PAPAIOANNOU / FESTIVAL DE OTOÑO

SUPERLATIVA BELLEZA

En el cierre del Festival de Otoño, aparece en Teatros del Canal el coreógrafo griego Dimitris Papaioannou con su deslumbrante creación ‘Transverse Orientation’. Así nos lo contaba…

Tecto_OMAR KHAN Fotos_JULIAN MOMMERT

Madrid, 24 de noviembre de 2021

“No. No hay un tema en Transverse Orientation”, aclaraba ayer en Teatros del Canal el coreógrafo griego Dimitris Papaioannou (Atenas, 1964), que estrena en la capital su nueva creación este viernes (hasta el domingo 28) en la recta final del Festival de Otoño, de Madrid. “Hay varios temas que se entrelazan, está por ejemplo la presencia de lo femenino en el mundo masculino o la sucesión de jóvenes a viejos, pero todo está expresado en imágenes que quiero que fluyan para que produzcan sensaciones y alucinaciones en el espectador”.

Sensaciones y alucinaciones son emociones acertadas para describir lo que se siente ante esta superproducción escénica, que viene de escuchar ovaciones en festivales tan relevantes como el Greg, de Barcelona, la Bienal de Lyon o Montpellier Danse. Llena de sugerencias, Transverse Orientation ofrece una larga sucesión de imágenes en la que un grupo de bailarines masculinos, con frecuencia desnudos, y dos únicas mujeres, crean ilusiones sobre un escenario inicialmente minimalista, que se va destruyendo y reconstruyendo hasta crear un nuevo paisaje de aires apocalípticos.

“Creo que las cosas que se destruyen en el escenario tienen un efecto muy dramático. El acto de excavar me fascina porque lo vinculo con la memoria colectiva. Tiene un sentido arqueológico, son capas y capas que hay bajo el escenario, que poco a poco se van descubriendo ante tus ojos”.

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Minotauro en directo

Aunque de apariencia sofisticada, en realidad el mundo escénico de Papaioannou es más bien artesanal. El imponente toro, una de las imágenes de mayor impacto de Transverse Orientation, no oculta sus artificios. “Desde hacía tiempo venía pensando en tener en escena una marioneta gigante que fuera movida por los bailarines. Y siempre que pensaba en ello me venía la imagen del toro. Así son siempre las ideas que tengo. Las imagino, las llevo al estudio, unas sobreviven y otras no. En este caso, el toro sobrevivió”

Pero no son caprichosas. Una vez colocadas en escena, estas imágenes son siempre sugerentes y conectan con ideas concretas que revolotean una y otra vez las propuestas de este creador que viene del mundo de la plástica, donde fue ilustrador de cómics, algo que se nota en sus puestas en escena. La conexión actual con el pasado de la Grecia clásica es también obsesión en éste y todos sus trabajos, entre los que cabría citar coreografías como Nowhere, The Great Tamer o su gran propuesta visual para la apertura de los Juegos Olímpicos, en Grecia 2004, que le dio reconocimiento internacional.

“Y es que el toro es una imagen fuerte y poderosa que simboliza muchas cosas. Es un arquetipo que representa la energía, la masculinidad y la fertilidad. En la mitología, el minotauro es la representación del mundo arcaico que debe ser asesinado para que surja un nuevo mundo y se instaure la democracia. Me interesa la idea de las nuevas generaciones que deben aprender del pasado pero también destruirlo para que aflore algo nuevo”.

Papaioannou es dueño y señor de un universo propio en el que convergen sus influencias. Ante todo, las del cómic y las artes visuales, pero también la elegancia y perfeccionismo escénico de Bob Wilson, la profunda humanidad de Pina Bausch y la dimensión trágica de la mitología griega. Su nueva creación, de superlativa belleza, aparece habitada por hombres que, en su desnudez, parecen recordar la herencia estatuaria de la Grecia clásica. Hay también unas pocas mujeres, unos insólitos y divertidos seres fantasmales y, desde luego, un miura gigante.