¿POR QUÉ ESTADOS UNIDOS NECESITA VER OTRA VEZ REVELATIONS?
La celebración en Nueva York de los 60 años de la emblemática coreografía de Alvin Ailey se ha suspendido por coronavirus, en un momento que aquella sociedad necesita oír su mensaje de nuevo...
Texto_OMAR KHAN Fotos_ANDREW ECCLES
Madrid, 02 de septiembre de 2020
Estados Unidos, viviendo actualmente una doble crisis, la de la pandemia del coronavirus y la de los encendidos enfrentamientos raciales, más que nunca necesita ver una vez más Revelations, la coreografía que Alvin Ailey (Texas, 1931 - Nueva York, 1989) montó hace exactamente 60 años y que hoy sigue siendo un emblema de la cultura afroamericana.
No va a poder ser. Las duras restricciones por la Covid-19 han llevado a suspender la temporada anual de la compañía, que estaba prevista para el mes de diciembre en el City Center, de Nueva York, y tendría como foco la celebración aniversario de la destacada coreografía. En estos tiempos de coronavirus son lamentables todas las cancelaciones de espectáculos, pero la suspensión de Revelations le supone al movimiento Black Lives Matter perder una oportunidad poética de reivindicación y a aquella sociedad en general, volver a sentir la fuerza y emoción de una obra que habla de lo que siguen necesitando, esperanza y tranquilidad. En su creación más emblemática, Ailey terminaba exaltando la dignidad y pacifismo con la que los afroamericanos han sobrellevado una carga de maltratos, rechazo y discriminación durante años.
Aunque no tiene tintes ni contenido político, esta coreografía ha sido usada como estrategia gubernamental en no pocas ocasiones. Fue vista, en sus inicios, como emblemática del movimiento emprendido por los negros que luchaban por alcanzar los derechos civiles y muchos presidentes la exportaron para enviar mensajes al mundo que contrarrestaran la creciente reputación racista de la sociedad americana. En 1960 viaja a Asia dentro de un programa de difusión de la cultura americana del presidente Kennedy. En 1970, llega a Moscú, donde es ovacionada durante 20 minutos, como parte de una estrategia para bajar las tensiones de la Guerra Fría y en 1985 se estrena en China, en un intento gubernamental por aligerar sus relaciones con el país asiático. En 1993 formó parte de la gala televisiva de bienvenida al Presidente Clinton, y ese mismo año convocó a 30.000 espectadores que la vieron al aire libre en el Central Park, de Nueva York. Desde luego, no fue ignorada por Barack Obama que, en 2009, fue a verla con su familia en la muy mediática primera noche libre desde el día que tomó el poder.
Coletazos de la Depresión
Revelations nace de un puñado de recuerdos, los de un artista negro que vivió su infancia en Texas durante unos años en los que los aires de la depresión golpeaban con más fuerza en la población pobre y negra. No es una coreografía triste pero emociona hasta las lágrimas porque está hecha de verdad, de humanidad, está construida sobre la autenticidad de la gente negra y la fuerza de su espíritu, sobre la manera en que se aferraban a su propia cultura. Construida en diez secciones, sobre emocionada música góspel, la obra se despliega como un collage de cuadros de aire costumbrista, que ofrece distintos momentos de la vida cotidiana rural, edificados a través de una enérgica danza contemporánea bailada por intérpretes afroamericanos.
En esta pieza está condensado todo el pensamiento y estética de Alvin Ailey, uno de los más destacados creadores de la modern dance norteamericana. Dicen que desde su estreno, aquella noche de enero de 1960 en el Kaufman Concert Hall de la neoyorquina calle 92, hasta hoy, la han visto más de 25 millones de personas y ha pasado a ser emblemática no solamente de la agrupación sino de toda la danza norteamericana.
Con el enrarecido panorama racial de Norteamérica estos días, Revelations estaba llamada a marcar un nuevo hito, y volver a ser elemento conciliador y portavoz de esperanza para la golpeada comunidad afroamericana de Nueva York, pero la otra crisis, la del avance descontrolado de la pandemia, lo ha impedido.
