OGMIA EN EL BOSQUE
Mañana estrena Eduardo Vallejo con su compañía Ogmia The Holy Trinity, en el Teatro del Bosque de Móstoles. Te lo contamos…
Texto_OMAR KHAN Foto_ALBA MURIEL
Madrid, 9 de diciembre de 2020
Mañana, en el Teatro El Bosque de Móstoles, en Madrid, el asturiano Eduardo Vallejo Pinto da un paso al frente con su joven compañía Ogmia, fundada en 2019, con el estreno de The Holy Trinity, obra blanca, limpia y esteticista, que es nuevo eslabón de una cadena de creaciones centradas todas en los excluidos sociales, los que no tienen voz o no son escuchados. Sus cinco bailarinas de edades, complexiones y sensibilidades diferentes, son señal de que aborda el tema de la reivindicación social de la mujer, un tema muy de moda y muy en boga, que rara vez aparece ideado e impulsado por hombres.
“A lo largo de la historia la sociedad ha cosificado a la mujer”, asevera Vallejo convencido. “En el aspecto religioso llegó un momento en el que la mujer desapareció y se impuso la idea de Dios representado en una Santísima Trinidad masculina. Con la llegada del monoteísmo, la figura de la mujer queda relegada a la Virgen. La Inquisición la demoniza y la convierte en bruja. Incluso hoy, en la ideología LGTBI, tener pluma, que es un rasgo femenino, está mal visto porque viene de la mujer. La obra no lo sé, pero yo soy feminista y humanista”.
The Holy Trinity es ejemplar de las preocupaciones formales de Vallejo. El tratamiento de la escena, la intensidad del espacio sonoro de Iván Solano, la atmósfera enigmática creada por Kira Argounova y el acento en la composición de los cuerpos conforman un todo y se inscriben como constantes de un trabajo que no pierde conexión con No Time To Rage, obra anterior de su catálogo, que ha sido programada por Teatros del Canal para marzo del año próximo.
Artes plásticas y artes marciales estuvieron antes que la danza en los intereses del joven coreógrafo asturiano. En sus creaciones aúna intereses diversos, que van desde su fascinación por los vídeojuegos pasando por la estética anime hasta la literatura de anticipación. Son sus referentes para la dramaturgia, aunque sus trabajos opten por el distanciamiento y la sugerencia, y aparezcan más cercanos a la abstracción. Al menos así se constata en The Holy Trinity. Específicamente en danza ha venido desarrollando Vallejo su propia teoría, el movimiento dactilar, que supone que cada intérprete tiene una manera única de moverse, que termina por definirle.