SE DERRUMBA EL CIRCO DEL SOL
El coronavirus incendia la carpa y la quiebra parece inminente pero hay muchos inversores dispuestos a hacerse con el emporio canadiense. Te lo contamos…
Apreciado lector
Son tiempos difíciles para la danza, para el periodismo, para la vida… La crisis del Covid-19 también está afectando a susyQ. No hemos podido editar nuestra revista en papel y no sabemos cuándo podremos volver a hacerlo. Por lo pronto seguimos en digital y solamente podremos continuar si nos apoyas. Por eso hoy pedimos tu ayuda, una colaboración voluntaria que nos permita seguir. Si tu situación no te lo permite, también lo entendemos. Nosotros seguiremos informándote…Gracias.
Texto_OMAR KHAN
Madrid, 28 de mayo 2020
Le Grand Chapiteau se hunde. La gran carpa del Cirque Du Soleil (Circo del Sol) canadiense está agujereada, maltrecha y a punto de derrumbe por los misiles certeros del coronavirus, lo que está dando lugar a otro circo: el show mediático en el que se está convirtiendo la quiebra de la compañía de circo más famosa (y rentable) del mundo. Tras cancelar los 44 shows que tenía en activo en los cinco continentes y despedir a unos 4700 empleados, que suponen el 95% de su plantilla, se abren enormes interrogantes sobre su futuro.
Hasta diciembre del año pasado el consorcio Cirque Du Soleil de Canadá era uno de los emporios de entretenimiento más fuertes y poderosos del mundo, una multinacional de circo con un alto prestigio, que en 2018 generó ganancias que sobrepasaban los 800 millones de euros. Su descomunal éxito los había hecho ambiciosos y en los últimos años se habían venido arriba llegando a comprar empresas de la competencia como The Works Entertainment, Blue Man Productions o VStar Entertainment Group. Parecía difícil derribar tanta poderío.
Cuando en enero pasado suspendieron el espectáculo fijo A fantastic World, que habían estrenado el año anterior en la ciudad china de Hangzhou, por culpa de la entonces incipiente pandemia del coronavirus, todo parecía un incidente, un contratiempo puntual surgido con uno de los tantos shows que tenían activos por el mundo. El mazazo verdadero estaba por llegar, y la pandemia se extendió a la misma velocidad de pólvora con la que cancelaban espectáculos. A día de hoy, no hay ninguno activo, y en las oficinas de Quebec crecen las deudas hasta rondar los 900 millones de euros.
Los costes que supone la liquidación de cerca de cinco mil empleados y la devolución de unos 150 millones de euros percibidos en la preventa de entradas en todo el planeta son los gastos más notorios que debe afrontar una empresa que hace un año había declarado no tener más de 100 millones de euros de liquidez.
Ha habido hermetismo y oficialmente nada ha trascendido. Desde la página web del circo ya no se pueden comprar entradas por anticipado y una escueta información notifica la cancelación de todos sus espectáculos en el mundo por la crisis mundial de la covid19, asegurando que sus shows se han tomado, por ahora, el descanso que merecían. Entre las funciones canceladas figura la gira española de su deslumbrante propuesta acuática Luzia (en las fotos), que arrancaba en octubre próximo en Madrid. De hecho, lo que han querido es dar sensación de normalidad al ofrecer, como tantas empresas de artes escénicas en estos días de confinamiento, una selección gratuita de sus mejores números por su canal virtual CirqueConnect.
¡Al rescate!
Pero no es tan fácil esconder el derrumbamiento de un emporio de esta magnitud. Cirque du Soleil agoniza y ya se comienzan a escuchar iniciativas de resurrección de esta compañía emblemática del fenómeno del Nuevo Circo, que es además un pilar insoslayable de la cultura de Quebec. También de las más rentables del planeta en su género, un factor a tener en cuenta en el culebrón que está suscitando su bancarrota. Quebecor, una de las empresas de comunicación más sólidas de Canadá, se apresuró a ofrecer un plan de recuperación con inyección instantánea de dinero, pero exigió tener acceso a los estados de cuenta para hacerse una idea de la dimensión del problema y el circo, fiel a su política de hermetismo sobre el tema, se negó a dárselos. Journal de Montreal, uno de los periódicos pertenecientes a Quebecor publicó entonces que Cirque Du Soleil no quería transparencia porque opera desde un paraíso fiscal. Y los abogados del emporio ya han amenazado con acciones legales por difamación. La información, difundida a su vez por el diario La Presse, aseguraba que en círculos cercanos al circo creen que Quebecor intenta desacreditarles para hacerse con el control de la empresa a precio de saldo.
Y entonces aparece Guy Laliberté. El excéntrico millonario, miembro fundador de Circo del Sol y personaje clave en el proceso que allá por 1984 transformó a un grupo de saltimbancos y zancudos de Montreal en un emporio de circo multinacional, reapareció también ofreciendo un rescate económico, dice que por “razones sentimentales” que le unen a la compañía. Hasta 2015 era el socio mayoritario y vendió el 90% de sus acciones a un grupo de inversores internacionales. En su momento se especuló que la venta le reportó la friolera de 1300 millones de euros. En cualquier caso, su fortuna personal sobrepasa los 900 millones y se la gasta en excentricidades como fiestas por un tubo, siendo célebres las juergas históricas que solía pegarse en el casoplón que tiene en Ibiza, y en caprichos como hacer turismo en la Estación Internacional Espacial, en 2009, lo que le costó unos 30 millones de euros, o comprarse la isla Nukutepipi, en la Polinesia francesa, donde fue detenido en noviembre de 2019 por cultivar marihuana.
Ante el circo mediático que ha levantado en Canadá su circo más famoso, han aparecido tres de los accionistas principales del emporio, incluido uno chino, que revelan haberse unido y estar dispuestos a inyectar de inmediato hasta 45 millones de euros para que todo siga como está. Pero aún no sabe si eso, en realidad, se va hacer efectivo.
Por unos o por otros, seguramente rescate habrá porque aunque ahora aporreado y en coma, es muy apetecible caramelo. Lo que es seguro es que el Circo del Sol no sale de esta con un número de prestidigitador.
