EN PRESENCIA DE LA AUSENCIA
El director del Chaillot Théâtre National de la Danse, de París trae al Teatro Central sevillano y a Matadero Madrid ‘Conte-Nature’, su reflexión sobre la muerte. Nos lo ha contado…
Texto JUDIT GALLART Fotos_PATRICK IMBERT
Madrid, 19 de febrero de 2025
Chaillot Théâtre National de la Danse regresa al Teatro Central de Sevilla (viernes 21 y sábado 22 de febrero) y Centro de Danza Matadero, Madrid (26 de febrero al 01 de marzo) con una nueva producción a cargo de su director, Rachid Ouramdane, con la que el creador francés continúa su exploración de los gestos aéreos a través de diez artistas (tres bailarines y siete acróbatas) que entrelazarán sus sutiles estilos de movimiento para crear uno nuevo en la intersección de la danza y el movimiento aéreo. Después de años trabajando con multitud de intérpretes en escena, Ouramdane invierte su manera de concebir el movimiento en Contre-Nature para centrarse en aquello que somos cuando estamos solos y los que nos acompañaban ya no siguen aquí.
“Contre-Nature se basa en cómo estamos hechos por las personas que tenemos en nosotros. Es una forma de ir más allá, pero no por las fuerzas del colectivo como había hecho hasta ahora, sino por cómo éstas te persiguen, cómo todas las personas que te dejaron siguen vivas en ti”, nos adelanta el creador, hoy al frente del teatro de danza más relevante de París.
Se trata de una pieza con un cariz muy personal para su creador, quien perdió a un hermano menor, algo que responde a su vez al título de la pieza, pues la muerte de los más jóvenes antes que los mayores no forma nunca parte del orden natural de las cosas. “Cuando alguien te deja, primero sientes el vacío y la ausencia, pero poco a poco te das cuenta de que esa persona sigue estando en tu imaginario dándote una especie de herencia. Este es un poco el mensaje de la pieza”, nos confiesa. Una propuesta que busca presentarse como una suerte de ensoñación envuelta en un humo sobre el que se proyectan imágenes que aparecen para esfumarse rápidamente dejando la duda en el espectador sobre si lo que ha presenciado es o no real.
“He trabajado mucho sobre la noción del paisaje y me gusta pensar el marco del escenario como una ventana al exterior. Por eso quería crear una escenografía en la que la ausencia que he descrito estuviera en escena, como una especie de espejismo o alucinación”, afirma en relación a la propuesta que llega a Sevilla, donde ha sido un habitual invitado y a Madrid como parte de la primera temporada del novísimo Centro de Danza Matadero, que dirige la creadora española María Pagés.

Una meditación
Reconocido por su capacidad para combinar la danza con otras disciplinas artísticas como el circo, el teatro y el audiovisual, todo ello mientras aborda temáticas de carácter político y social con una sensibilidad única, Ouramdane se reafirma en su responsabilidad como artista de no mostrarse pasivo ante aquello que nos rodea encontrando respuestas a temas profundamente trascendentales a través de la creación coreográfica. “La danza me devuelve a una especie de meditación sobre temas universales. Al principio bailaba para mi propio placer, pero se fue convirtiendo cada vez más en una meditación filosófica sobre temas sociales”.
Desde que asumiera la dirección de Chaillot, el gran teatro dedicado a la danza de París, en 2021, se propuso convertir este símbolo de la escena artística y cultural francesa en un auténtico teatro nacional que fuese representativo de la diversidad cultural y en el que todo el mundo tuviera cabida. “Trato de poner la danza en el camino de la gente, pero lo importante es asegurarnos de que damos espacio a cualquier tipo de cultura, representando la diversidad de nuestra sociedad sin olvidar a nadie”.
Algo que consiguen no solo acercando la danza a nuevos públicos a través de espectáculos en la calle, sino también investigando todo tipo de espacios a través de la danza, además de organizar constantemente conferencias, talleres, programas para niños, festivales mensuales y fiestas en las que la danza se torna protagonista.“Busco proponer estilos emergentes y apoyar a artistas que ya son referentes en Francia para que el público pueda ver cómo se trasforman, aunque siempre se trata de seguir con lo que ya existe y dar también cabida a lo nuevo. Por eso, cuando vienes a Chaillot ves lo que pasa en Francia, pero también ves lo que pasa en todo el mundo”, concluye.






