ANTONIO
Presenta esta semana el Ballet Nacional de España su homenaje a Antonio, el Bailarín, en el Teatro Real. Rubén Olmo, director de la compañía, nos adentra en el programa…
Texto_OMAR KHAN FOTOS_PABLO GUIDALI
Madrid, 11 de octubre de 2021
Rubén Olmo, director del Ballet Nacional de España (BNE), celebra en el madrileño Teatro Real, con funciones del 14 al 16 de octubre, el centenario de Antonio Ruiz Soler (1921-1996), una de las figuras emblemáticas del flamenco en el siglo XX.
Del célebre creador se han remontado tres obras emblemáticas: Sonatas, Fantasía Galaica y el virtuoso solo Zapateado de Sarasate, una de sus creaciones más difundidas y aplaudidas. Completan el programa Leyenda Asturias, del coreógrafo Carlos Vilán, que fue colaborador del maestro en los últimos años de su vida, y el estreno de Estampas flamencas, una creación nueva de Olmo junto a Miguel Ángel Corbacho, en la que se actualizan los pasos creados por Antonio, con especial énfasis en su gran aportación al baile: el martinete.
“Para mí es una de las figuras más importantes, ha sido el gran genio de la danza española”, asegura convencido Rubén Olmo. “Impulsó y dio importancia a la figura masculina en el baile, que hasta entonces era más bien un acompañamiento a la mujer, fue un revolucionario de la danza y sigue siéndolo. Nuestra generación ha aprendido de sus ballets y su capacidad técnica, que nos sigue costando mucho. Es un grande de la danza española y hacía muchísimo que no se le rendía un homenaje”.
El estreno de Estampas flamencas, un ballet nuevo creado desde los principios e ideario de Antonio, el Bailarín, es aportación propia de Olmo, que cree que hoy la danza española clama por la innovación. “Hay que innovar y hay que preservar, las dos partes son importantes”, afirma. Y como prueba trae un programa homogéneo en el que se remontan con rigurosidad las piezas de Antonio pero también nueva creación a partir de sus preceptos.
“En este momento tenemos que dejar que la danza española crezca, porque ha vivido con un corsé que creo le estamos empezando a quitar. Si el flamenco se ha alejado de lo tradicional es porque los artistas innovaron, arriesgaron y el público aplaudió. En cambio el folcor, la escuela bolera… se quedaron un poco más estáticos. Quizá sea porque los maestros impidieron que los jóvenes innovaran y se expresaran, pero creo que ahora hay más libertad. Nos faltan coreógrafos que sean atrevidos y yo los estoy buscando”.
Los chavalillos
Ha querido Rubén Olmo que su homenaje a Antonio fuera lo más amplio posible, incluyendo también a Rosario, la que fuera su pareja los primeros tiempos. Eran indisociables y triunfaron juntos por el mundo, conocidos como “los chavalillos de Sevilla” pero por el camino las cosas se torcieron. “Antonio tenía grandes cualidades y se le fueron abriendo caminos como coreógrafo y director. Su brillo fue tan grande que terminó opacando a Rosario”, opina al respecto Olmo. “No creo que quisiese desprenderse de ella, fue un paso natural en su trayectoria, pero ella no comprendió su grandeza y sobrevino la ruptura”.
No hay mucho sobre Rosario, que se ha quedado un poco eclipsada en la Historia. Para poder incluirla, Olmo partió de un vídeo de Youtube de tres minutos de la película Hollywwod Canteen (Delmer Daves, 1944), que ambos hicieron en Hollywood. De la meticulosidad con la que ha sido tratado este Homenaje a Antonio, el Bailarín, da cuenta Manuel Coves, que se ha encargado de la dirección musical del espectáculo y lo dirigirá al frente de la Orquesta Titular del Teatro Real.
“En plena nevada, Rubén me pasa este vídeo que se oye muy mal”, relata el músico. “No había partitura, empezamos a buscar en los archivos y en todas partes, y nada, no la encontramos. Se lo planteo a Rubén y lo único que me dijo fue ‘Es que a mí me gusta’. Y lo entendí. Hubo que reconstruir totalmente esos tres minutos”.