MARCOS MORAU: “CUANDO ÉRAMOS MÁS JÓVENES NOS IMPORTABA MENOS LA DECEPCIÓN”
La Veronal trae mañana a Condeduque su nueva creación ‘Opening Night’. Hablamos con su director y esto nos ha contado…
Texto_OMAR KHAN Fotos_ MAY ZIRCUS & TNC
Madrid, 15 de febrero de 2022
Localidades agotadas. Es ya norma ese cartel colgado en las taquillas de los teatros donde se presenta la visualmente sugerente compañía La Veronal, de Barcelona, que desde hace quince años dirige con verdadero acierto Marcos Morau (Ontinyent, Valencia, 1982). Y no es excepción la del Centro Condeduque, que desde mañana y hasta el domingo 20 de febrero presentará a sala llena en Madrid su nueva creación Opening Night, después del éxito que supuso en esta misma casa Sonoma la temporada pasada, justo antes de triunfar con esa coreografía en el prestigioso Festival de Aviñón y cumplir una temporada en el no menos relevante el Teatro Chaillot, de París.
En su nueva creación, que fue estrenada en el Teatre Nacional de Catalunya en abril del año pasado, Morau opta por rendir homenaje al teatro mismo, ese lugar que le ha permitido edificar sueños, ese sitio que es su casa… y lo hace desde la estética que ha cultivado, que es seña de identidad de su agrupación con unos modos escénicos propios y deslumbrantes (que no han tardado en ser imitados por no una sino varias compañías nacionales) y que él y su equipo han articulado a través de kova, un lenguaje expresivo de autoría propia.
Es un momento espléndido para La Veronal, quizá la compañía de danza nacional con mayor relevancia internacional ahora mismo, que mantiene una agenda intrincada en la que figuran actuaciones en los principales teatros y festivales de Europa y el mundo, pero es también momento clave para Morau, convertido en uno de los más solicitados coreógrafos en compañías de alto nivel. Acaba de montar Folkå para el Nederlans Dans Theatre (NDT), de Holanda, y a final de año, llega su versión particular de La Bella durmiente, bailada por el Ballet de la Ópera de Lyon. Entre medias, creaciones para el Ballet de Basel, Gauthier Dance Company (Alemania), el Ballet de la Ópera de Zurich y el joven colectivo navarro Led Silhouette.
¿Cómo son sus procesos dramatúrgicos? ¿Cómo se gesta una pieza como Opening Night, por ejemplo?…
La dramaturgia lo es todo, entender el ritmo, entender la lógica que se establece con los elementos que entran en juego y en conflicto, aunque la lógica corresponda a efectos caóticos y complejos. La liturgia, la ceremonia teatral tiene unos códigos que conocemos bien y que podemos ponernos como un vestido antiguo. O podemos boicotearlos y perdernos por los pasillos de lo irracional, hacer trizas y comenzar de cero. Y siempre acabamos jugando en el filo de la realidad y la ficción; darse cuenta que todo ha sido una mentira preciosa.
¿Hay en Opening Night una continuidad con la estética conocida de La Veronal?
Creo que si el artista es capaz de ir ajustado su discurso al presente y estar en constante cambio para poder así traducir mejor esta realidad que avanza y se escapa, lo es también para ir afilando y ajustando su discurso estético y plástico.
Pero… ¿ha cambiado mucho La Veronal desde sus orígenes hasta hoy?
Yo creo que no. Somos más mayores, tenemos más oficio y la experiencia es parte fundamental. Pero la experiencia también asusta. Asusta porque conoces mejor las esquinas, las reglas (esas que odias) y las grietas (por donde se caen las verdades). Ahora sabemos ver las complicaciones, como ancianos que ven el peligro acechando a los niños en cualquier parque. Cuando éramos más jóvenes nos importaba menos la decepción. Ahora pisas con más seguridad pero intentas que el suelo sea cada vez nuevo, para no aburrirte, para no repetirte. El cambio es vida y cambiar es fundamental. Vinimos jóvenes y seguimos jóvenes. Es la simplicidad y el carácter tan abstracto de nuestros sentimientos juveniles lo que, por así decirlo, nos hace creer que somos inmortales y nos empuja a seguir escribiendo la obra perfecta.
Hoy día su compañía tiene una agenda complicada y una creciente reputación ¿Cuándo empezó a sentir que adquiría esta relevancia?
Muy al inicio empecé a sentir esa presión. Cuando empezábamos porque empezábamos, cuando seguíamos porque seguíamos y ahora que estamos en ese lugar de relevancia que mencionas sigue pasando lo mismo. Es complicada la relación que tiene este país con el arte y con el éxito. Yo tengo mis convencimientos y una visión muy concreta de lo que debe ser el arte. Todo lo demás no depende de mí. Nada es por casualidad, la suerte nunca es suficiente y solo te queda trabajar y el talento, esa cosa que no sabes bien todavía qué es.
El éxito de La Veronal conlleva el éxito personal ¿Cómo lleva lo de ser una celebridad?
Yo vivo igual que hace unos años. Viajo, trabajo y vivo una vida como cualquier persona que ama su trabajo y puede vivir de él. Me siento afortunado y no me interesa la fama.
¿Cómo definiría kova?
Kova no solo es el lenguaje del cuerpo, es la suma de esos cuerpos en relación con un espacio concreto, una musicalidad y una idea. Y ver cómo todo baila. Armónicamente por un lado y con disonancias y estridencias por otro. Porque la verdadera belleza y el verdadero orden no es otra cosa que la imperfección y caos. Y Kova busca eso: convertir lo inorgánico en fluidez, lo horrible en bello, lo extraño en acogedor.
Hace numerosos encargos para distintas compañías del mundo ¿se siente cómodo con otros bailarines que no son los de La Veronal? ¿se siente satisfecho con los resultados?
Me encanta hacerlo. Es ahí donde me afianzo en mis ideas y decisiones. Es ahí donde tengo que ordenarme y saber mirar. Trabajar con equipos nuevos genera dinámicas nuevas, maneras nuevas de resolver, conflictos nuevos. Es cada creación un espacio nuevo, y eso me motiva y me excita.
