Tragedia en el supermercado
Mañana se estrena en Lucerna, Suiza, la versión de supermercado de Orfeo y Eurídice que ha imaginado Marcos Morau, director de la compañía barcelonesa La Veronal para el Tanz Lucerner Theater
Foto_GRAGORY BATARDON
Madrid, 22 de febrero de 2019
¿Cómo sería hoy la tragedia de Orfeo? Marcos Morau, director de la compañía barcelonesa La Veronal, ofrecerá su propia visión contemporánea de esta tragedia antigua mañana sábado 23 de febrero, cuando estrene en Suiza Tanz 30: Orfeo ed Euridice, su delirante versión de la conocida ópera de Gluck, con tres cantantes en directo y el equipo de bailarines del Tanz Lucerner Theater suizo, acompañados todos por el coro y orquesta de este pequeño teatro de Lucerna que le ha confiado la dirección artística de la creación.
Se aleja Morau, que firma la coreografía junto a Marina Rodríguez, de las típicas representaciones de la tragedia de Gluck, incluida la muy celebrada de Pina Bausch. En su imaginario, siempre tan desbordado, conserva la esencia narrativa en la que Orfeo desolado por la muerte de su amada Eurídice conmueve al Dios del Amor que le permite bajar al infierno para rescatarla de entre los muertos con la única condición de no verla a la cara hasta que haya salido del inframundo. Pero no puede y justo antes de salir se vuelve para mirarla y admirarla, con lo que la regresa otra vez a las tinieblas.
No obstante, en esta nueva producción Morau contrasta el negro duelo con trajes de colores vivos y reviste de actualidad la obra ubicándola en un supermercado, El Hades, donde trabaja su Eurídice como limpiadora. El mercado es, al unísono, infierno y paraíso. El creador imagina una versión contemporánea y actual de un mito griego recurriendo al elemento de vigencia universal de la obra que se centra en el amor y lo que conlleva la pérdida de un ser querido y la necesidad de recuperarlo a cualquier precio. Parece querer decirnos que hemos avanzado mucho en la civilización pero incluso ahora, en la época de las comunicaciones rápidas y las relaciones medidas en 130 caracteres, el amor y sus circunstancias parecen aún más difíciles de sobrellevar.
Por lo demás, la puesta en escena conserva las claves estéticas de sus propuestas y los bailarines se amoldan a su ya identificable lenguaje corporal desarticulado KOVA, sello de su impronta, desarrollado plenamente en obras de gran potencia visual y emocional para su compañía como Voronia o Pasionaria, y de encargo como Oskara, que hizo con los vascos de Kukai Dantza o este nuevo trabajo para la casa suiza. Cada vez con más frecuencia, el trabajo de Marcos Morau va nutriendo los repertorios de compañías alrededor del mundo con creaciones exclusivas. Manolita Chen, para la Beijing Dance Theater; Tundra, para la National Dance Company Wales; Rothko Chapel, para la Göteborg Danskompani o Millenials, trabajo conjunto de La Veronal y B-Dance, de Taiwan, entre los más recientes.
