UNIVERSO GEOMÉTRICO
Catalina Carrasco, de la compañía balear Baal, trae mañana a la Sala Cuarta Pared, de Madrid, ‘Alex & Sophie’, su novísima incursión en danza para bebés. Nos lo ha contado…
Texto_OMAR KHAN Foto_ÁLVARO MALDONADO
Madrid, 03 de diciembre de 2022
MiraMiró, obra para público familiar con especial interés por llegar a los bebés, se estrenó en 2017 y todavía representándose, es ya obra emblemática de Baal, la compañía balear que dirige en Mallorca Catalina Carrasco en complicidad con Gaspar Morey, tecnólogo, y Max, el pequeño de cinco años, hijo de ambos, ya habitual presencia en sus propuestas. Aquella lúdica y deslumbrante aproximación al surrealista pintor mallorquín era su primera incursión en el mundo de la danza pensada para audiencias muy pequeñas, porque el resto de la producción se ha posicionado más bien en el ala dura y combativa de las luchas por la igualdad, el feminismo, las libertades LGTBI y otras causas sociales. Sin embargo, Carrasco sentía esa necesidad de volver a escrutar la plástica desde la danza para estimular pequeñas sensibilidades.
De allí surge la novísima Alex & Sophie, que mañana domingo 04 de diciembre aterriza en Madrid para una única función vespertina dentro de Essencia, séptima edición del Festival de la Teatralidad, que adelanta la Sala Cuarta Pared de la capital. “Tenía ganas de volver al infantil porque me da esta posibilidad de abrirme a un tipo de imaginario más cercano, a la fantasía y el surrealismo de este otro mundo paralelo que tanto me gusta. Quería desvincularme un poco de los temas de crítica social y los cuerpos políticos de creaciones anteriores como Ginoide, Baalconing o la más reciente Superfrau, con la que estaremos visitando esta Navidad el Festival Canarios Dentro y Fuera, que tiene como invitada a Islas Baleares”, nos relata la coreógrafa.
“Investigando me encontré con la obra plástica de Aleksandra Ekster y Sophie Taeuber – Arp, dos artistas mujeres de la Europa de principios del siglo pasado, que coinciden con la época de Miró, y habían participado activamente en la formación de las vanguardias. Una de ellas había bailado en el Cabaret Voltaire, clave del Dadaísmo, pero prácticamente hasta hace muy poco permanecían invisibilizadas”.
Claro que poner de relieve la creación de estas artistas obsesionadas con volúmenes, círculos y esferas, es en sí mismo un acto reivindicativo de la mujer ensombrecida en estos relevantes movimientos plásticos liderados por hombres, pero la realización y dramaturgia se centran en la abstracción y en las formas de sus respectivos imaginarios, en una creación lúdica con apoyos tecnológicos audiovisuales y una puesta en escena deslumbrante y participativa. “De MiraMiró aprendí que hay que confiar en el arte abstracto como herramienta creativa y educativa, porque abre puertas a la creación para los más pequeños por mucho que se piense que no lo entienden”, asegura Catalina Carrasco confiada en su público más pequeño. Y más fiel.
