CAPRICHOS PEQUEÑITOS
Javier Barón vuelve al humor y desde allí mira los Caprichos de Goya, y acompañado por Rosario Toledo, baila 16 de ellos mañana en la recta final de la Bienal de Flamenco de Sevilla. Nos lo ha contado...
Texto_BEGOÑA DONAT Fotos_AFA (Asociación de Fotógrafos Alcalá 32)
Madrid, 02 de octubre de 2024
Javier Barón (Alcalá de Guadaíra, 1963) ha dedicado largos años a la investigación del flamenco. Su último empuje a este patrimonio milenario se estrena mañana en el Teatro Central de la capital andaluza, en la recta final de la Bienal de Flamenco, y es también una aportación a las bellas artes. En concreto, una mirada desde el baile y el cante a los grabados de Goya. La obra lleva por título Caprichos y parte de una selección de los 82 aguafuertes que conforman esta serie del célebre pintor del siglo XVIII.
La idea de indagar en esta producción artística vino del responsable del montaje, Alfonso Zurro. El director de escena le mostró la colección y juntos eligieron las láminas más inspiradoras. “Hemos decidido dar forma a 16 grabados. Son fragmentos muy pequeñitos. Ni las músicas ni las coreografías son muy largas, porque cuando los números se prolongan, el público va bajando”, anticipa el bailaor, Premio Nacional de Danza en la modalidad de interpretación en 2008.
El artista, gran aficionado a los toros, compara Caprichos con las faenas de los diestros: “Lo sencillo es lo difícil. Hay toreros que con poca cosa forman el taco y otros con mucha técnica que no dicen nada. En nuestro caso, preferimos contar de la forma más breve, porque si te extiendes, pierdes el hilo y vuelves a lo mismo. Si ya lo has hecho una vez, no tienes que repetirlo”.
Barón es consciente de la serie de 33 grabados dedicados por Goya a la tauromaquia. Esta colección también ha estado presente en la preparación de Caprichos, pero “el elenco ha ido por otro carril”.
Como puntualiza el académico Javier Blas, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Los Caprichos de Goya ejemplifican un mundo en crisis por el cambio que está experimentando: “Conceptualmente revelan las fisuras de una estructura sociopolítica basada en una anquilosada estratificación estamental, y de un sistema de valores fundamentado en el inmovilismo de las costumbres y la tiránica opresión religiosa de las conciencias”.

Miseria y desigualdad
El espectáculo apunta a ese momento sociopolítico, con hincapié en la miseria que vivía la población y la enorme desigualdad entre ricos y pobres. Pero los grabados también están vinculados a tradiciones, tanto cultas como populares. Hay refranes, proverbios y guiños al carnaval, alusiones al amor y a los pájaros. Hay sátira social, como también ensoñaciones.
A este respecto, Barón apunta a su cómplice sobre el escenario, Rosario Toledo. “Veía los grabados y nos decía: ‘Esto tiene diversión’. Es una bailaora genial y tira para adelante. Viene de Cádiz, donde más gracia no se puede tener. Lo hemos pasado muy bien y el público lo va a captar”, se anticipa.
En el pasado ya habían formado pareja. Fue para un montaje pequeño con un grupo de tradición flamenca en el año 2000. El bailaor solo tiene palabras de elogio para su compañera: “Bailar en pareja no es fácil, necesita su tiempo, pero nosotros nos entendemos. Es una persona muy creativa y divertida, muy ágil e inquieta”.
Durante el proceso de creación se han venido arriba y uno y otra se han animado a atreverse con movimientos que nunca han explorado sobre las tablas. El coreógrafo destaca uno en concreto, hacer el mono, porque hay un aguafuerte de un simio. “Nos vamos a convertir con gracia y lo vamos a bailar con aire de tango”.
Hace ya 22 años del estreno de Dime en el mismo contexto de la Bienal flamenca sevillana. Corría 2002 y fue la primera pieza en la que el sevillano utilizaba el humor en escena. Sobre el escenario se recitaban poemas de Lorca y Barón aparecía en bata de cola.
La propuesta fue dirigida por Pepa Gamboa y el actor José Luis Ortiz Nuevo seleccionó textos del poeta en su clave más festiva y luminosa. El espectáculo estaba integrado por secuencias en las que todos los participantes eran Federico.
“Nos atrevimos todos. Fue muy divertido y flamenco. Ahora veo que en los espectáculos de flamenco sacan mucho ingenio, y me vienen recuerdos de Dime, porque nos encontramos entre los primeros que combinamos la gracia con la seriedad”, expone Javier Barón la víspera de una nueva incursión en el terreno del humor.






