"LA DANZA ME AYUDÓ A CONSTRUIR MI IDENTIDAD"
Chey Jurado inicia mañana en Madrid una gira con el dueto HITO en la Sala Cuarta Pared. Hemos estado con él y esto es lo que nos ha contado...
Texto JUDIT GALLART
Madrid, 06 de noviembre de 2021
Los padres ayudan con las matemáticas, con el fútbol, con los deberes de Historia… no todo el mundo puede decir que su padre ha sido el modelo de b-boy deseado que te enseñó a bailar break. Pero eso tiene el extremeño Chey Jurado que, allá por 1984, cuando tenía unos siete años, vio cómo su progenitor se venía arriba con una canción de la MTV, apartó los muebles del salón y empezó a girar a toda velocidad. Quiso aprenderlo pero no fue hasta la adolescencia cuando de verdad comenzó a pensar seriamente en bailar. En una fiesta en Badajoz, en la que alardeaba de padre breaker, comenzó una batalla entre amigos que lo llevó, definitivamente, por ese camino.
Triunfó como b-boy. En cuatro ocasiones ganó la Red Bull BC One Spain y numerosos galardones más en el entorno break. Así, de manera autodidacta, Chey Jurado se inició en las danzas urbanas destacando en el b-boying, el popping y el locking, que le sirvieron de salvoconducto para entrar a la danza contemporánea, destacando en compañías relevantes como La Veronal o Roberto Oliván Performing Arts.
A sus inquietudes creativas dio rienda suelta con Agua (2016), su primera y exitosa coreografía. Ahora, se dispone a girar por el país Hito, una pieza para público familiar creada junto a Akira Yoshida, que bebe tanto de la cultura hip hop como de la danza contemporánea y la teatralidad. Mañana tendrá su primera parada en la Sala Cuarta Pared, de Madrid, inicio de un recorrido que continúa en la Sala Carme Teatre, de Valencia, el día 13, y prosigue en Gran Canaria, Granollers, Los Santos de Maimona, Tenerife, Cáceres, Zaragoza y nuevamente Valencia, a finales de diciembre.
¿De qué va Hito?
Es una obra que plasma las conductas que tenemos Akira y yo en nuestra realidad. Digamos que la obra sin demasiada premeditación, se fue volviendo bastante autobiográfica. Nos encontramos a dos personajes risueños que no paran de tener ciertos conflictos que, al no ponerles solución, se van volviendo más y más difíciles de lidiar. Encontraremos humor, juego, amistad, soledad… un nivel de corporalidad alta donde por momentos los personajes abrazan la ficción al romper con el uso convencional de las velocidades y la gravedad.
¿Qué implicaciones tiene crear para público familiar?
En una obra para público familiar trato de pensar más allá de lo que me gusta a mi como creador e intérprete. Por supuesto en nuestro caso nace desde ese lugar, pero me parece muy atractivo que la obra tenga cierto tacto con el público, jugar con su atención, saber llevarlos por diferentes estados emocionales, donde los más pequeños se puedan sentir atraídos por la particular manera de moverse y relacionarse que tienen estos dos personajes o incluso los momentos más conflictivos donde estos amigos dejan de lado su parte entrañable para mostrar estados más crudos del ser humano.
Al ser bailarín autodidacta ¿cómo pudo introducirse en la danza de una manera tan unilateral?
El motivo de elegir este arte como forma de vida fue bastante intuitivo, la danza me ayudó mucho a construir mi identidad, me dio confianza, me ayudó a ser más sociable, me dio muchas de mis amistades y un placer infinito: la sensación de conectar con la música. Hasta entonces no había encontrado nada en lo que me encontrara tan cómodo y a la vez que me retara tanto a mi mismo a evolucionar. Así que fue fácil, en cuanto comencé a bailar tuve claro a lo que quería dedicarme.
Se dice que lleva un estilo de vida un tanto nómada y que está bastante desvinculado de lo material…
La vida nómada que estoy llevando ahora mismo comenzó a finales de 2017 al recibir cada vez más propuestas internacionales de trabajo. Teniendo varios campos abiertos al mismo tiempo: obras escénicas como creador e intérprete, eventos de danza urbana como concursante y juez, impartiendo workshops por festivales… todo esto me llevó a tener una agenda bastante apretada en la que, si quería aceptar todo, tendría que vivir de manera nómada de un lado para otro. Esta experiencia me ha enseñado mucho, y lo sigue haciendo.
¿Cuáles son sus aspiraciones profesionales?
Me encuentro en un momento de mi carrera donde lo que más me motiva es seguir construyendo desde el cuerpo y las escénicas, poder tener montajes cada vez más involucrados y respaldados por gente que admiro, que quiero y respeto. Pudiendo compartir mis creaciones e investigaciones con otras culturas y lugares del mundo.
¿Planes, proyectos?
Tengo dos proyectos nuevos en co producción con Patty Hinchado. Ambos iniciados, pero aún por terminar y que verán la luz en 2022. Uno es Por parte de mare, junto a la guitarrista flamenca Antonia Jiménez, pieza ya estrenada el pasado septiembre en Mérida, y con intención de tener la versión larga para sala a principios de año. Y el otro es Samsara, un dueto junto a Javito Mario, que comenzará su segunda residencia de investigación en los meses de diciembre 2021 y enero de 2022.
