IDENTIDAD Y MEMORIA
Se apropian esta semana del Teatro Alhambra granadino Cristian Martín y Daniel Doña, quienes presentan sucesivamente sus nuevas creaciones ‘Acto I. Lugar de encuentro’ y ‘El verbo’. Te lo contamos…
Texto_REDACCIÓN Foto_marcosGpunto
Madrid, 08 de abril de 2024
Aunque han sido referentes insoslayables en Madrid de una visión amplia, diferente y comprometida de la danza española, el tándem Daniel Doña, director de su propia agrupación DDC Danza, y Cristian Martin, que lidera Proyecto Lanza, decidieron instalarse hace pocos meses en Granada, tierra del primero, para sembrar allá lo que ya habían consolidado en la capital. Su intención de activar y dinamizar la danza en la ciudad andaluza ya está dando frutos.
Juntos fundaron allí La Itinerante, una plataforma de promoción, impulso y visibilidad de la danza, ya a pleno rendimiento, al tiempo que prosiguen en sus propias investigaciones artísticas. Esta semana, juntos y separados a un tiempo, se apropian del Teatro Alhambra granadino. El miércoles 10, Martin estrena su nueva creación, Acto I. Lugar de encuentro, y el fin de semana, los días 12 y 13, en el mismo escenario, Daniel Doña presentará El verbo (en la foto), su nueva pieza, estrenada hace poco en Málaga, que cuenta con dirección escénica de María Cabeza de Vaca y una vez más reúne en escena a ambos, ahora acompañados por Cristina Khai.
Proyecto Lanza es una iniciativa joven, impulsada por Cristian Martin, que para su nueva creación Acto I. Lugar de encuentro ha convocado el talento del músico Miguel Marín, además de Yus Wieggers y Bonela Hijo, que ponen sus sonoridades en directo. La propuesta, cuya dirección escénica corre a cargo de Doña, es consecuente con sus creaciones anteriores, en tanto que vuelve a indagar en la convivencia posible entre tradición y modernidad. Se trata, en sus propias palabras, de “una creación en la que se construye un universo único, excepcional, en el que coinciden y se proyectan conceptos escénicos a la vez que identitarios”.
Y es que la identidad y la memoria han sido también preocupaciones de Daniel Doña, veterano bailarín que inició su andadura como coreógrafo en 2004, con la ya lejana Estación seca, y desde entonces no ha parado de crear obras casi siempre tendentes a preservar, custodiar y cuestionar lo que parece destinado a desparecer. La reivindicación de la memoria, con las implicaciones políticas y sociales que conlleva, especialmente en una sociedad como la nuestra, herida largamente por su pasado, ha sido una constante. No lo es menos en El verbo, su nuevo trabajo, en el que vuelve a poner de relieve compromiso y valentía con la identidad cultural de los pueblos, desde una estética erigida como “una ceremonia pagana, que celebra la vida y la muerte”.
