OLGA PERICET: LEONA INVENCIBLE
La creadora se alza protagonista estos días en los Teatros del Canal y el Mercat de les Flors, que presentan los dos episodios de su novísima trilogía sobre la guitarra flamenca. Nos lo ha contado…
Texto_OMAR KHAN Foto_PACO VILLALBA
Madrid, 12 de enero de 2024
Madrid y Barcelona se rinden estos días ante la creadora y bailaora Olga Pericet (Córdoba, 1975), que viene desarrollando una trilogía de danza urdida alrededor de los primeros prototipos conocidos de guitarras española y flamenca. A la espera del tercer capítulo, dedicado a la llamada guitarra Invencible y aún en proceso, la artista presentará desde hoy y hasta el domingo 14 en la Sala Verde, de los Teatros del Canal, la segunda parte, titulada La materia. Capítulo II. De la Leona a la Invencible (en la foto), obra que llevará de inmediato al Mercat de les Flors, de Barcelona, donde se verá los días 20 y 21 de enero, después de las representaciones de la primera parte, La Leona, que estará en cartel en la casa de la danza barcelonesa los días 18 y 19.
“No es un homenaje a la guitarra española”, advierte la creadora. “Se trata de valorar y hacer visible las aportaciones de Antonio de Torres, padre de la guitarra en la época pre-flamenca, porque gracias a la intuición animal de ese hombre estamos aquí haciendo este flamenco con una gran amplitud sonora. Fue un artista intuitivo y nada intelectual. He querido empoderar esta guitarra española desde lo que hago. Yo mezclo disciplinas, practico no solo el flamenco sino la danza española y en mis proyectos siempre parto primero de mi lenguaje y mi disciplina”.
Eso explicaría las alianzas que ha hecho Pericet, en las dos primeras partes de su trilogía, con artistas ajenos al mundo del flamenco. En La Leona contó con dirección escénica de Carlota Ferrer, mientras que en la segunda, convocó al coreógrafo de contemporáneo y bailarín tinerfeño Daniel Abreu, que figura como co-creador y la acompaña en el escenario. “Con Daniel ha sido un desafío, un viaje físico. No hemos roto el flamenco porque lo que suelo hacer es echarle nuevos ingredientes y creo que el resultado, que no fue buscado, es un flamenco más desnudo”, confiesa.
Cualquiera que escuche sobre un proyecto artístico alrededor de los primeros prototipos de guitarra flamenca, pensaría rápidamente en un espectáculo musical, pero no hay que olvidar que la autora es coreógrafa y se mueve en los terrenos de la hibridación con la danza contemporánea. Claro que su apellido impone respeto y remite a su familia, una saga de investigadores del flamenco enormemente valorada y apreciada en la profesión, pero ella hace lo que verdaderamente sabe hacer.
“La investigación me la he llevado a la danza”, dice tajante. “He investigado la historia de estas guitarras, de la Leona, que fue el primer rugido, y de las siguientes, de la Invencible, de la Emperatriz… pero cuando hablo de instrumento en esta trilogía, hablo del mío, hablo del cuerpo. En la primera quisimos ir de las tripas de la guitarra hacia afuera, y ahora, en este segundo episodio, vamos hacia adentro, hacia lo intimista y lo seductor. Como decía Atahualpa Yupanqui, la guitarra antes que guitarra, fue árbol”, concluye.