DANIEL ABREU: "POR MÍ, QUE NO QUEDE"
Ni un instante quieto, el incansable coreógrafo tinerfeño se prepara para el estreno mundial de 'Vav' este viernes en los Teatros del Canal, de Madrid. Nos lo ha contado...
Texto JUDIT GALLART Fotos_marcosGpunto
Madrid, 29 de octubre de 2023
Se presenta como el ejemplo perfecto del sujeto multitarea, corriendo de un lado a otro al tiempo que sostiene múltiples proyectos. Y es que el coreógrafo y bailarín Daniel Abreu (Tenerife, 1976), se encuentra en un momento en el que, mientras aún está degustando los resultados de un nuevo trabajo, ya está preparando el estreno del siguiente. “Hago muchas cosas, siento que estoy todo el tiempo corriendo, pero hay una cosa que me permite seguir continuando y es la frase ‘que por mí no quede’, porque yo lo voy a intentar”, afirma el artista galardonado en 2014 con el Premio Nacional de Danza que, además, acumula en su palmarés más de un Premio Max.
Tras estrenar hace apenas una semana en el Festival Temporada Alta La materia, creada a cuatro manos junto a Olga Pericet, este viernes (con funciones hasta el domingo 05 de noviembre) afronta en la Sala Verde de Teatros del Canal, en Madrid, la premier de Vav, pieza que toma su nombre de la sexta letra del alfabeto hebreo, al igual que Dalet (ocupando en este caso el cuarto lugar), que ha sido presentada por el coreógrafo hace tan solo un año.
“Vav es una conjunción, un anzuelo, habla de la unión de las cosas y lo que las contiene. Me gustan mucho estos términos o palabras muy cortas que pueden decir mucho y, al final, si Vav ha venido después de Dalet es porque cada una de mis obras representa un escalón hacia la siguiente. No hago grandes cambios ni soy muy radical, siempre me apoyo en la creación anterior, al igual que en su temática, por eso creo que si he estado destilando tanto esa idea de lo racional del amor, mi siguiente obra ya no puede ir por ahí”, reflexiona.
Una pieza concebida para seis intérpretes donde Abreu será el único varón rodeado por el talento de seis bailarinas, algunas ya habituales habitantes de su universo: Dácil González, Carmen Fumero, Emiliana Battista Marino, Alba González y Laura López. En Vav la esencia del artista estará preservada al tiempo que incorpora componentes nunca vistos en su trabajo.
“Siempre he tratado de jugar con lo simbólico, también con la luz y eso se mantiene en Vav, aunque quizás haya un contenido bastante más filosófico en comparación con el resto de mis obras. Algo nuevo es que trabajo con el texto y eso hace que la fuerza de la palabra consiga guiar al espectador, no sé si hacia una reflexión porque no se trata tampoco de hacer nada, pero sí de intentar entrar en un estado de poder mirar al amor, a aquello que simplemente nos une. No hablo de una historia de amor como tal, sino más bien del hecho de que para definir el amor es importante conocer a la otra persona y respetarla, aceptar lo que es”.
El estreno es una apuesta de Blanca Li, directora del Canal, que le ha coproducido. “Le estoy inmensamente agradecido. Creo que Blanca está muy involucrada con lo que está pasando aquí, es una de las pocas gestoras que están del lado del artista. Ella no fabrica contenidos, no fabrica artistas y está desempeñando una labor muy importante en el sector”, afirma convencido.
Abreu bailaor
Con el estreno de Vav a las puertas, todavía resuenan en su cuerpo los ecos de La materia, que ha creado y bailado con Olga Pericet, contribuyendo así con la investigación sobre la guitarra que la bailaora iniciara con su pieza La Leona. “Olga y yo conectamos mucho desde el principio, me di cuenta de que el diálogo con ella era muy fácil y he aprendido mucho trabajando con el flamenco y lo importante que es la rítmica. Olga es una mujer que entiende la danza como danza, no diferencia entre si esto es flamenco o es contemporáneo. Ninguno de los dos pretende romper con nada y eso me gusta, cuando la gente puede evolucionar desde donde está y desde lo que es”, afirma el bailarín contemporáneo que reconoce haber sido señalado por Pericet como “flamenco”.
Pero la actividad de Abreu no concluye aquí y es que en noviembre se trasladará a su tierra natal para presentar Canarii sobre el escenario del Teatro Cuyás de la isla de Gran Canaria. “Es un proyecto en el que he colaborado junto a Olga Cerpa y Mestisay, ellos son un grupo de música popular de Canarias, muy famosos, del que yo era muy. La parte fuerte del espectáculo es la danza y es que creo que ahora está habiendo un movimiento muy bonito allí, hay muy buenos bailarines haciendo cosas fantásticas. De hecho, yo siempre tengo bailarines canarios en mis proyectos. En las islas hay mucho talento y está siendo impulsado por figuras como Roberto Torres, José Luis Rivero o, por supuesto, Natalia Medina”.
Pero reconoce que no han sido pocas las resistencias a las que ha tenido que enfrentarse durante una carrera que, en 2024, alcanzará los 20 años de trayectoria. “Me ha sido muy difícil sostener la compañía porque no he tenido lugar para crear. He tenido que depender siempre de la buena voluntad. Lo he intentado en otros lugares y no ha sido viable continuar. Ahora se trata de bajar el ritmo o tener a alguien que me acompañe en cuestión de giras y demás. Porque hay ciertas voces con poder ignorando que cuando hablan pueden mermar de pronto el camino o hacerlo más difícil. Veo lo importante que es la empatía y saber en qué contexto estás y qué palabras puedes decir porque, igual, mis trabajos cuesta más venderlos porque hay cuatro señores que ejercen el poder e intentan fabricar e imponer un tipo de espectáculo. Yo nunca he estado ahí encasillado. Creo que las líneas de programación van en función de esos contenidos que los propios directores de teatro, programadores o políticos fabrican. Con lo cual, al no encajar en ninguna de sus categorías, igual se me está invitando a salir, no lo sé. Aunque imagino que, para la gente que viene detrás, para los jóvenes, debe ser terrible”, se lamenta.
Lo que está claro es que, pese a ello y a las otras adversidades, Daniel Abreu lo va a seguir intentando. Y es que, por él… que no quede.