‘DEAD’ VUELVE A CASA
Esta noche, la compañía Lasala, presenta otra vez su creación reciente en Donostia, ahora en el marco de la Quincena Musical de San Sebastián. Judith Argomániz nos cuenta su recorrido…
Texto_OMAR KHAN Fotos_ETANOWSKI
San Sebastián, 18 de agosto de 2022
Se lo pensó mucho antes de llamar Dead a su coreografía reciente, especialmente porque lo que quería era hablar de la vida desde la perspectiva de la muerte. Judith Argomániz, directora de la compañía donostiarra Lasala, la estrenó en 2021 en su ciudad, en el marco de dFeria, y la repone otra vez hoy, ahora dentro de la Quincena Musical de San Sebastián, con una única función esta noche en Tabacalera. Entre medias, una gira larga de unas 50 representaciones por muchas otras ciudades, aunque no tantas como ella quisiera. Asegura que es una creación muy especial porque habla de un asunto relevante y muy boga como es la situación de la mujer.
“Es muy gratificante cuando se te acercan espectadores, sobre todo mujeres, que vienen emocionadas porque se han visto reflejadas”, reflexiona. “Pero en mis piezas no es requisito que entiendas todo a la perfección. Si te quedas con la contemplación y la belleza, también está bien. Cuando vamos al teatro nos pegamos un viaje, vivimos una experiencia, y si mañana o en unos años te acuerdas de una imagen de esta obra que te ha emocionado, yo me doy por satisfecha”.
Nunca, en ningún momento del proceso de una coreografía, deja Argomániz de pensar en el público. Confiesa que para ella es lo más importante, especialmente en este momento. “La danza después de la pandemia ha perdido audiencia y necesitamos reconectar, traer a la gente de nuevo al teatro. Tenemos también que crear nuevos públicos. Siempre pienso en los que van a venir porque creo que esto es como el buen amante, que atiende a sus necesidades pero no descuida las del otro”.
Es por esa razón que intenta conmover a los que hoy vengan a ver Dead, una obra en la que hay cuatro mujeres que son felices y libres en el limbo, hasta que son llamadas a (literalmente) atravesar el torniquete que las trae a este mundo de desigualdades que vivimos.
Shine
De Dead se ha desprendido también Alive, un dueto de calle muy dinámico y exitoso que, advierte su creadora, no es un trozo de la coreografía puesto en una plaza sino una suerte de spin-off, muy físico y potente, que ha sido creado específicamente para el espacio público, logrando conectar muy bien con transeúntes de todas partes. Pero tanto Dead como Alive son ya procesos cerrados. El que está abierto y en efervescencia ahora en su cabeza es Shine, una nueva creación para el año próximo, que viene respaldada por una ayuda del Gobierno Vasco que le ha permitido la muy inusual (y feliz) experiencia de tener garantizado el estreno en un espacio tan emblemático como el Teatro Victoria Eugenia, de San Sebastián, el 5 de noviembre del año entrante, y una gira de 18 funciones por Euskadi durante la temporada 2023/24.
“Está bailando en mi cabeza. Sentía necesidad de hablar de la libertad. Hemos avanzado mucho, sobre todo en lo tecnológico y podemos reunirnos por zoom, pero al final lo que nos mueve son las mismas necesidades: el amor, sentirnos queridos y protegidos, y sobre todo, tener libertad, pero una libertad que quizá debemos buscarla en nosotros mismos. Será muy colorida, quiero color. Se me viene a la cabeza el trabajo del fotógrafo David Lachapelle”, adelanta.
Como todos los trabajos que hace para su compañía Lasala, que tiene ya una década de recorrido escénico y suelen gestarse en Gazteszena con la incondicional colaboración de su director, Nando Piñeiro, esta nueva creación también surge de necesidades e inquietudes suyas muy personales. “Es así. Mis obras están siempre ligadas a lo que voy viviendo. Cuando me he alejado, no ha funcionado. No tiene que ver con el ego ni nada parecido pero en cada coreografía hay mucho de mí, de lo que estaba sintiendo y lo que me estaba pasando al momento de crearla”.
