INMERSIÓN TOTAL
Wayne McGregor, director de la Bienal veneciana, participa en el evento con su propuesta ‘On The Other Earth’, una instalación 3D apabullante. Allí hemos estado y así lo hemos vivido…
Texto_OMAR KHAN Foto_RAVI DEEPRES
Venecia, 31 de julio de 2025
Prosigue el creador británico Wayne McGregor, renovado director de la Bienal de Danza de Venecia, su empeño de larga data por explorar las posibilidades de las nuevas tecnologías en la consolidación de una danza futurista e innovadora que sobrepase los límites de lo escénico. Su participación este año en la relevante bienal italiana, que concluye su nueva edición mañana, se llama On The Other Earth y consiste en una instalación envolvente de inmersión total en tecnología 3D instalada en la Sala d’Armi del descomunal recinto del Arsenale, donde se han concentrado la mayoría de los eventos de la Bienal.
En un espacio circular cerrado que alberga a 20 espectadores por función, se despliega a lo largo de casi una hora un fascinante universo en una pantalla LED panorámica envolvente de 360º que, a razón de 26 millones de pixels, nos desvela un universo fascinante, en el que bailarines de su propia compañía y del Hong Kong Ballet parecen salirse de la pantalla e invadir el espacio en un efecto de hiperrealidad que procura una experiencia sensorial, a un tiempo fascinante y envolvente. Los juegos de cercanía y lejanía de los bailarines, la sensación de caída por túneles que conducen a veces a un helipuerto en la cima de un rascacielos en Hong Kong o a un estudio del revés, la fragmentación y descomposición de los cuerpos ante nuestras narices y un sinfín de deslumbrantes efectos visuales, que mezclan ·3D e IA, elaborado a partir de los paradigmas de interacción del pionero del new media Jeffrey Shaw, conllevan al asombro y abren infinitas posibilidades para un tipo de obra que habría que buscarle denominación porque el término “creación coreográfica” no la define del todo ni con exactitud.
Lejos y obsoleta en cuanto a tecnología 3D queda Pina, aquel experimento de 2011 realizado por el cineasta alemán Wim Wenders a partir de las coreografías de Pina Bausch. No obstante, el dispositivo 3D añadía un nuevo elemento a las emocionadas y vívidas coreografías que reforzaban la humanidad y emociones que originalmente esas piezas ya tenían. Lo que ocurre ahora con On The Other Earth es que lo coreográfico –la pieza escénica DEEPSARIA, de McGregor usada como base- es solamente vehículo para un despliegue tecnológico de infarto que se impone protagonista. El espectáculo se sustenta en los apabullantes recursos y la coreografía –fría y distante como suelen ser las del artista británico- se posiciona entonces solamente como soporte. La pregunta del espectador al final de este viaje, alucinante y fascinante, es cuánto ganaría y qué dimensión tendría esta tecnología no como fin en sí mismo sino al servicio de una dramaturgia, de una pieza con las implicaciones emocionales y humanas de las que en vida hacía Pina Bausch.
Lo que resulta interesante y válido es la constatación de que estos recursos tecnológicos no son ya una posibilidad ni un sueño sino que existen, ya están aquí, quizá esperando a que sean aplicados a un trabajo artístico de mayor envergadura.