HIPNÓTICO
María Pagés estará presentando su nueva obra, De Sheherazade, en los Teatros del Canal hasta el domingo. Fuimos al estreno y esto es lo que nos pareció...
Texto_JUDIT GALLART Foto_DAVID RUANO
Madrid, 24 de junio de 2022
Éxito indiscutible de María Pagés tras el estreno madrileño de su nueva producción De Sheherazade, después de su premier en El Liceu, de Barcelona, que la coprodujo. En Teatros del Canal, donde permanecerá en cartel hasta este domingo 26 de junio, consiguió poner en pie a todos los que la noche del pasado miércoles se reunieron para la ocasión. Violencia y rabia se intercalan con delicadas escenas en las que se busca evidenciar y promover el pacifismo sobre la base de una melodía que, a través de la palabra, integra flamenco, música clásica y popular manteniendo una cierta reminiscencia árabe constante en la que los aplausos parecieron terminar por integrarse dentro de la partitura original.
Una masa coral que juega a desarticularse y reagruparse desvelando la singularidad individual de cada una de las bailarinas que la conforman para contar la historia de una misma mujer. Más que impactante resultó el instante en que la agrupación quedó velozmente fragmentada revelando a una prisionera en su interior que sería maniatada y atormentada hasta la muerte convirtiendo la violencia de la escena en algo similar a un juego popular. Varias lunas tienen lugar en este hipnótico popurrí de emociones tan complejas como dispares con el que Pagés ha logrado hacer poesía partiendo desde la sencillez. Vestiduras en tonalidades tierra, libros literalmente ilustrativos, una placentera geometría escénica y mantillas con las que las bailarinas terminan convirtiéndose en aturdidos espectros que consiguen retener la atención del espectador durante 90 minutos completos.
Once mujeres que danzan alrededor de un total de once escenas representativas de mil y una noches, deslizándose de un extremo emocional a otro antes de convertirse en sombras que se alejan hacia la alborada que anuncia la llegada de un nuevo amanecer y que espera, por encima de todo, poder valerse del mensaje de paz que se palpa a lo largo de toda la obra.