CUERPOS CONTAMINADOS
Olga Pericet prosigue su investigación danzada en la guitarra flamenca, ésta vez bien acompañada por Daniel Abreu, contemporáneo declarado. Esta mañana, ambos desvelaron detalles en el marco del Festival Temporada Alta…
Texto_OMAR KHAN Fotos_PACO VILLALTA
Madrid, 17 de octubre de 2023
Es ella pequeñita y feroz. Define su flamenco como moderno y no de vanguardia. Es él alto y contemporáneo. Define su danza desde las metáforas y un lenguaje personal. Ambos se han movido, como intérpretes y creadores, en distintas coordenadas expresivas… hasta ahora. Olga Pericet, que prosigue su investigación sobre los orígenes y la evolución de la guitarra flamenca, tuvo a bien invitar a Daniel Abreu a meterse con ella en las entrañas de La Leona y La Invencible, dos prototipos originales de guitarra, y de ese viaje por cuerdas, clavijas, maderas y sonoridades, ha salido La Materia. De La Leona a La Invencible.
Se trata de un dueto muy peculiar que tendrá su estreno absoluto este viernes 20 de octubre en El Canal, Centro de Artes Escénicas de Salt, en el marco del Festival Temporada Alta, de Girona, antes de aterrizar el próximo año en los madrileños Teatros del Canal, del 12 al 14 de enero, y en el Mercat de les Flors, los días 20 y 21 del mismo mes, tras las funciones de la primera parte de esta investigación, el solo de Pericet La Leona, que se verá simultáneamente en el escenario de la casa de la danza de Barcelona los días 18 y 19 de enero.
“Me pareció una gran idea poner la guitarra en el cuerpo y no bailarla sino ser ella, ahondar en qué pasaba en su interior”, relataba esta mañana Olga Pericet en rueda de prensa desde Girona. “Empecé a investigar y después de La Leona, ahora me centro en la evolución de la guitarra que a su vez es la evolución del flamenco. Quise que esta nueva creación fuese más intimista, quería ver la guitarra desde dentro, desde el instinto que tiene el coreógrafo para crear y pensé en Daniel Abreu, porque necesitaba un punto de vista externo que no tuviera que ver con el flamenco, así que el material ha nacido de una manera muy orgánica, desde un diálogo que es muy contemporáneo y muy flamenco a la vez, que no sé cómo definirlo”.
A su vez, Daniel Abreu, se confesaba sorprendido por lo que le ha descubierto este proceso, en el que el flamenco, lenguaje que le es ajeno, le mostró nuevos caminos y posibilidades pero también coincidencias. “Ha sido interesante ver como aquello que llamamos flamenco es danza después de todo, tiene una manera de exponer la expresividad con sus particularidades pero a la final, no está tan lejos. Evidentemente se reconocerán los palos del flamenco aunque Olga puede hacer que el cuerpo haga recorridos no tan rítmicos. Respetamos los lenguajes de cada uno y medimos hasta dónde tirar sin romper la estructura de las cosas”.
El cuerpo del otro
Todo indica que el objetivo inicial de contaminarse mutuamente ha surtido efecto, por lo que en La materia no asistiremos al encuentro de dos cuerpos de danza que dialogan desde distintos registros sino que se fusionan y se contaminan en la búsqueda de puntos comunes entre las prácticas del uno y de la otra, creando un nuevo modo expresivo. “Cuando empezamos fue como cuando tienes tu primera cita y conoces a tu primer novio, que vas con cuidado y al final, ya nos abrimos a ese aprendizaje corporal del otro, hasta que ha surgido una fusión. Daniel se vuelca más al flamenco y yo me hibrido más hacia un tono contemporáneo”, reflexiona Pericet.
“De un espectáculo a otro, no uso nunca la misma fórmula, porque creo que el artista debe transmutar y cambiar. En esta propuesta, especialmente, siento que he ido hacia otro lugar muy distinto pero que me resulta reconocible, es un flamenco dilatado, sin raíz ni tradición pero que puedes verlo, puedes sentirlo”.
Tras esta experiencia, no hay más que admiración, complicidad y buenas palabras del uno hacia el otro. “Daniel es uno de los creadores nacionales con los que yo más conecto”, precisa ella. “Durante el proceso, que ha sido de más de año y medio, he estado siempre muy atenta a sus planteamientos, a su manera de hilar las ideas, de usar la narrativa, si es que se puede llamar así. No tiende a romper las cosas ni a irse por otro lado. Siempre está en el sitio y hace una lectura inteligente e intuitiva del cuerpo cada vez”.
Abreu destaca cómo fue ese viaje junto a ella por las entrañas de una guitarra, que supuso para él la incursión en un mundo que no resultó tan diferente cómo él creía. “Recuerdo que empezamos con mucha improvisación sobre alguna idea que venía de ella o de mi, y casi todas tenían que ver con los inicios, con el origen de la danza flamenca, cosas cómo de dónde nace este trabajo de pies o de percusión, y a partir de allí las ideas iban fluyendo y contagiándose, nos soltábamos a improvisar y luego íbamos recuperando aquellas cosas que nos habían seducido”, concluye.