SOL LEÓN Y PATRICIA GUERRERO OBTIENEN EL PREMIO NACIONAL DE DANZA
Las dos creadoras andaluzas lo ganan, respectivamente, en las modalidades de Creación e Interpretación. Te lo contamos…
Texto_REDACCIÓN
Madrid, 07 de octubre de 2021
La coreógrafa cordobesa Sol León y la bailaora granadina Patricia Pérez Guerrero se hicieron ayer con los Premios Nacionales de Danza 2021, en las modalidades de Creación e Interpretación, respectivamente. La concesión del galardón, auspiciado por el Ministerio de Cultura y otorgado por un jurado especializado, supone la obtención de 30 mil euros a cada una de las triunfadoras.
Sol León pasó 35 años en el Nederlans Dans Theater (NDT), prestigioso colectivo de La Haya, donde llegó como bailarina para Jiri Kylián, entonces director artístico de la compañía e impulsor de su carrera como coreógrafa, que se inició en esa casa y se ha desarrollado siempre en tándem con Paul Lightfoot, quien llegó a la posición de director artístico, en 2012, tras la polémica salida de Kylián. El trabajo creativo de la pareja para el NDT 1 y 2 contabiliza más de 60 coreografías, destacando títulos de gran potencia visual como Silent Screen, Signing Off o Shoot the Moon.
Una de sus últimas creaciones monumentales fue Kunstkamer, estrenada en 2019, a propósito del 60º aniversario del NDT. Con ese trabajo vendrían al Teatro Real la temporada pasada pero el coronavirus lo impidió. Justamente fue durante la pandemia, que se supo que la Junta Directiva había nombrado a la canadiense Emily Molnar como directora artística, relegando al tándem León/Lightfoot al cargo de coreógrafos residentes. No obstante, poco después la misma directiva decidió suprimir definitivamente esa figura del staff, lo que supuso la salida de ambos de la compañía el año pasado.
Patricia Guerrero, por su parte, protagonizó recientemente La Bella Otero, como artista invitada al Ballet Nacional de España (BNE) por Rubén Olmo, en la que suponía su primera producción de envergadura como director artístico del ente público. Hija de bailaora, María del Carmen Guerrero, la pequeña Patricia aprendió de su madre los principios del flamenco. Debutó a los ocho años y a los quince ya estaba en la vida profesional. Despuntó tras triunfar muy joven en el prestigioso Festival del Cante de Las Minas.
Con Rubén Olmo mantiene una vinculación de larga data. En 2010 entró en su compañía y al año siguiente, cuando él estuvo al frente del Ballet Flamenco de Andalucía, se convirtió en primera bailarina de esta formación. En 2018, ya con su propia compañía, estrena Distopía, en el Teatro Central de Sevilla. El jurado del galardón nacional valoró muy especialmente, su participación como protagonista en La Bella Otero.