MÁQUINA (ARTÍSTICA)
Mari Paula, creadora brasileña, cántabra de adopción, abrió ayer la temporada del Palacio de Festivales de Cantabria con el estreno de Lake Machine: Una no visión clásica de El Lago de los Cisnes. Fuimos a verlo y esto nos ha parecido…
Texto_CAROLINA LÓPEZ CASTAÑEDA Fotos_MIGUEL ÁNGEL GARCÍA
Santander, 14 de septiembre de 2025
La coreógrafa brasilera Mari Paula forma parte indisociable del paisaje de danza que va tomando forma en Santander. Estrenó anoche su quinteto femenino Lake Machine: Una no visión clásica de El Lago de los Cisnes y en esta ocasión, nos sorprendió con un cambio de registro y una nueva concepción de la creación que es, en sus propias palabras, una carta de amor a sus tres hijas paridas muertas. Para el movimiento ha contado con el asesoramiento de la coreógrafa Poliana Lima, y se nota su acompañamiento honesto y mecedor del escenario como lugar de refugio y calma. Y es que así, precisamente, nos hemos sentido: hospedados y gestados en un gran útero materno plácido y sereno, que se presenta como una gruta que necesita ser explorada junto a las intérpretes.
Con ellas, es fácil sentir un vínculo íntimo, favorecido por un más que ideal vestuario de Sandra Espinosa, una segunda piel que dibuja el género femenino y que es a su vez conductor de una danza fluida de la que subyace una técnica deslumbrante. Son de igual modo cómplices de la atmósfera escénica, el diseño de luces blanco, puro y casi celestial de Carlos Molina y Nuria Henríquez, y la música en vivo de José Venditti, pues los paisajes sonoros recrean la frecuencia amniótica, friccionando secuencias originales de El lago de los cisnes, de Tchaikovsky.
Como resultado, un espectáculo que nos traslada a un imaginario lago de los cisnes embrionario, donde la existencia desde su comienzo lucha por salir adelante, pero eliminando el drama de la realidad de la mujer al excarcelarla de su trágico destino. En resumen, Lake Machine es un acto de amor, artístico y heroico en el que se reconoce una identidad propia, por la profundidad del argumento y por la necesidad de abordar el duelo desde la liberación de las figuras clásicas. Es una máquina artística perfecta - no ha dejado al azar ninguna variable - que acciona el circuito de la vida dando a luz una poesía visual impetuosa y vibrante, que se proclama vencedora frente a la opresión de los estereotipos.
El espectáculo se verá en el Centro de Cultura Condeduque, en junio del año próximo

 
						 
						 
						 
						 
						
 
						 
						 
						 
						

 
						 
											
	

