LLUVIA DE ESTRELLAS EN MONTPELLIER
Naharin, Docouflé, Keersmaeker, Orlin, Van Dinther… arranca esta noche la 42º edición del Festival Montpellier Danse, en Francia, con grandes estrenos internacionales en cartel. Te lo contamos…
Texto_OMAR KHAN
Madrid, 17 de junio de 2022
Siempre por estas fechas, el Festival Montpellier Danse supone el pistoletazo de arranque de los grandes festivales europeos de verano. Ha sido y sigue siendo una referencia para el mundo de la danza, gracias a su programación siempre ecléctica y visionaria que, vista como un todo, es brújula que señala las tendencias, rumbos y destinos de la danza más innovadora que se está haciendo en el planeta. No es excepción su edición 42 que, diseñada por su director Jean-Paul Montanari, arranca hoy en la pequeña y acogedora ciudad francesa, extendiéndose hasta el 03 de julio, con una apretada agenda de representaciones y actividades, incluido un merecido homenaje al creador alemán Raimund Hoghe, recientemente fallecido, que fue un artista muy cercano y querido de este festival.
La cita este año reunirá nada menos que 22 coreografías procedentes de una docena de países (Sudáfrica, Alemania, Bélgica, Brasil, Dinamarca, Hungría, Israel, Irán, Marruecos, Noruega, Suecia y por supuesto Francia) y ha convocado nombres muy relevantes y conocidos de la escena dancística internacional.
Desde luego, gran expectación se ha generado alrededor del estreno mundial esta noche de Stereo, la coreografía que trae de vuelta al ruedo a Philippe Decouflé, todo un referente de la danza francesa de los noventa. Se sabe poco de esta nueva creación que inaugura el festival y fue gestada en una residencia en el Centro Coreográfico de Montpellier. Ha trascendido que tendrá música rock como hilo conductor, que reúne a bailarines y acróbatas junto a un actor, y que una vez más, colabora el prestigioso escenógrafo Jean Rabasse, célebre por su ambientación del film francés de culto Delicatessen.
En clave Gaga
Las miradas están también centradas en Ohad Naharin, gran personalidad de la danza de Israel, que vuelve con la Batsheva Dance Company, de Tel Aviv, para estrenar 2019 (en la foto), un trabajo reciente que mezcla canciones israelíes y árabes junto a textos del dramaturgo Hanoch Levin, y que es ejemplar de ese lenguaje abstracto pero sugerente bailado siempre con tino por sus bailarines expertos en Gaga, la técnica de su invención.
La otra figura relevante del cartel es, sin duda, Anne Teresa De Keersmaeker, la certera directora de la compañía Rosas, de Bélgica, que regresa a Francia para presentar su reciente Sonatas Misteriosas (en la foto debajo de estas líneas), a partir de las sonatas que Heinrich Ignaz Franz Biber escribió hacia 1676 como una traducción musical de los quince misterios sagrados de la vida de la Virgen María. Pero, como es usual, la coreógrafa se interesa por indagar en esa relación entre música y geometría de los cuerpos, más que atender al contenido religioso de esa música.
Desde Sudáfrica reaparece Robyn Orlin, su creadora más célebre y molesta, quien imparable, sigue produciendo esas obras incómodas de títulos larguísimos que hablan, con humor, ironía y poesía, de realidades sociales que irritan a los políticos de su país. En esta ocasión estrenará un solo que le ha creado a la bailarina Nadia Beugré, allí mismo en el CC de Montpellier, y presentará con su compañía Llevamos nuestras ruedas con orgullo y damos una bofetada de color a sus calles... dijimos "bonjour" a satán en 1820..., una obra inspirada en los acróbatas callejeros zulúes pero que, cómo no, también ofrece una mirada poco complaciente al colonialismo.
Montañas e islas
Consolidado por el Cullberg sueco, Jefta Van Dinther ofrecerá en Montpellier la que ha sido su tercera colaboración con la legendaria y aún innovadora compañía de Estocolmo. Se trata del díptico On Earth I'm Done, que supone un cuestionamiento al binomio cultura-naturaleza y es todo un llamado de atención sobre los gemidos de la tierra. Conformado por el solo Mountains y la pieza grupal Islands (en la foto que abre esta información), el material coreográfico y la particular estética ya desvelan la autoría del ascendente creador.
A Pontus Lidberg lo conocimos hace muy poco en Madrid. El director del Danish Dance Theatre, de Copenhague, debutó con Centaur, esa inquietante creación sobre la inteligencia artificial, que fue programada dentro del Ciclo Canal Connect, de Teatros del Canal. Ahora su compañía llega a Montpellier con un programa muy distinto conformado por dos piezas interconectadas: Los siete pecados capitales, versión personal de la última colaboración entre Brecht y Kurt Weill, que ya fuera coreografiada por Pina Bausch, y Roaring Twenties, que habla sobre los locos años veinte, pero no los del siglo pasado sino los de éste, marcados por el cambio climático, la pérdida de la esperanza y la extinción de la fauna. También de carácter ecológico es Uirapuru, que trae desde Brasil el creador Marcelo Evelin.
Por lo demás, Montpellier Danse, este año sin presencia española, espera recibir también a creadores como Nacera Belaza, Noé Soulier o Pol Pi, entre muchos otros.
