UN DÍA POR LAS ENTRAÑAS DE AZKUNA ZENTROA
El pasado miércoles se vivió un día intenso en La Alhóndiga, de Bilbao. Con el propósito de presentar la nueva programación, este centro artístico vasco organizó todo un día de actividades. Allí estuvimos y así lo vivimos…
Texto_OMAR KHAN
Bilbao, 27 de septiembre de 2024
Frenético, sin pausa, pero ordenado. Así transcurrió el día el pasado miércoles 25 en La Alhóndiga, el fabuloso edificio de atrio como una explanada, que a poco caminar desde la emblemática Plaza Moyúa, en el corazón cultural de Bilbao, alberga a Azkuna Zentroa, una casa artística sin clasificación posible, donde convergen artes contaminadas unas con otras, de lo más orgullosas de sus impurezas.
El motivo principal del ajetreo era la presentación de la nueva temporada, que se resolvía por la mañana a la manera tradicional con una rueda de prensa encabezada por Fernando Pérez, director artístico de la casa, que puso la mirada en el futuro inmediato y nos relató lo que vendría. “Es un día especial, en el que no solo anunciamos la temporada, que incluye más de 200 actividades relacionadas con artes plásticas, escénicas o cine”, desveló. “Todas las acciones que hemos programado hoy son parte de nuestra forma de ser”.
Nada más en danza, se presentarán propuestas como la obra duracional Time is a muscle (17 de octubre), de Olatz de Andrés, que abre fuegos escénicos en La Alhóndiga con este proyecto que se materializa como coreografía, exposición y (posterior) libro, recogiendo todas sus reflexiones sobre el tiempo escénico, dejando paso a creaciones como Luz sobre las cosas (24 de octubre), del andaluz Guillermo Weickert; Principiantes (12 de diciembre), pieza para 10 mujeres mayores de 60 años, ideada por la artista canaria Carlota Mantecón o Masaje de la visión, performance de la veterana creadora vasca Idoia Zabaleta (2 al 5 de enero).
También albergarán Tempi Di Danza, la sección italiana que este año promueve el Festival Dantzaldia, impulsado desde La Fundición, con la participación de Nicola Galli (7 de noviembre) y el ascendente creador de aquel país Jacopo Jenna, que trae hasta aquí su muy aplaudida Some coreographies (17 de octubre), en la que repasa toda la historia de la danza desde el cuerpo de su bailarina Ramona Caia.
Pero la presentación de la temporada fue apenas prólogo a lo que sería Az Zabalik, este día intenso en Azkuna Zantroa, que deparaba la presentación de los proyectos que trabajan los artistas residentes, siendo uno de ellos el de Olatz de Andrés, ya citado. Varias exposiciones y performances, más actuaciones en directo reclamaban su hora en la apretada agenda de actividades abiertas al público (muy concurridas, por cierto), excepto las jornadas profesionales Pensar, hacer, habitar. Encuentro profesional en torno a las residencias artísticas, que abrieron un necesario debate alrededor de un tema muy sensible para Azkuna Zentroa como son las residencias, que ocupan una parte importante de sus intereses y recursos.
Acompañar y arropar
En el sentido más simple y la acepción más difundida, una residencia artística supone, por parte de una institución, acoger, dar espacio y cobijo a un proyecto artístico durante su desarrollo. En los últimos años, quizá por la creciente precariedad de artistas y compañías, que la mayoría de las veces carecen de espacios para crear y ensayar, se han hecho muy populares. Pero, en no pocas ocasiones se parecen a una transacción inmobiliaria, en la que la casa presta una de sus habitaciones, le da las llaves al artista, le pide que apague la luz al salir y se desentiende.
El valor de esta jornada en Azkuna Zentroa radicaba en colocarse al otro extremo de esta posición y, a través de unos invitados excepcionales, demostrar el abanico de posibilidades, empezando por las de la casa, que apuesta a ganador por cada proyecto en residencia y le da hasta dos años de acompañamiento, cuidado, amparo y protección al artista. “No somos un centro de producción pero aquí se crea y se hace. Convocamos a artistas o colectivos que generen ideas y puedan hacer realidad lo que traigan en sus cabezas”, aseguró Fernando Pérez (en la foto sobre estas líneas).
Cada ponente invitado trajo y expuso su modelo propio de residencia artística, que al final arrojó una variada visión que sorprendió por las variantes y especificidades aportadas por cada uno. Empezaron con el Gobierno mismo, representado en Ángeles Albert, Directora de Gabinete y Secretaría de Estado para Cultura, que explicó cómo se estaba trasladando el modelo practicado en la experiencia de Roma, a las residencias de Tabakalera en Madrid, pese a estar el edificio en obras.
Desde Fundación Banco Sabadell, un socio de Azkuna, Mohamed El Amrani explicó cómo los esfuerzos de la Fundación estaban dirigidos a la creación y sostenimiento de comunidades artísticas, mientras que Idoia Zabaleta envió un vídeo muy artístico e ilustrativo, en el que explicaba su doble condición de artista residente en Azkuna Zentroa, en el vibrante corazón de Bilbao, y promotora de Azala, un centro de residencias artísticas en un entorno rural, un pueblecito de muy pocos habitantes (desde donde grabó el vídeo), que permitía la conexión de los cuerpos con lo telúrico.
En el ámbito internacional se escucharon las experiencias de Adéls Samjee, desde la Oficina de Quebec en Barcelona y de Carla Meller (también en vídeo), que explicó los intercambios internacionales que impulsa el Teatro de Dortmund, en Alemania, de los que se ha beneficiado la creadora y bailarina vasca Lucía Lacarra y su partner Matthew Golding, que durante su residencia allí grabaron los vídeos, fundamentales, de sus producciones Fordlandia y In the Still of the Night.
Los distintos modelos presentados dejaron la saludable sensación de que había muchas y muy ingeniosas formas de acompañar a un artista desde una institución, no necesariamente centradas en la cesión de un espacio o el apoyo monetario a la producción, reflexión que resultó del todo pertinente y productiva en el marco profesional que enmarcaba estas jornadas.
Dos danzas
Como no podía ser de otra forma, Az Zabalik, este día intenso por las entrañas de Azkuna Zentroa acompañó el anochecer con un programa amplio de representaciones artísticas que oscilaban entre performance, danza e instalaciones. Dos compañías de danza, una veterana y la otra emergente, defendieron sus proyectos frente al numeroso público que convocaron en el atrio. De un lado, la veterana agrupación vasca Proyecto Larrua, que dirigen Aritz López y Jordi Vilaseca, quien firmaba Shoot the target (en la foto), un dueto elegante e intenso en el que dos cuerpos perfectamente ensamblados y sincronizados se descubren necesarios el uno del otro moviéndose ágiles bajo las sonoridades emotivas de Luis Miguel Cobos. En otro estadio de la creación, con humor e ironía, dos cuerpos femeninos –Sabela Domínguez y Julia Laport- exploran lo entrometido, lo inapropiado y lo intrusivo en el dueto Intempestiva, del joven colectivo gallego Elahood que dirigen, con una obra en la que no falta una mirada desenfadada a la idiosincrasia gallega.
La performance Closer, de Gala Knör, con sus dos djs, su música techno y su disposición a la marcha, parecía el modo más festivo y adecuado para despedir Az Zabalik. Y así fue…