TUTÚ SANGRIENTO
Con la rocambolesca historia de una aplicada niña que es virtuosa del ballet por el día y voraz vampira por la noche, la película ‘Abigail’ cruza gore y danza en un festín sangriento que se estrena en abril. Te mostramos el [delirante] tráiler…
Texto_OMAR KHAN
Madrid, 19 de febrero de 2024
¿Danza y cine de terror? No es lo que más abunda pero existe. Abigail, un filme americano más bien gore-chic, de la Productora Radio Silence, dirigido por Tyler Gillett y Matt Bertinelli, promete no solo sumarse a la corta lista sino colocarse en el número uno. Lo vaticina su delirante tráiler [se puede ver al final de este artículo], que distorsiona y hace terrorífica la música de Tchikovsky para El lago de los cisnes, como preámbulo a la presentación de esta encantadora niña bailarina, con tutú y plateadas zapatillas deportivas, que es secuestrada por una banda de mafiosos, que (pobres de ellos) no saben que la pequeña es una vampira voraz.
El filme, que será estrenado por Universal en España el 19 de abril, es un exceso macabro y un truculento festín de sangre, que no se alinea con el sofisticado terror psicológico de Cisne negro (Darren Aronfsky, 2011) ni con el estilizado horror del clásico del giallo italiano Suspiria (Darío Argento, 1977) ni su secuela modernizada (Lucas Guadagnino, 2019), que cambiaba del original la escuela de ballet regentada por un aquelarre por una institución de danza contemporánea, donde la bruja mayor era interpretada por una fantástica Tilda Swinton clavadita a Pina Bausch.
No. En Abigail es todo más excesivo y apunta al gore más directo, brutal y sangriento. Tanto así, que ya la agencia de clasificación de Estados Unidos (donde aún no se ha estrenado) la ha calificado R, por su “fuerte violencia sangrienta”.
La nueva producción forma parte de un proyecto de largo aliento de Universal Studios, que ha decidido reinventar, modernizar y refrescar sus películas clásicas de terror, que ya ha estrenado El hombre invisible y Renfield. En el caso de Abigail, se trata de un remake, ajustado al siglo XXI, de La hija de Drácula (Lambert Hyllien, 1936), que en el original era protagonizado por una condesa y no una niña bailarina. Ahora, para el papel principal de la pequeña vampira de doce años, se ha escogido a la quinceañera irlandesa Alisha Weir, que pese a su corta edad ostenta una larga carrera en musicales del West End londinense y fue la protagonista de la versión cinematográfica para Netflix de la muy cándida Matilda, el musical.