EL LEGADO DE HANS VAN MANEN
El próximo fin de semana el Het Nationale Ballet ofrecerá en streaming un programa dedicado al pionero del ballet contemporáneo holandés. Recordamos sus aportaciones…
Texto_CARLOS PAOLILLO Fotos_CHEN LI / ANGELA STERLING
Madrid, 24 de febrero de 2021
No imaginó nunca Hans Van Manen (Amstelveen, Holanda, 11 de julio de 1932) que el público podría pagar por ver su obra en streaming. Claro que tampoco imaginó una pandemia global, pero aquí estamos y el próximo fin de semana (27 y 28 de febrero a las 15h) por 12,50 euros, desde cualquier punto del planeta, se podrá ver el programa Hans Van Manen Variations preparado por el Het Nationale Ballet, de Holanda, que dará acceso digital a la representación en directo desde Ámsterdam de seis obras relevantes, de las más de cien que conforman el catálogo de este coreógrafo fundamental del ballet contemporáneo holandés: Adagio Hammerklavier (1973, foto superior), coreografía temprana que explora la lentitud; Sarcasmen (1981); Trois Gnossiennes (1982), a partir de Satie; Déjà Vu (1995), desde la música inspirada de Arvo Pärt; Two pieces for HET (1997, foto inferior), que marcó el regreso del coreógrafo al Het después de diez años de ausencia y Variations for two couples (2012), obra tardía con la que el creador se hizo con el prestigioso galardón Benois de la Danse.
Hans Van Manen, un discípulo de la pionera del ballet contemporáneo holandés, la ruso-alemana Sonia Gaskell, estará llamado a ser una voz determinante en la configuración de un ballet continental verdaderamente alternativo. Van Manen integró a comienzo de los años cincuenta el Recital Ballet, agrupación fundada por Gaskell en Ámsterdam, pero no será como bailarín que se va a consolidar en el mundo de la danza sino como coreógrafo y hoy, cuando se acerca a los 90 años de vida, disfruta a plenitud del papel jugado dentro de la llamada escuela holandesa de danza y tiene en el Het Nationale Ballet una garantía de preservación de su legado.
Su oportunidad para la creación llegó en 1957 con Feestgericht, su obra inicial, que marcaría un largo recorrido por la coreografía siempre dotado de una personalidad propia, que no siempre ha sido del agrado de algunos, pero que todos hoy reconocen. Su ingreso al Nederlands Dans Theater (NDT), compañía de la que fue director artístico durante una década, significó la plataforma fundacional y estable donde asentar su trabajo creativo. Y aquí se encuentra una característica resaltante: se trata de un coreógrafo de instituciones y no tanto del ejercicio free lance de la profesión. Necesita del trabajo diario, del proceso continuo y del conocimiento profundo de sus intérpretes, cuyo aporte representa para él la mitad de la autoría de una obra.
Coreografías humanistas
La coreografía para Van Manen es un hecho esencialmente humano que debe nutrirse necesariamente de la experiencia vital. Por eso rechaza la concepción de la danza como un hecho mera y puramente abstracto. La siente, por el contrario, concreta y contaminada de vivencias. Evade este autor la obra literal y la narración lineal de historias y acontecimientos, tanto como el movimiento aséptico. En definitiva, el espíritu del ser humano determina tanto la esencia como la forma estética en sus creaciones. Dramaturgo de su propios movimientos, el coreógrafo, también reconocido fotógrafo y considerado padre artístico de algunas generaciones, ha trascendido tendencias determinantes y modas efímeras dentro del llamado ballet contemporáneo, cuyos postulados, a comienzos del siglo XXI, se encuentran disociados de los principios liberadores, autónomos y abstraccionistas del estilo neoclásico de la escuela de Balanchine e irremediablemente unidos a las visiones de una danza escénica global.
También la música resulta esencial en Van Manen. Un acorde determinado puede propiciar una idea, generar sensaciones o establecer una atmósfera. Sus intereses en este sentido son diversos y contrastantes como se aprecia en este programa Hans Van Manen Variations, que van de Beethoven a Satie hasta Arvo Pärt.
