CUERPOS MARGINADOS
Arranca mañana el Festival Palma Dansa en Mallorca con una oferta que gira alrededor de la democracia de los cuerpos. Te lo contamos todo…
Texto_OMAR KHAN Foto_ÁLVARO SERRANO SIERRA
Madrid, 28 de abril de 2021
La celebración del Día Internacional de la Danza marcará mañana el arranque de la undécima edición de Palma Dansa 2021, el festival de danza de Mallorca, que se extenderá por distintos teatros y espacios de la ciudad hasta el próximo 9 de mayo. Después de una accidentada edición 2020 en plena pandemia, y aunque todavía siguiendo las normas de seguridad aún en vigencia, la ciudad balear espera recuperar el brillo y repotenciar su cita anual con la danza. El marco del festival albergará este año otras celebraciones como la puesta en marcha de la Asociación de Profesionales de la Danza de Islas Baleares (APDIP) y la celebración de los 30 años de la compañía de Mariantònia Oliver (2 de mayo), célebre por su serie Las muchas, que da escenario, visibilidad y oportunidad a cuerpos dancísticamente no viables de mujeres mayores sin experiencia escénica.
Y es que, justamente, el cuerpo como único instrumento expresivo del bailarín da forma a la programación de este año, que ha querido apoyar la democracia de los cuerpos en la danza incluyéndolos a todos, sin olvidarse de los cuerpos descartados, marginados y discriminados por el simple hecho de ser diferentes. Los de Las muchas (y su secuela Las muchísimas) por supuesto pero también los cuerpos con diversidad funcional en la propuesta Bogumer (9 de mayo, en el vídeo del final), de la creadora Vero Cendoya, que clausura el festival con esta obra que evoca el célebre juicio a Dios que llevó a cabo Anatoli Lunacharski tras el triunfo de la Revolución Comunista.
Los cuestionamientos y reflexiones sobre el oficio mismo del bailarín son el eje de Lo raro de bailar es que sea raro (30 de abril), en el que Andrea Quintana se aproxima a los temores y prejuicios que suscita la danza en nuestro entorno social, mientras que en El esfuerzo constante de ganarse de la vida (4 de mayo), Vicente Arlandis aborda las dificultades y complejidades de un trabajo cuyo instrumento es el cuerpo.
En cambio, Leonor Leal en su conferencia bailada Ahora bailo yo (7 de mayo) trabaja, desde una perspectiva personal y actual, el tema de la memoria y la reinterpretación a través de una obra de Mario Maya, de 1976. Finalmente los cuerpos libres que se mueven en una fiesta son la columna vertebral de Guateque (1 de mayo), un adelanto de la nueva creación Hacemos como que bailamos, que la Compañía Unaiuna estrenará en el Sat! de Barcelona, en enero del próximo año.
Tradiciones y oficios
Pasado y presente parecen darse cita en el imaginario de Daniel Abreu, que ofrecerá en Palma su emocionado y particular unipersonal El hijo (2 de mayo) dentro de esa otra vertiente temática del festival que tiene que ver con la sinergia entre danza contemporánea, tradiciones y pasado. En esta línea, la creadora Janet Novás inaugura el festival (mañana, 29 de abril) con su conmovedora Mercedes y yo, en la que junto al portento musical de Mercedes Peón, revisa los juegos, el folclore y las fiestas populares de su infancia en Galicia. En Oficis oblidats (4 de mayo), la Compañía Daus recupera usos y oficios en desuso, que van del pregón a los carboneros, mientras que desde su hibridación de danza española y contemporáneo Daniel Doña ofrece su visión de la vida rural en los tiempos de la posguerra, en su propuesta de calle Campo cerrado (1 de mayo, en la foto de BEATRIX MOLNAR sobre estas líneas).
Por su parte, la ascendente compañía Marcat Dance, de Jaén, llegara con Anhelo (8 de mayo), de Mario Bermúdez, ex bailarín de Batsheva Dance Company, de Israel, que como es usual en su trabajo, aborda los vínculos telúricos entre el hombre y la tierra.