EL ELEFANTE DE JEAN PHILIPPE
El colectivo Elephant in the Black Box conquista esta semana Madrid. Teatros del Canal acoge Renaissance, que tiene entusiasmado a su director Jean Philippe Dury. Nos lo ha contado…
Texto_OMAR KHAN Fotos_JUAN CARLOS VEGA
Madrid, 15 de marzo de 2021
Jean Philippe Dury, artista francés radicado en Madrid, tiene claro lo que no quiere. No desea que Elephant in the Black Box (EBB) sea una compañía, prefiere la palabra colectivo. “Somos un colectivo de gente que forma a jóvenes talentosos y creo que es lo que mantiene el proyecto”, asegura. Aunque es el director y monta muchas de las coreografías, no quiere ser director en el sentido convencional ni tampoco un creador al uso. “No me gusta el rol de director. Hoy soy yo y si mañana es otro, pues que sea otro. Lo importante es que el proyecto tenga continuidad”. Pasa de etiquetas, así que no quiere que se les considere ni clásicos ni neoclásicos. “Me gusta el físico académico”, sostiene. Y lo último que le interesaría sería entrar en la categoría de compañía de autor. “Hago coreografías porque me gusta pero no me considero del todo un coreógrafo”.
Fue bailarín del Ballet de la Ópera de París, de Los Ballets de Montecarlo y de la Compañía Nacional de Danza (2009/13), en la última etapa de Nacho Duato. Pero eso es pasado. Tampoco quiere volver a bailar en un escenario y mucho menos integrarse en su propio equipo de intérpretes. “No lo echo de menos” dice con toda sinceridad. “Es muy duro bailar cuando no puedes entrenar cada día. Tengo 42 años y un proyecto más amplio en EBB con la parte formativa. Hay mucha gente que baila mejor que yo. Por otro lado, bailar lo de otros es muy exigente. ¿Qué pinto yo bailando si tengo dos pedazos de bailarines que lo hacen estupendamente? Ser director y bailarín en el mismo proyecto lo veo feo. Prefiero dar visibilidad y oportunidad a los que trabajan conmigo. La percepción cambiaría si me pongo a bailar con ellos. Es que no lo veo viable… si diriges, diriges. En este mundo hay que estar donde hay que estar”.
Hay algo que sí quiere, y hacia ese objetivo dirige todas sus energías. “Me gusta la idea de tener un estilo propio, que la gente nos busque y nos venga a ver por el estilo”. Un estilo que pasa principalmente por la excelencia en la ejecución de sus bailarines. Por eso, Ranaissance, el programa doble que prácticamente estrenará en Teatros del Canal los días 17 y 18 de marzo (se vio fugazmente antes de la pandemia) es una gran oportunidad de mostrar ese estilo que quiere para EBB. Conjuga el talento del reputado creador alemán Marco Goecke, que la ha cedido su creación Nichts, y el suyo propio, en The Hidden Beauty, que en sus palabras es una “autocrítica a La bella durmiente”.
Máxima exigencia
No oculta su satisfacción por tener a Goecke en repertorio. Además, es el primer colectivo español que monta una obra suya. “Vi Nichts cuando la estrenó para el NDT2 y me interesó. Es muy dura de bailar, tiene un altísimo nivel técnico y es lo que quiero que se vea. Es una pieza que si está mal bailada rápidamente se nota, así que la exigencia es máxima. El trabajo de Goecke encaja en mis ideas de lo que quiero que se baile en EBB”. Aunque, hasta ahora, la mayoría de las piezas las ha firmado Dury (muchas de ellas reinvenciones de clásicos como su exitosa Romeo y Julieta o La consagración de la primavera), explica que se debe a las dificultades económicas pero que la idea es poder contar con coreógrafos invitados con más frecuencia.
El colectivo EBB, que cuenta además con una ramificación junior, nació repentinamente en 2013 cuando no existía ni en planes y ni siquiera tenía nombre. Jean Philippe Dury fue invitado al Festival Madrid en Danza, que le dio visibilidad y generó el interés de programadores. Comprendió entonces que tenía que montar una estructura si quería seguir y funcionaron desde el inicio como un colectivo que se repartía todas las tareas. Aprendieron solos.
Cosas de la vida, fue desarrollando su proyecto con sede en Madrid, pero la ciudad se le resistía mientras bailaban desde Barcelona hasta Valladolid, así como en numerosas plazas internacionales. Este añorado reencuentro con el público de la capital aparece en un momento en que ya EBB ha puesto un pie en Francia, con una filial en Pau, un pueblo en el Pirineo Atlántico que le ha ofrecido infraestructura y apoyo. “Me ofrecieron llevarme todo el proyecto allí, donde incluso tendría una sede, pero preferí mantenerla como una filial. Empezamos apenas en septiembre pasado pero ya notas que el funcionamiento de las ayudas, apoyos y subvenciones son de una manera muy diferente y eficaz en Francia. Ahora mismo, son dos proyectos con el mismo objetivo”.
Jean Philippe Dury dejó su Francia natal fascinado por el trabajo de Nacho Duato. Recuerda el momento con nitidez. “Fue muy bonito. Vino a trabajar con nosotros cuando yo bailaba para el Ballet de la Ópera de París, y en apenas dos días me dio tanto… mucho más tarde me dio ánimo, me ofreció un lugar en la CND, me descubrió algo diferente. De él aprendí que con poco puedes hacer mucho. Hice mi primera pieza en sus talleres de Jóvenes Coreógrafos, puso todo a mi disposición, me dio una oportunidad”, concluye.
