BLANCA LI EN EXPANSIÓN
La cesaron en la dirección de Teatros del Canal, ganó la dirección de La Villette de París y se ha quedado como directora del Festival Madrid en Danza, que arranca mañana. Hablamos con ella…
Texto_OMAR KHAN Fotos_LALO CORTÉS
Madrid, 07 de mayo de 2025
Somos muchos los que echamos de menos a la bailarina y coreógrafa Blanca Li (Granada, 1964) como directora de Teatros del Canal. Hace treinta años, la creadora y bailarina andaluza se vio impelida a migrar de una España sin posibilidades, y Francia la acogió. Allí triunfó, se hizo querer y consolidó su compañía. Volvió hace cinco años por la puerta grande para encauzar y asentar el gran teatro de la Comunidad de Madrid como casa de danza en la capital. Y lo consiguió. Arriesgó con la danza más arriesgada, apostó por la amplia diversidad del contemporáneo, no ignoró el star system de la danza mundial, apoyó la creación local desde el Centro de Danza Canal y consiguió que los madrileños conocieran y reconocieran a Teatros del Canal como un lugar de buena danza. La ciudad la adoró.
Y de repente, por decisiones inescrutables de la política en la Comunidad de Madrid, la cesaron. Nada más marcharse, Francia -otra vez- supo ver y apreciar lo que por aquí no, y la nombraron directora de La Villette, uno de los espacios para la cultura más relevantes de París. No obstante, en Madrid le dejaron, eso sí, un pequeño espacio: la dirección del Festival Madrid en Danza, lo que ha permitido que, al menos, nos diseñe con su ecléctico pero siempre atinado criterio, la edición número 40 que estará celebrándose desde mañana y hasta al 01 de junio en distintos teatros de la ciudad, teniendo como epicentro el Canal, que en otro tiempo fue su casa.
¿Qué cree destacable en esta nueva edición?
Una diversidad increíble de formas y visiones de la danza con estilos muy diferentes. Veremos coreógrafos que se amparan en muchas otras formas y recursos que van desde los patines, el pelo, pasando las artes plásticas o lo tecnológico. La danza no tiene miedo de mezclarse, de inventar, reinventar, de innovar… veremos cómo cada creador cuenta el mundo desde su cultura, su punto de vista, su lugar, su manera de entender el movimiento.
José Carlos Martínez en la Ópera de París, Tamara Rojo en el San Francisco Ballet, usted en La Villette… ¿cree que estos triunfos deberían enviar un mensaje a los políticos locales sobre el talento nacional que dejamos escapar?
Llevamos años, toda una vida, hablando de esto. He tenido la suerte de que tras casi treinta años fuera he vuelto, y he podido reconectar con toda la danza española que me había perdido, he podido programarla en los cuatro años que estuve al frente del Canal y crear un público increíble. Creo que en Canal creamos una costumbre de danza. Hoy Madrid tiene un público amplio para la danza y a mí me ha encantado poder contribuir.

Pero mucha gente la echa de menos como directora del Canal y a José Carlos como director de la CND…
No lo sé… somos todos emigrantes. Tamara, José Carlos y yo nos fuimos jóvenes, yo con 17 años, y realmente somos parte de esa generación de artistas que se tuvo que ir hace mucho porque aquí no había nada. Pero lo importante ahora no somos nosotros, los que nos tuvimos que ir, sino lo que entre todos podemos hacer para que los jóvenes que están no se vayan y formen compañías estables. Cuando yo llegué a Canal, en el Centro Coreográfico ocurría de todo, venían orquestas, había muchas actividades y mucha gente ajena usando esos espacios, y yo lo paré. Lo convertí en un lugar exclusivo para los creadores, porque el solo hecho de que un coreógrafo tenga un lugar donde trabajar ya es muchísimo. Si puedes ofrecer un poco de estructura, esas compañías pueden existir y crecer en su propio país. Antes en Madrid no había nada, y yo creo que ahora hay algo. Todo se puede mejorar pero ahora las compañías tienen una base pequeña para subsistir y no como nosotros, a los que no nos quedó otra que marcharnos.
¿Y la Villette?
La Villette es un parque de 55 hectáreas, es uno de los parques culturales más grandes del mundo. Alberga la Ciudad de las Ciencias, la Filarmónica, los conservatorios de música y danza, dos circos, una discoteca gigante y cinco clubs de música, tiene un espacio para dos grandes exposiciones anuales, una granja de biodiversidad… yo programo en todos los espacios o creo programas conjuntos con las instituciones que allí residen. Aparte de la programación regular de escénicas, plástica o música, llevamos muchas otras actividades. Uno de los proyectos más importantes es el educativo, por el que recibimos a miles de niños durante el año. En primavera y verano tenemos grandes festivales. Este año habrá un festival de electrónica tipo Sónar, el Festival Moliére de textos clásicos. Habrá también cine de verano. Tenemos además un relevante museo digital itinerante y este año pienso crear un edificio que estará dedicado a las danzas urbanas, el clubbing, el street art, el graffiti…
Adicionalmente, sigue muy activa con su compañía…
Sí, sí… estamos de gira con Cascanueces, después de una temporada de tres meses en un teatro privado en Francia, tenemos activa la versión sin orquesta que hice de Dido & Eneas, que estrenamos aquí en Canal y el espectáculo inmersivo Le bal de París está girando por Asia. Mi nueva pieza con la compañía será La sombra, inspirada en el cuento de Christian Andersen, y es un paso más allá de Le Bal de París. Será un espectáculo de realidad mixta, algo que nunca se ha hecho. Cada espectador llevará unas gafas por donde verá la realidad intervenida por lo virtual, con avatares y diez bailarines reales. En Le Bal… solo podíamos tener diez espectadores cada vez pero aquí llegaremos hasta doscientos. Se estrena el 23 de mayo en París…





