ESTRENO GÉLIDO DE PEEPING TOM
La compañía belga vuelve al hielo en S 62º 58’ W60º 39’, su nueva creación, que acaba de estrenarse en el marco de la 20º Bienal de la Danza de Lyon. Allí estuvimos y así lo vimos…
Texto_OMAR KHAN Fotos_OLYMPE TITS / PEEPING TOM
Lyon, 22 de septiembre de 2023
Franck Chartier ha vuelto al 32 de la calle Vandenbranden. Así lo indica el paisaje gélido, la sensación de frío, el aislamiento y las situaciones absurdas, ese hiperrealismo surrealista que es tan característico de Peeping Tom, la célebre compañía belga, que ha escogido la Bienal de la Danza de Lyon para el estreno absoluto anteanoche de S 62º 58’ W60º 39’, la nueva pieza del colectivo, dirigida ésta vez solamente por el creador francés y no como es usual a cuatro manos junto a la argentina Gabriela Carrizo, codirectora de esta exitosa agrupación que salió de la sombrilla de la plataforma Les Ballets C de la B a principios de este siglo.
Un cambio de peso en la balanza es el rasgo más destacado de la nueva producción. Hasta el momento, sus obras podían definirse como coreografías con una fuerte carga teatral, que ahora se reconvierte en pieza teatral con un apoyo coreográfico. No es solamente por la (abundante) cantidad de texto sino por la definición de una línea narrativa y por la reducción, drástica podría decirse, de momentos puramente de baile, que recaen principalmente en la intervención (extraordinaria, por cierto) del bailarín -y también coreógrafo- español Chey Jurado (en la foto inferior con el niño), debutando como miembro de la familia Peeping Tom. Al ser una creación de Chartier en solitario, se puede deducir entonces que el componente más coreográfico de la agrupación quizá sea cosa de Gabriela Carrizo.
La narrativa de S62º 58’ W60º 39’ se bifurca en dos relatos. Por un lado, la desesperación de un grupo de navegantes que se ha quedado atrapado en el hielo a lo largo de más de 600 días, después de que su embarcación encallara, y por otro, el reconocimiento de los intérpretes de Peeping Tom de que son los personajes de una ficción, siempre a merced de las decisiones de Franck Chartier, director omnipresente, que genera un conflicto un poco pirandelliano a la manera de Seis personajes en busca de autor o colindante con El Show de Truman, lo que le permite exorcizar fantasmas y hacer ficción sobre su propia compañía, sus intérpretes y sus obras, en una reflexión sobre su propio proceso. Una vez que la obra parece acabada, sobreviene un monólogo largo, que es puro exorcismo ideológico… ¿es el barco encallado y toda esta gente atrapada la metáfora de su mente creativa atascada?
Un pez muerto
En algún sentido, la obra recuerda un poco a otro belga, el Jan Lauwers de Needcompany, aunque desde luego acusa claramente la estética y los modos propios y reconocibles de la compañía, como la delirante secuencia del pez muerto, que escenifica una situación típicamente Peeping Tom, la mezcla de niños, ancianos, adultos y jóvenes en el elenco, las relaciones tóxicas en la familia, la muerte y los hijos, cierta conexión con la realidad (hay alusiones muy directas a la pandemia) y por encima de todo, los aspectos visuales, con esa escenografía nevada y maravillosamente realista que, como decíamos, remite a aquella 32 Rue Vandenbranden, de 2009, pero también la utilización de la cabina del barco como un sitio dentro del sitio, donde pasan cosas que no se saben ni se ven, igual que ocurría en su primera obra, la ya lejana Caravana (1999) y en muchas obras posteriores, incluida su reciente trilogía, que tiene un capítulo que también se desarrolla dentro de un barco.
El aplauso educado y discreto de la audiencia que abarrotó anoche el Thèâtre National Populaire, de Lyon, estaba notablemente lejos de las ovaciones y vítores que suelen escucharse cuando cae el telón en cualquier otra representación de la compañía belga. S62º 58’ W60º 39’ visitará España pronto. Se verá en los Teatros del Canal (Madrid), del 05 al 08 de octubre próximos, y en el Teatro Central (Sevilla) los días 13 y 14 de octubre. Mucho más tarde, en junio del año entrante, recalará en el Teatre Nacional de Catalunya, de Barcelona.
