Triunfa el pacto entre Garzón & Quiñones
El dueto Pacto se hizo con el galardón del prestigioso certamen, que también premió al creador emergente Arnau Pérez
Texto_OMAR KHAN Fotos_JESÚS VALLINAS
Pacto (en la foto superior), el dueto con el que las creadoras y bailarinas madrileñas Verónica Garzón & Begoña Quiñones se presentaron al 32º Certamen Coreográfico de Madrid, que celebró su final anoche en el Centro Conde Duque de la capital, se hicieron con el Premio de este prestigioso y ya longevo evento que, bajo la dirección de Laura Kumin, se ha convertido en referente de la danza joven que se hace y se produce en España.
La complicidad escénica entre estas dos coreógrafas es clave a la hora de aproximarse a sus creaciones y Pacto, una pieza sin música que habla del acto mismo de crear y las dificultades que conlleva, no es excepción. El trabajo de brazos, ya notable en su creación fetch, que quedó finalista en la vigésimo sexta edición de este mismo certamen, así como la compenetración y química que hay entre ambas fueron seguramente elementos que sedujeron al jurado, este año muy internacional, que optó por premiarlas. Fue curioso porque las dos fueron esta misma noche arcilla en manos de otra artista, la participante Sara Cano, coreógrafa en ascenso, que montó con ambas su dueto Saudade, una pieza de aires folclóricos y vocación telúrica, que las mostró eficaces en un registro totalmente diferente, lo que habla de sus capacidades interpretativas.
Pero fue también una noche especial para el prometedor creador catalán Arnau Pérez, que terminó siendo el consentido del certamen por su enérgico y festivo trío Young Blood (en la foto inferior), una pieza de velocidad y virtuosismo que, con sus aires urbanos y su frescura juvenil, va acelerándose hasta empujarnos hacia un delirante final desmelenado de meneos de cadera, ritmo pegadizo, gran fisicalidad y un humor incuestionable, esfuerzos que le hicieron merecedor de uno de los premios más atractivos y útiles (la participación en el American Dance Festival, de Norteamérica), pero también de los galardones de la crítica y el jurado joven, más residencias de creación en Cataluña y Aragón.
Talento en erupción
Fue un año fructífero para el Certamen que, más allá de los premios, desveló nombres emergentes y talentos en erupción a tener en cuenta. Los galardonados, desde luego, pero también la coreógrafa catalana Ravid Abarbanel con su trío Wildhome, una propuesta geométrica de movimientos segmentados y cuadros congelados, muy atenta a la composición. Y de manera especial, una revelación: el colectivo gallego Prácido Domingo integrado por Belén Bouzas, Fran Martínez y Diego Buceta, que firmaron a seis manos No hay que ser una casa para tener fantasmas, una inquietante y sugerente obra de atmósfera oscura y lento transcurrir, en la que tres seres enigmáticos se arrastran por el suelo y parecen no poder despegarse el uno del otro, en una relación malsana de absoluta dependencia.