BAILA DIDO SU DOLOR
El experto en música barroca William Christie y la coreógrafa Blanca Li hacen alianza en ‘Dido y Eneas’, nueva producción de los teatros Canal, Real y Liceu que se estrena la próxima semana. Esta mañana la presentaron y esto nos contaron…
Texto_OMAR KHAN Fotos_PABLO LORENTE
Madrid, 10 de enero de 2023
El término ópera-ballet fue ampliamente difundido para referirse al período temprano de las coreografías de Pina Bausch en la Alemania de los setenta, llamado justamente así. En su concepción teatral, cada cantante iba acompañado sobre la escena por un bailarín, y ambos interpretaban el rol de manera simultánea, el uno desde la voz y el otro desde el cuerpo. Admitía esta mañana la coreógrafa Blanca Li (Granada, 1964) en los Teatros del Canal, donde además es directora, que había hecho de su puesta de Dido y Eneas, de Purcell, una ópera-ballet, pero se desmarca de la precursora de la danza-teatro alemana porque intencionadamente renuncia a la danza narrativa.
“He hecho un trabajo en el que los cantantes se encargan de la narración y los bailarines expresan las emociones, pero no traducen lo que ocurre sino que evocan esas emociones. Quería expresar con danza también la acción del coro, cantantes y músicos, que coinciden sobre el escenario con los seis bailarines de mi compañía. Además, en la música barroca me gusta que se vean los instrumentos, me da mucha pena cuando tocan en el foso”.
Especialmente cuando los músicos son los veteranos expertos en el Barroco del conjunto francés The Arts Florissants, bajo la dirección de William Christie (Buffalo, 1944), quienes por invitación de la coreógrafa andaluza coincidirán con sus bailarines sobre el escenario de la Sala Roja, desde el 17 y hasta el 22 de enero, en el estreno absoluto de esta nueva producción del Canal realizada en alianza con el Teatro Real madrileño y, entre otros, con el Teatro El Liceu, de Barcelona, donde se representará del 17 al 22 de mayo próximos.
“Si tuviera que decir cuál es mi experiencia más importante con la ópera diría que Dido y Eneas”, relataba Christie esta mañana. “Es un fenómeno porque en un espacio muy corto de tiempo, apenas cincuenta minutos, tenemos una concentración de emociones y energía que Wagner o Haendel no habrían conseguido en un período tan breve. Esa es la clave de esta obra, que ofrece una concentración de emoción y belleza en muy poco tiempo”. No obstante, para compensar la brevedad y darle oportunidad y protagonismo a lo coreográfico, se ha añadido como prólogo Celestial Music Did the Gods Inspire, del mismo Purcell.
Experticia barroca
El norteamericano William Christie, nacionalizado francés, no es simplemente un director de orquesta y clavicembalista de nivel sino una respetada y reconocida autoridad en la interpretación de la música barroca en Europa. Siendo Dido y Eneas una de las creaciones cumbre de este período, está más que familiarizado con ella. “No exagero si os digo que la conozco desde hace 75 años. La hice siendo muy joven estando en la universidad en Estados Unidos y la he montado con Les Arts Florissants unas diez veces con distintos directores escénicos, y los mejores montajes siempre han sido los que hemos hecho con coreógrafos. En esta obra tiene mucha importancia lo visual y coreográfico porque se montó originalmente con danzas. De hecho, tiene partes instrumentales en la que no participan los cantantes porque eran los espacios dedicados al baile. Es música que se escucha pero también se ve, y la música convertida en imágenes es siempre muy poderosa.”
Quizá para subrayar esta relevancia de la imagen, el nuevo montaje ha contado expresamente con la colaboración decidida de la artista plástica alemana Evi Keller, que centra su trabajo en el principio cósmico de la transformación de la materia por la luz, y ha hecho de escenografía y trajes una instalación plástica a partir de una suerte de velos traslúcidos que juegan con la iluminación de Caty Olive. “Visualizar la música ha sido mi misión”, confirmaba la artista esta mañana en la presentación a la prensa del espectáculo. “Me resultó muy interesante y un desafío vestir a Renato Dolcini que aquí hace un doble papel, el de Eneas y el de La Hechicera”, adelantaba.
“Ha sido una decisión valiente que aceptara interpretar los dos roles”, añadía Christie a su vez. “Eneas es el protagonista con la intervención más corta en toda la historia de la ópera y por eso le ofrecí también el papel de La Hechicera. No es algo nuevo de todas formas. En el Barroco, el género no tenía importancia y era habitual encontrar hombres en papeles femeninos o viceversa”.
No es tampoco la primera vez que Blanca Li y William Christie colaboran. Ya habían hecho para la Ópera de París Las indias galantes, en una “versión muy loca”, en palabras de la coreógrafa, y ambos han coincidido como artistas extranjeros que han alcanzado el estatus de académicos en la Academia de Francia. Los une ahora Purcell, con esta ópera triste de más 300 de años de antigüedad, que relata la desesperación de Dido, reina de Cartago, cuando es abandonada por Eneas, héroe troyano, que encuentra su momento cumbre en el aria desgarradora conocida como El lamento de Dido, que ha sido versionada y reinterpretada en numerosas ocasiones, lo que la ha hecho tremendamente popular, con su doloroso estribillo, en el que Dido repite inconsolable aquello de “Remember Me”...
