¿PUEDE CARLOS ACOSTA SER TAN EMBLEMÁTICO COMO ALICIA ALONSO?
La Acosta Danza visita desde esta semana los festivales de Peralada, Santander y Sagunt. La ocasión es propicia para acercarnos a la figura del célebre bailarín cubano. Léelo…
Texto_OMAR KHAN Fotos_JOHAN PERSSON / JORGE V. GABILONDO
Madrid, 02 de agosto de 2022
Largo, hegemónico y triunfal fue el reinado de Alicia Alonso como líder, no solamente de una compañía, sino de un movimiento de ballet caribeño inédito en el mundo. Cuba es una isla pequeña que, gracias a ella, ha sido grande en la historia del ballet internacional. Muerta la célebre bailarina en 2019, es difícil todavía vaticinar si el Ballet Nacional de Cuba –que ya estaba en horas bajas- será capaz de mantener la proyección internacional de la que gozó con ella en vida. Viengsay Valdés, la nueva directora artística, va abriendo al colectivo de La Habana hacia la renovación, apostando por coreógrafos internacionales de envergadura y haciendo sitio al talento local. Sin embargo, todo apunta a que el liderazgo y preeminencia de la danza en la isla, se está ya consolidando fuera de la compañía, algo que parecía impensable dada la hegemonía del Ballet Nacional de Cuba.
Carlos Acosta (La Habana, 1973), quien tuvo un pasar más bien accidentado por el Ballet Nacional de Cuba y nunca fue el favorito de Alicia Alonso, parece reunir condiciones para convertirse ahora en la gran figura representativa de la danza de La Habana de cara al mundo. Después de una carrera [fuera de la isla] verdaderamente espectacular y admirable, que lo consagró como uno de los bailarines clásicos más destacados del mundo, surgía la incógnita de qué vendría después.
Pero él parecía tenerlo claro, porque en 2016, nada más dejar los oropeles del Royal Ballet de Londres, la casa que lo catapultó, aterrizó en La Habana y fundó allí su compañía Acosta Danza. Sabemos, en buena medida gracias a su libro autobiográfico No Way Home (Sin mirar atrás, 2007, editado en español por Plataforma Editorial) y la película Yuli (Iciar Bollain, 2017), que recoge su infancia difícil y la verdadera tozudez de su padre para que estudiara ballet, que en lo personal no cayó seducido por Londres, Nueva York, París ni ninguna otra ciudad. La Habana nunca dejó de ser su casa y el lugar donde mejor se sentía. Y hacia allá enfiló cuando cerró el ciclo de bailarín clásico, que parecía el más importante de su vida.
Pie en La Habana, brazo en Birmingham
Ahora ha abierto otro ciclo de apariencia muy prometedora. Cada vez baila menos y ensaya la estrategia de que, usando su nombre, la Acosta Danza se consolide como una agrupación internacional de referencia sin que necesariamente esté él como cabeza de cartel. Los dos pies los tiene en La Habana, donde además ha creado una fundación que da apoyo a jóvenes bailarines, pero un brazo reposa en Reino Unido. Desde 2020 es director artístico del Birmingham Ballet, donde principalmente monta ballets clásicos del repertorio (Coppelia, Lago de los cisnes y Cascanueces en la nueva temporada) y permanece así vinculado con el país que le ofreció la oportunidad de brillar como estrella. Su compañía se mantiene, además, estrechamente unida al Sadler’s Well, la casa de danza más importante de Londres, donde ha escuchado grandes ovaciones. Aunque el suyo no es un proyecto oficial cubano, La Habana responde y le ha cedido unos terrenos donde se edificará una sede para su compañía.
Carlos Acosta es un artista inteligente, sensible, comprometido. Baila, coreografía, dirige, escribe, actúa... ha usado la atención que proporciona la fama para alertar sobre asuntos de gran calado social. Aprovechando el sanbenito de ser el primer Romeo negro en bailar ese papel en el Royal, se ha posicionado con frecuencia sobre el racismo en el ballet. “Cuando todas las personas, sin importar el color de la piel, sepan que pueden aspirar a bailar ballet clásico porque el arte solo entiende de sensibilidad y talento, habremos ganado esa batalla y todo habrá cambiado para siempre”, declaraba a susyQ en 2019.
La impronta del gran bailarín expresivo que abordaba con arrojo los clásicos del repertorio permanece en los roles, menos virtuosos pero más profundos, que ahora escoge para bailar con su compañía. El repertorio que ha ido cultivando para el colectivo es ecléctico y arriesgado, llamando a su vera a artistas muy diversos y especiales como Sidi Larbi Cherkaoui, Russell Maliphant o Pontus Lidbergh, y a numerosos creadores españoles, contándose entre ellos Jorge Crecis, Goyo Montero o María Rovira. Sin embargo, se reserva producciones propias en las que exalta aquello que solo los cubanos pueden ofrecernos: esa cadencia tropical, ese ritmo peculiar, esa energía desbordada y ese virtuosismo masculino que, él sabe perfectamente, son elementos clave del éxito y fascinación que ejercen fuera de La Habana.
Verano en España
España ha sido muy receptiva al proyecto de Carlos Acosta. Aquí cuenta con un alto porcentaje de fanáticos. Nada más arrancar Acosta Danza, en 2016, el Festival Castell de Peralada le apadrinó y hasta hoy han mantenido una estrecha y fructífera relación. Este sábado 06 de agosto volverá al fastuoso jardín del castillo catalán para estrenar con su compañía On Before (en la foto central de este aertículo), un homenaje a su difunta madre, una obra que supone un viaje hacia la muerte que cuenta con coreografías de Will Tuckett, Russell Maliphant, Kim Brandstrup, el coreógrafo cubano Raúl Reinoso y él mismo. Adicionalmente la tercera edición del Carmen Mateu Young Artist European Award, galardón impulsado desde el Festival de Peralada, este año permitirá al joven coreógrafo/a ganador/a gestar su obra en el marco de una residencia artística con la Acosta Danza, que la estrenará en la edición 2024 del festival catalán. El proceso de selección permanece abierto hasta el 14 de septiembre.
Cantabria y Valencia son las otras comunidades que visitará Acosta Danza estos días como la gran apuesta de danza de dos importantes festivales españoles de verano. El 08 de agosto bailarán en el Palacio de Festivales de Cantabria, en Santander, y el día 11 en el imponente Teatro Romano, del Festival Sagunt a Escena. En ambas ocasiones la compañía interpretará Suite Tocororo (en la foto sobre estas líneas), una fábula cubana inspirada en personajes y situaciones de La Habana, que originalmente fue la primera coreografía montada por Carlos Acosta, estrenada en 2003 cuando aún no existía su compañía. Es representativa de la agrupación con esa mezcla de folclore, cultura popular, danza contemporánea y ballet que Acosta quiere que sea seña de identidad de su innovador proyecto artístico.
