UN PRESENTE DE SUEÑOS
La compañía que dirigen María Muñoz y Pep Ramis ha estrenado en el Grec su tríptico ‘Double infinite. The Bluebird Call’. Estuvimos viéndolo en el TNC y esto nos ha parecido...
Texto_ JORDI SORA I DOMENJÓ Foto_TRISTÁN PÉREZ-MARTÍN
Barcelona, 09 de julio de 2023
La compañía Mal Pelo goza de un permanente estilo propio. En la sala pequeña del Teatre Nacional de Catalunya y en el marco del Festival Grec 2023, han presentado su última producción Double Infinite. The Bluebird Call. Justo unos días antes que aterricen en el Festival de Aviñón con la pieza que también estrenaron aquí en julio de hace tres años (Inventions) y que dedicaban a la música de Bach. Acabada aquella maravillosa incursión en la espiritualidad sonora del genio alemán y que se desarrolló en diversas obras; vuelven a la poesía de la existencia. Con la sencillez del dúo original de la compañía, María Muñoz y Pep Ramis; y la palabra como nexo de unión entre el cuerpo y el alma. No en vano, la forma extemporánea de vehiculación del deseo, del que tanto hablan aquí.
La madurez es al recuerdo, como el presente es a la nada. Ese es el origen de la reflexión que se desarrolla en tres fragmentos. Se abre con un solo de María Muñoz, de alguien a la espera de un pasado que cree que nunca regresará. Acompaña toda la función la música en directo, quizás el elemento más característico de aquellas últimas producciones y que parece que ha llegado para quedarse. Un violín, un violonchelo y una soprano. Se agradece la gravedad que aportan al conjunto, aunque es una pena que deba estar amplificada justo en los frecuentes momentos en los que recitan texto. Un despliegue de soledad, memoria y suspensión emocional, que culminan con una preciosa adaptación del Padrenuestro católico, con la esperanza fijada en dos ejes: el de la conservación de la naturaleza y el del amor incondicional. María Muñoz lo acompaña con esa profundidad gestual tan característica de ella.
En ese punto empieza el segundo solo, el de Pep Ramis, en el mismo contexto visual, generado con proyecciones de un paisaje nevado, como para ahondar todavía más en el frío del abandono. Hay que reconocer que Mal Pelo es la compañía que más fuerte y mejor arrastran al espectador cuando se trata de confrontarnos con los sentimientos. Saben que retratan algo tan esencial, como experimentado por todos. Y sus movimientos, la coreografía de sus desplazamientos, carencia y expansiones no son otra cosa que un grito desesperado, colectivo, repetitivo; pero siempre oculto bajo la apariencia y en ausencia de la pregunta fundamental: “¿y tú, tienes la vida que deseabas?” Arrebatador cuando se expresa de esta manera y en ese instante.
Los dos personajes, frágiles y con una identidad en descomposición, se reencuentran en el tercio final del espectáculo. Sabedores que deberán dibujar un futuro, sea cualquiera, con el sueño como argumento. El único acto de rebeldía que sostiene a estos creadores infatigables. Unido al deseo, que no es mucho más que la vida en presente.