ADIÓS, MES DE DANZA, ADIÓS...
No habrá más ediciones del festival pionero e impulsor del actual movimiento de danza contemporánea andaluz. María González le ha puesto punto final y nosotros lo entendemos pero lamentamos. Lee nuestra reflexión…
Texto_OMAR KHAN FOTOS_LUIS CASTILLA / ANTONIO SÁNCHEZ
Madrid, 11 de noviembre de 2021
“Arranca esta noche una nueva y efervescente edición del Mes de Danza, de Sevilla…” Así debería haber empezado esta noticia. Es la noticia que hoy querríamos dar. Querríamos haber ocupado este espacio con una entrevista festiva a María González para que nos contara las novedades de la nueva edición. Querríamos estar haciendo maletas para coger el AVE e ir a enterarnos de qué iban las nuevas corografías de los creadores andaluces, las propuestas más arriesgadas y valientes del Estado, y alguna que otra novedad internacional.
Pero a cambio, y muy a regañadientes, debemos dar difusión al triste comunicado titulado Mes de Danza se despide que firma González, explicando de nuevo pero definitivamente por última vez, las razones que le han llevado a poner punto final a un festival que trascendió su naturaleza y se convirtió en impulsor y artífice de un movimiento de danza contemporánea andaluz, que sudó lo suyo para desarrollarse y desterrar la idea de que Andalucía solo era capaz de producir flamenco.
Encontramos una errata en el comunicado que nos gustaría destacar. Está en un párrafo que habla de “la desaparición del festival”. No es verdad eso. Pierde continuidad, que es mucho, pero no desaparece, porque 26 años ofreciendo danza al público sevillano no se esfuman así como así. El Mes de Danza seguirá apareciendo en prácticamente todas las biografías de las compañías andaluzas, será recordado por los innumerables artistas que empezaron su andadura o tuvieron una oportunidad de visibilidad relevante con una actuación en este evento. Seguirá vibrando en los lugares públicos de Sevilla que sirvieron de escenografía a tantas piezas para espacios urbanos que programó. Y estará sin duda presente en la memoria ciudadana. Cada vez que alguien pase por una esquina y le venga el recuerdo de aquella danza que le conmovió en ese lugar, el Mes de Danza dará un pálpito.
Cosas de palacio que van (mortalmente) despacio
Resulta imposible enumerar en este espacio lo mucho que hizo y lo tanto que dio a la danza de y en Sevilla. Pero queda una memoria capaz de recogerlo todo: los contenidos invalorables de un website muy detallado y pormenorizado que, afortunadamente, permanecerán accesibles para todos desde el Centro de Investigación y Recursos de las Artes Escénicas de Andalucía. Será de obligada consulta para todo aquel que medianamente quiera configurar una historia de la danza contemporánea en esta Comunidad Autónoma, porque fue uno de sus eventos impulsores y pioneros.
El dinero público que apoyó esta iniciativa siempre fue insuficiente pero lo que resulta alarmante es que la causa verdadera de esta pérdida se deba principalmente a la incapacidad de las administraciones para cumplir con sus compromisos en las fechas previstas, generando un caos que tiene como única garantía acabar con la salud, los nervios, la paciencia, los recursos y capacidades de los que, desde lo privado, suplen una labor que debería ser pública, como lo es la promoción y difusión de la danza como bien cultural de la ciudadanía. A lo mejor no le dan importancia, pero la noticia del cese de un festival de danza histórico en una ciudad relevante, debería hacer que el Ayuntamiento de Sevilla, la Junta de Andalucía y el Inaem, principales organismos de apoyo del Mes de Danza, reflexionaran y revisaran con urgencia sus políticas y sus tiempos que absurdamente dan razón al dicho popular “las cosas de palacio van despacio”, y comprendieran mínimamente los estropicios que causa semejante e injustificada ineficacia.
Del triste comunicado nos gustaría transcribir literalmente estas palabras de María González: “Quiero confiar en que la desaparición de este festival haya dejado una huella suficiente en sus enfoques y en sus direcciones de trabajo, en su relación con sus creadores, sus públicos y sus contextos en los que se han desarrollado estas 26 ediciones, para que estos se retomen desde otras entidades, sean públicas o privadas. Es necesario que así sea porque la danza es sanadora, es creatividad, es poesía, es imaginación sin límites ni fronteras. Es necesario porque quienes le dan vida, los coreógrafos, los bailarines, los gestores y otros muchos agentes necesitan que se siga apoyando y visibilizando, legitimándola en todas las capas de la sociedad”.
Adiós pues, Mes de Danza. No sabes cuánto te echaremos de menos…
