento personal”.
En la foto de TOM VISSER, sobre estas líneas, un momento de la pieza que estrenarán el próximo 21 de abril, en el Mercat de les Flors, de Barcelona, donde permanecerá hasta el 24. Posteriormente, el 27 de julio, la bailarán en el Teatro Piccolo Arsenale, dentro de la prestigiosa Bienal de la Danza de Venecia (Italia).