SCI-FI
Paula Quintana estrena mañana en Ibiza, en La noche del Patrimonio, y el próximo mes en el FAM Tenerife, La carne. Su dramaturgista, Javier Cuevas, nos cuenta esta aventura futurista…
Texto_OMAR KHAN Fotos_JOAQUÍN PONCE DE LEÓN
Madrid, 11 se septiembre de 2020
De Camille nada has oído porque aún no ha nacido. Su vida, a modo de gesta, transcurrirá de 2025 a 2111, y los nietos de los nietos de tus hijos sabrán de ella como todo el mundo en ese tiempo por venir. La recordarán porque torció el rumbo de la historia de la Humanidad, porque lo cambió todo. Fue testigo de los preámbulos de la tragedia. Sufrió los apagones y vivió las migraciones. Estuvo en la Gran Marcha, participó en el Gran Asalto. Y cansada ya de tanto caos, encarnó La Resistencia y encabezó la Rebelión, que cambiaron para siempre el estado de las cosas.
No es una película de ciencia ficción. No es la nueva serie de Netflix. Aunque en estructura se le parezca, tampoco una tragedia griega. Es danza contemporánea de riesgo y Camille es en realidad Paula Quintana (foto superior), bailarina y coreógrafa canaria que mañana en el Baluard de Santa Llucía, de Ibiza, durante La noche del Patrimonio, subirá a escena por vez primera vez a esta heroína de un futuro por venir. Y ya el próximo 7 de octubre, La carne, que así se llama su propuesta, probará suerte en teatro cerrado cuando se estrene en el Auditorio de Tenerife como parte de la programación del FAM, festival de artes del movimiento de la isla.
Si la madre de Camille es Paula Quintana, el padre, oculto en bastidores, es Javier Cuevas Caravaca (foto inferior), creador y performer responsable de la dramaturgia, textos y acompañamiento artístico a la creadora en la gestación de esta coreografía de ciencia ficción. “Al decidir un salto hacia la narrativa de ficción, te ves obligado a fabular, a crear mundos nuevos, y eso es siempre peligroso para un artista pero Paula se hace cargo, asume el riesgo. Por eso me gusta estar a su servicio, acompañarla en el proceso. En Las alegrías fue un trabajo más de couching y dramaturgia, pero ahora también he aportado los textos. Trabajamos bien, tenemos curiosidad y respeto el uno por el otro”.
Y es que Las alegrías, que ambos estrenaron el año pasado, es la primera parte de una trilogía sobre la elevación de los cuerpos que ahora encuentra continuidad en La carne. “La primera se centraba en la ascensión y elevación desde la tranquilidad, desde lo acuático. La carne, en cambio, es un chute de adrenalina, quiere ser un disparo al espectador, abordando la historia desde la ciencia ficción e inventando un personaje como Camille que, para entendernos, es el equivalente a Copérnico, Newton o Einstein, con la diferencia que ha conseguido sus logros desde un lugar muy femenino”.
No es Mad Max
El tono de reflexión pos-apocalíptico no surgió de manera caprichosa en una noche obnubilada leyendo a Asimov y viendo Mad Max. Las disertaciones de Quintana y Cuevas giraban más en torno al inicio de la devastación de los paisajes (naturales, políticos, sociales, económicos) que estamos viviendo y esa necesidad de ver el cuerpo –la carne- como último reducto para el refugio y único lugar de resistencia. El cuerpo capaz de comunicarse, el cuerpo como contenedor de conocimiento, emociones, lenguaje y experiencia.
Ciudades Patrimonio de la Humanidad ha favorecido el estreno de La carne, al aire libre en Ibiza, en un entorno tan privilegiado como los otros catorce que coincidirán mañana en La noche del Patrimonio, un macro evento que ofrece danza en cada una de las ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, organizando además por el día múltiples actividades y dando acceso libre a los monumentos. También ofrece la oportunidad de mirar todos los espectáculos, incluida La carne, en streamig gratuito desde el website lanochedelpatrimonio.com
Paula Quintana bailará La carne acompañada por los bailarines Daniel Hernández y Elena Quesada, y todos se moverán bajo el alucinante espacio escénico de Cube.bz y al ritmo que imponga José Pablo Polo, dj en directo y diseñador del espacio sonoro. Bajado el estrés de la doble premier, en Ibiza y Tenerife, les queda a Quintana y Cuevas una tarea importante: cerrar su trilogía de la elevación de los cuerpos. “Si la primera salió del agua y la segunda pasa por la elevación desde el podio de una discoteca, dudamos si la tercera ha de ser más espiritual, viajando hacia un lugar más místico o si debe ir más a la tierra, a trabajar el huerto”. Ahí queda la incógnita.
