CON LAS BOTAS PUESTAS
Esta noche en la célebre Sala Apolo, de Barcelona, la joven coreógrafa gallega Elvi Balboa orquesta una experiencia sensorial con su propuesta Anöa. Nos lo ha contado…
Texto_OMAR KHAN
Madrid, 27 de febrero de 2025
La célebre Sala Apolo, de Barcelona, invita a vivir esta noche una experiencia que se balancea entre lo futurista y lo galáctico. La joven creadora gallega Elvi Balboa, que figura entre los nominados al Premio Max a la Mejor Coreografía por este trabajo, ha conseguido adaptar a este espacio su creación Anöa, que reaparece hoy como site-specific con un DJ en directo que creará el paisaje sonoro para la ocasión y apoyará la arquitectura de luz, elementos que se conjugan con la danza para articular una experiencia sensorial.
La génesis de todo esto se localiza el día en que Elvi Balboa se puso las botas. Apenas las vio empezó a experimentar con ellas. Y aunque las jumping boots se usan principalmente para el kangoo jumps, un ejercicio de rebote del fitness, para esta joven bailarina y coreógrafa gallega, que vive a caballo entre Santiago y Barcelona, fue como encontrar unas zapatillas de ballet futuristas, que le han permitido montar saltando Anöa, una coreografía hermanada con la ciencia ficción que no deja de abordar los anhelos humanos. “Las botas son el escape y el deseo, generan un viaje entre lo humano y lo tecnológico”, nos comenta.
Con las botas puestas lleva ya años y sigue investigando en sus posibilidades, poniéndolas en pies y manos, haciendo de sus bailarines unos monstruos futuristas. Con este hallazgo hizo su pieza culminante en el Institut del Teatre, de Barcelona, que más tarde, en una residencia en Teatros del Canal, de Madrid, afinó y estrenó como Anöa y que ahora reaparece como site-specific en la discoteca de Poble Sec. “Es un nombre inventado”, dice divertida sobre el enigmático título. “Me llama un montón lo sonoro, cómo suenan las palabras. Cuando le puse la diéresis a la o, me llevó a un cierre de ciclo”, dice convencida.
Aficionada a la ciencia ficción, como se declara, no extraña que al ponerse las extrañas botas directamente se sintiera galáctica. Y aunque ha preferido no bailar, ha transmitido a sus cinco bailarines este efervescente imaginario alienígena. “Al ser un elemento que está en todas las extremidades genera una continuidad con el vestuario, unos monos negros que te llevan a película futurista, que te sacan de lo humano. Y eso me pareció de lo más interesante…”.