ÁFRICA QUEDA AQUÍ
Aïda Colmenero Dïaz rompe los prejuicios respecto a la creación en el continente negro con su proyecto África Moment. La acoge hoy el Festival 10 sentidos, antes de ir a Teatros del Canal y el Festival Grec. Nos lo cuenta…
Texto_BEGOÑA DONAT
Valencia, 15 de mayo de 2021
La compañía Aïda Colmenero Dïaz arranca una gira que tiene su primera parada este fin de semana en el festival 10 sentidos, de València y sigue ruta en Teatros del Canal, en Madrid, y el Festival Grec, de Barcelona, este año dedicado al continente africano. Es así como El Teatre El Musical valenciano acoge hoy sábado, 15 de mayo, un programa triple donde se conjugan tres propuestas integradas dentro del proyecto África Moment, que aspira a dar a conocer a artistas escénicos inéditos y de vanguardia procedentes del continente negro.
“A los programadores les cuesta entender que en países como Zimbábue, Níger, Togo y Zanzíbar se esté creando danza contemporánea. En el imaginario profundo existe el prejuicio de que la producción cultural procedente de estos países va a consistir en la música de un djembé y mujeres a las que les vibra todo el cuerpo mientras saltan con una falda. Pero poco a poco estamos haciendo entender la riqueza de la danza y el teatro contemporáneo hecho por africanos y afrodescendientes que viven en nuestro país”, explica Colmenero, que ejerce de directora artística, comisaria y asesora internacional de la plataforma.
La cita en València arranca con el solo black, del artista de Costa de Marfil afincado en Barcelona Oulouy. “La inspiración de su partitura coreográfica parte del Apartheid en Sudáfrica”, avanza Colmenero, que es la única discípula española de Germaine Acogny, madre de la danza contemporánea africana y reciente León de Oro de la Danza en la Bienal de Venecia 2021.
El bailarín y docente se sirve de movimientos propios de la escena urbana africana, como el coupé-decalé, el afrohouse, el azonto y el krump, para improvisar una coreografía que trata de transmitir el sinsabor de ser negro en una sociedad moderna.
La segunda parte del programa consta de dos variantes del proyecto Ella Poema, una iniciativa de Colmenero que integra cortos, fotografía y coreografía. En primer lugar se proyectarán los cortometrajes éxodo, templo, cicatriz de luz, abismo y trayectoria del polvo VII, y a continuación, se representará la pieza escénica 2 de noviembre, el quitador de miedos.
El tabú del temor
Esta última obra surgió de la vida cotidiana en Senegal, donde desde hace unos años vive Colmenero. Los procesos creativos en Ella Poema se basan en versos de mujeres. En este caso, el montaje se inspira en los poemas homónimos de Stella Díaz Varín (Chile) y Radio Ensueño (España). Sus escritos se vinculan a los temores ligados al nacimiento y a la muerte en la república africana para conformar una coreografía que toma elementos de la danza patrimonial senegalesa para revisarlos desde lo contemporáneo.
En 1999, cuando la compañía aborigen australiana Bangarra estrenó la obra Fish, su director artístico, Stephen Page, fue acusado de abrazar una cultura que casi había destruido la suya propia al mezclar las danzas indígenas con el baile contemporáneo. Aïda no tiene dudas de que esa percepción es errónea: “El folclore está vivo en el hoy. Cualquier danza patrimonial que no esté actualizada se convierte en objeto de museo. Está bien como archivo de consulta, pero lo interesante es fusionar, bailar desde la tradición pero en el ahora. Me interesa trabajar con la gestualidad y el movimiento de allí, sin olvidar de dónde venimos, pero con la escucha puesta en el día presente”.
La narrativa de la pieza explora el tabú del nacimiento en Senegal, donde, según desvela Colmenero, las mujeres no revelan su embarazo, sino que lo viven en la intimidad y la noticia se comparte cuando el bebé ha nacido. Del mismo modo sucede con los fallecimientos, “resulta tabú que, sobre todo las mujeres, hablen de la muerte en público”.
Colmenero, fundadora y directora del proyecto multidisciplinar Ella Poema, recuerda cómo en Dakar, un cineasta se manifestó impresionado tras ver 2 de noviembre, el quitador de miedos, y les agradeció asistir a una función donde las mujeres bailaban y hablaban abiertamente de la muerte. El proceso de duelo en Senegal difiere del español. “Mientras aquí se asimila el fin, allí se considera el inicio de otra cosa: empiezas a ser un ancestro”.
Colmenero ha consolidado Ella Poema junto a referentes femeninas en artes escénicas de más de una docena de países africanos, de una manera no jerarquizada y colaborativa. La intención del proyecto es poner a la creadora al frente, dar a conocer nombres propios femeninos. “La realidad africana es la misma que la europea: los hombres son los que siempre están al frente de las compañías. Es importante que las que empiezan a bailar tengan ejemplos, porque si no tienes modelos que seguir, es muy difícil”.
A ese objetivo de crear cantera, se suma una visión no eurocéntrica, que persigue quitar los estereotipos arraigados respecto a la mujer negra africana. “Ella poema es una herramienta útil, porque sus protagonistas tratan cualquier tema contemporáneo, lo que erradica la imagen de la mujer pobre, que asiste a la muerte de sus hijos. La situación es difícil, pero no todo es así”.
Tras su representación en València, 2 de noviembre, el quitador de miedos se ha programado los días 23 y 24 de junio en los Teatros del Canal de Madrid, y los días 7 y 8 de julio en sat! Teatre, dentro del festival Grec de Barcelona
