¿QUIÉN LE TEME A NATALIA JIMÉNEZ?
Virginia Woolf ha sido detonante del nuevo trabajo que la creadora andaluza estrena este viernes en el Teatro Central sevillano. Así nos lo ha contado…
Texto_OMAR KHAN Fotos_MIGUEL JIMÉNEZ
Madrid, 09 de febrero de 2022
Nada ni nadie nos preparó para el encierro. De súbito pandemia, de golpe sin salir. Quizá todavía no sabemos hasta dónde nos ha afectado. La creadora y bailarina andaluza Natalia Jimenez tal vez lo supo cuando por un encargo típico de confinamiento –una exposición virtual- releyó Una habitación propia, de Virginia Woolf. El concepto de casa y espacio propio ofrecido por la pensadora de pronto tuvo otra resonancia y nuevos significados en la lectora encerrada. Participó en la exposición Our own room, comisariada por Inés R. Artola, pero fue más allá y quiso hacer escénicas esas sensaciones y pensamientos que habían brotado. De ese reencuentro forzado con la escritora y el impacto que le produjo justo en ese momento tan difícil para ella -y para todos-, surgió entonces WOOLF, la creación que estrena el próximo viernes 11 y sábado 12 de febrero en el Teatro Central, de Sevilla.
No se trata de una biografía ni la representación de sus obras, que simplemente fueron detonante. “Me alejo de intentar crear un paralelismo con Virginia Woolf y prefiero tomarla como un terreno inspirador que ella nos deja como legado para estar más asertivas en nuestra búsqueda como creadoras, ser valientes de viajar en introspección y conversar con lo que allí se encuentra.... Con WOOLF proponemos un viaje perceptivo a través del movimiento y la música pasando por estados de densidad y ligereza, desplazamientos temporales y agitadores de la memoria”, advierte la creadora. “Entrar en Virginia me ha llevado a otras mujeres como Chantal Maillart, Remedios Zafra… todas capaces de poner luz en la herida y de manera contundente imaginar otros universos posibles. Todo este proceso es el que me ha llevado a hacer este autorretrato escénico, acompañada siempre con la complicidad de otras mujeres. Porque una mujer me lleva a otras mujeres”.
Y es que, aunque solo baila Jimenez no se trata exactamente de un unipersonal y varios artistas han hecho alianza para hacer posible WOOLF. En primer lugar, la pianista Jordina Millà, tan interesada por la improvisación, que aparece interactuando con ella en la escena. Ángela López en el espacio escénico y Gloria Trenado en el vestuario, mientras que en la dirección la acompaña José Luis de Blas, en la asistencia a la dirección Jorge Gallardo y en el movimiento, el también creador Víctor Zambrana.
Vuelta a la caja negra
WOOLF supone también una vuelta al escenario para Natalia Jiménez, que se había estado centrando más en creaciones para espacios no convencionales. “Mis últimas propuestas más relevantes han sido site-specific”, confiesa. “Se inspiran en un lugar al que va el cuerpo como un acto político de habitar espacios donde los cuerpos están borrados o trastocados”. La creación Aula, para los espacios de la Universidad de Sevilla dentro del ya extinto Festival Mes de Danza, uno de ellos.
Pero más allá del formato y el espacio, coinciden en ser motivadas por similares inquietudes. “En todas mis creaciones anteriores siempre ha habido una búsqueda de equilibrio entre improvisación y escritura coreográfica. En concreto con Group LaBolsa [colectivo de Barcelona] hacemos juntas una indagación sobre la creación de partituras y composición instantánea. Cuestiones sobre la identidad siempre han sido un tema que ha atravesado mi trabajo artístico, en especial en el Proyecto Conjugaciones, donde se parte de cuestionar las categorías de territorio, pertenencia de un lugar o categoría de género, no sentirse ni más mujer ni más hombre”.
Larga ha sido su trayectoria. Con muchas mujeres creadoras ha colaborado y de todas ellas ha sorbido. Son su linaje escogido, como gusta llamarlas. Mónica Valenciano, Ángeles Margarit y María Muñoz a la cabeza.
Tener interés por el territorio y la identidad quizá venga de su alternancia entre Cataluña, donde se ha formado y vivido 12 años, y Andalucía, donde nació y ahora trabaja. WOOLF la ha coproducido el Mercat de les Flors, casa de la danza de Barcelona, y tiene ahora su estreno en el Teatro Central sevillano. Vive en Andalucía pero la vinculación con el GroupLa Bolsa es permanente. “Como colectivo casi todas estamos en una edad parecida, las vidas se nos cuelan en la obra, y la obra en las vidas. GroupLa Bolsa es un formato de existencia colectiva”, define.
Pero sus intereses trascienden lo escénico y desde hace algún tiempo es directora también de la PAD, la Asociación de Profesionales de la Danza de Andalucía. No surgió como algo deseado ni premeditado pero aceptó encargarse en un momento en que la institución iba a desaparecer y entendió que la voz del sector no podía apagarse. “Asociarse nos hace plurales en el discurso, y eso es una fuerza”, concluye.
